Movimientos sociales respaldan el gobierno de Rafael Correa

Las últimas semanas Ecuador se vio atravesado por importantes manifestaciones opositoras al gobierno de Rafael Correa que incluyeron agresiones a militantes del partido gobernante y algunos funcionarios. Frente a esto, organizaciones sociales manifestaron su respaldo al proceso.

La Confederación de Pueblos, Organizaciones Indígenas y Campesinas del Ecuador rechazó los «intentos de desestabilización» que promueve la derecha local. Su presidente, José Agualsaca, sostuvo: «Tajantemente nuestra Asamblea rechaza frontalmente esta actitud irresponsable de los sectores de derecha que quieren acabar con la Constitución y la democracia en el país».

A su vez añadió que defenderán «la democracia, la decisión de la mayoría del pueblo definida en las urnas. Vamos a defender los logros alcanzados por el país en el mejoramiento de las condiciones de vida».

«La derecha se aprovechó de esa coyuntura para planificar un golpe de Estado en contra del presidente de Ecuador», apuntó Agualsaca y resaltó que «vivimos en democracia y los sectores tienen el derecho de manifestarse, pero sin agresividad. Las organizaciones de pueblos y campesinos objetan la violencia venga de donde venga, y la FEI no realizará contramarcha».

Hay que recordar que el disparador de las protestas e intentos de desestabilización se funda en el rechazo a reformas impositivas planteadas por el gobierno. Tal como reseñó Fernando Vicente Prieto en Notas, «la reforma a la Ley de Herencias es el debate principal que recorre la superficie de la confrontación».

El gobierno ecuatoriano propone que el 2% más rico pague impuestos por la transferencia de bienes en concepto de herencia. De acuerdo a los cálculo previos, «la afectación significativa sólo recaerá sobre el 0,1% de la población que tiene grandes propiedades. Sin embargo, una eficaz campaña mediática ha logrado poner en entredicho la propuesta, bajo el temor de que pueda recaer sobre el resto de la población».

Si bien defendió la legislación, el presidente Correa decidió suspender temporalmente su tratamiento en el Parlamento para dar un debate nacional al respecto y aplacar los ánimos ante la visita del papa Francisco al país a principios del mes de julio.