17 junio, 2015
Indígenas panameños continúan protestas contra hidroeléctrica Barro Blanco
Integrantes de la etnia Ngbe Buglé aseguraron que permaneceran en las calles hasta que el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anule el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco al cual se oponen por el daño ambiental que producirá en su territorio.

Integrantes de la etnia Ngbe Buglé aseguraron que permaneceran en las calles hasta que el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anule el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco al cual se oponen por el daño ambiental que producirá en su territorio.
La semana pasada habían bloqueado y ocupado la obra donde se está construyendo la planta además de realizar cortes de la ruta Interamericana. Este martes decidieron levantar el corte pero anunciaron que seguirán protestando y piden al Gobierno que cancele el proyecto “de inmediato”.
Ricardo Miranda, uno de los voceros del pueblo originario, aseguró que «Hemos reabierto la carretera Interamericana, pero el conflicto se mantiene porque el presidente Juan Carlos Varela dijo que no iba a cancelar el proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco».
Sin medias tintas Miradna afirmó: «El gobierno y los bancos son responsables de lo que pueda pasar a partir de ahora. Puede haber muertos», pero «no nos rendiremos ante el Estado».
En febrero de este año, la comunidad Ngbe Buglé participó con el Gobierno y la contratista de la obra, Generadora del Istmo (Genisa) de origen Hondureño, en un diálogo que buscaba solucionar las demandas de los indígenas. Sin embargo no se logró avanzar y en el mes de mayo los habitantes de la región declinaron las negociaciones debido a que el Ejecutivo no respondió si demolerá o no la construcción.
Estos últimos denuncian el impacto ambiental que generará la obra que se desarrolla en el río Tabasará en la localidad de Tolé (oeste de Panamá) y es financiada por los bancos DEG (Alemania), FMO (Holanda) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
A cinco meses de la suspensión del proyecto el gobierno del presidente Juan Carlos Varela no ha logrado contentar a ninguna de las partes. Mientras los indígenas realizan medidas de fuerza, la empresa contratista le exige que se reinicien las obras. “Los inversionistas de la empresa solicitan a las autoridades resolver la providencia que mantiene la suspensión en las instancias correspondientes”, destacaron desde Genisa.
La planta de Barro Blanco comenzó a construirse en 2011 pero desde el principio fue resistida por los habitantes locales que denunciaron que la represa inundaría sus tierras. En 2012 masivas manifestaciones de la comunidad Ngbe Buglé terminaron en una brutal represión con decenas de muertos y cientos de heridos.
En caso de que el gobierno decida suspender la obra, Genisa anticipó demandas millonarias contra el Estado panameño ya que las pérdidas podrían superar los 130 millones de dólares.
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