24 junio, 2015
Volver, el sueño del Parma
Veinte años atrás el Parma levantaba su primera Copa UEFA. Este lunes y a través de un comunicado oficial, el club anunció su quiebra definitiva por lo que deberá pasar a jugar en la última categoría de la Liga Italiana de Fútbol, la Serie D. Siempre y cuando aparezcan fondos que permitan mantener su funcionamiento.

“Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada”, canta Carlos Gardel apoyado en la baranda de un barco que lo trae a Buenos Aires en una escena memorable de El día que me quieras. Se trata de Volver, ese lamento empapado de nostalgia por un pasado que trae consigo el dolor de ya no ser.
Quizás, y en plan de aventurarse, es válido pensar que en algún café de la ciudad de Parma, a casi 400 kilómetros de Roma, un grupo de hinchas entonen sus estrofas añorando aquello que apenas 20 años atrás, cuando levantaban la Copa UEFA (el título más importante de su historia) al vencer a la Juventus, parecía imposible.
Es que este lunes y a través de un comunicado oficial, el club anunció que se “abandonaron las tratativas para su adquisición”, por lo que la quiebra declarada en marzo de este año tuvo como correlato el paso del tiempo sin que aparezcan inversores capaces de afrontar la compra de la institución de Reggio Emilia fundada en 1913.
El juez Pietro Rogato había autorizado su venta por un precio de 20 millones de euros, pero tanto el ex beisbolista ítalo-estadounidense Mike Piazza como el empresario Giuseppe Corrado, quienes se habían presentado como posibles compradores, retiraron sus propuestas debido a que la situación de la deuda es compleja. Es decir, poco rentable a futuro.
Así es que el club en el que jugaron Roberto Sensini, Matías Almeyda, Abel Balbo, Juan Sebastián Verón, Hernán Crespo y Ariel Ortega, entre otros. Y que en la temporada 2001 fue dirigido por Daniel Passarella, deberá jugar en la última categoría de la Liga Italiana de Fútbol, la Serie D. Siempre y cuando aparezcan fondos que permitan mantener su funcionamiento.
Del profesionalismo al amateurismo en un rato. ¿En un rato?
En 1991, la multinacional italiana de productos lácteos Parmalat, compró al Parma Fútbol Club y lo hizo disfrutar de las mieles del éxito durante esa década cuando ganó la Copa Italia (1992, 1999 y 2002), la Supercopa Italiana (1999), la Recopa de Europa (1993), la Supercopa de Europa (1993) y los dos trofeos más importantes en sus 102 años de historia, que son las Copa UEFA (1995 y 1999).
No pudo obtener nunca la Liga, donde obtuvo el subcampeonato en 1996/1997, pero fue protagonista fronteras adentro y afuera por la capacidad de Nevio Scala, su entrenador entre 1989 y 1996, y por la posibilidad de contar entre sus líneas con figuras como Buffon, Cannavaro, Thuram, Asprilla, Stoichkov y Gianfranco Zola.
Sin embargo, cuando en 2004 se descubrió que la empresa con Calisto Tanzi a la cabeza dibujaba sus balances y que la deuda contraída era millonaria, llegó la quiebra, la detención de los máximos ejecutivos por defraudación y el derrumbe de un club que fue declarado insolvente por deber más de 70 millones de euros.
Entre el 2005 y el 2007 estuvo en venta hasta que apareció Tommaso Ghirardi, un empresario industrial de Italia que se convirtió en el nuevo patrón de una institución que descendería pero regresaría rápidamente a la primera división del Calcio. Pero no todo lo que brilla es oro y todo es risa hasta que el papel picado se moja.
Ghirardi fue el piloto de mentiras que duraron hasta que a fines del 2014 vendió la sociedad en un euro a la empresa Dastraso Holding Limited, un conglomerado ruso-chipriota. Detrás de dicho grupo estaba un hombre del petróleo, Rezart Taci, conocido en Italia por su vínculo con Berlusconi, que tan solo dos meses después, en febrero, vendió por la misma suma las acciones que había comprado.
Como no podía ser de otra de manera, apareció en escena otro empresario, Giampietro Manenti que con bombos y platillos se reunió con los jugadores y les prometió pagarles la deuda que tenían con ellos además de anunciar que conseguiría el dinero suficiente para salvar al Parma del desastre. Ni una ni la otra. Y más aún, fue detenido en marzo de este año junto con otros empresarios por estar involucrado en la asociación ilícita, blanqueo de capitales y fraude informático.
Un día de junio, pero de 1935, en Medellín, Colombia, Carlos Gardel pasó a la inmortalidad luego de un accidente aéreo en el que murieron el letrista Alfredo Le Pera y algunos de sus músicos. Le Pera, nacido en San Pablo en 1900, es autor entre otros tangos de Por un cabeza, Mi Buenos Aires querido, El día que me quieras, Cuesta abajo y Volver.
Volver, y en plan de aventurarse es válido, es lo que desean los hinchas de Parma. Que un día de junio, pero de 2015, ya comienzan a adivinar “el parpadeo de las luces que a lo lejos” irán marcando su retorno. Porque saben que 20 años no son nada, que todo lo que ayer fue brillo hoy es oscuridad pero que, seguramente, guardan escondidas unas esperanzas humildes que son toda la fortuna de sus corazones.
Federico Coguzza – @Ellanzallama
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