América Latina

19 junio, 2015

Cinco coroneles colombianos serán juzgados por casos de «falsos positivos»

El caso data de 2007 donde al menos 70 civiles inocentes fueron ejecutados por soldados del Batallón Nel Ospina de la IV Brigada, con sede en Medellín. Las víctimas fueron presentadas como presuntos guerrilleros a cambio de recompensas. Está práctica se conoce como «falsos positivos».

El caso data de 2007 donde al menos 70 civiles inocentes fueron ejecutados por soldados del Batallón Nel Ospina de la IV Brigada, con sede en Medellín. Las víctimas fueron presentadas como presuntos guerrilleros a cambio de recompensas. Está práctica se conoce como «falsos positivos».

Los acusados, que fueron detenidos entre marzo y abril de este año, son cinco altos mandos militares a quienes se les imputa haber presionado a sus tropas para mostrar «logros» en la lucha contra la guerrilla. Entre los responsables destaca el coronel Edgar Emilio Ávila Doria, comandante del Batallón Nel Ospina, quien fue condecorado en 2009 por su efectividad en la generación de «Bajas Enemigas» del Ejército Nacional colombiano.

El resto de los imputados son José Zanguña Duarte, segundo comandante del batallón; Diego Padilla, jefe de operaciones; Raúl Huertas y Carlos Cadena, también de operaciones.

Los logros y condecoraciones del coronel Ávila se deben a que consiguió que su batallón quedara en el primer lugar de ‘bajas’ entre todas las unidades del Ejército a nivel nacional. Era la época en la que al interior de esa institución se incentivó y premió a quien mayor número de muertos presentara. En ese momento nadie cuestionó que un batallón de ingenieros (como era el que comandaba Ávila), que no era unidad de choque, combate o de fuerzas especiales, terminara como el más eficiente y con el mayor número de ‘muertos en combate’.

Cabe destacar que esta es la primera vez que quienes ahora están en juicio no están siendo procesados por hechos aislados sino por una cadena completa de asesinatos que abarcan 72 homicidios en un periodo de tan solo un año (2006 a 2007).

Afortunadamente, en los últimos años la justicia colombiana ha empezado a actuar. Sin ir más lejos, este miércoles un grupo especial de la Fiscalía en Medellín realizó una captura simultánea contra siete militares activos: seis soldados profesionales y un capitán. Los detenidos, que fueron presentados ante un juez de garantías, están señalados por la Fiscalía de ser presuntos responsables, de al menos una ejecución extrajudicial.

Es que estas prácticas son recurrentes entre las Fuerzas Armadas colombianas. Según informó Telesur 4300 civiles «fueron asesinados por militares colombianos, cuyos cuerpos presentaban como insurgentes muertos en combate a cambio de ascensos y condecoraciones».

Por esos hechos hay cerca de tres mil uniformados detenidos, de los cuales 815 ya han sido condenados. La mayoría de estos últimos son suboficiales y soldados. De esa cifra tan solo hay cinco oficiales con el rango de coronel condenados por esas ejecuciones.

Según datos de la Fiscalía General del país sudamericano de la cantidad de personas investigadas, 1573 «corresponden a miembros del Ejército Nacional, de los cuales 501 son oficiales, entre coroneles, mayores, capitanes y tenientes». Se suman a esta lista 89 integrantes de la Armada y 56 de la policía nacional, entre otros.

 

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