Cultura

10 junio, 2015

(Otro) Gol en contra para la FIFA

Se estrenó comercialmente en los Estados Unidos United Passions, la película autobiográfica de la federación de fútbol que hoy está en la mira de todos los medios e investigadores del mundo. Críticas fulminantes y una recaudación en taquilla que rompió récords.

Se estrenó comercialmente en los Estados Unidos United Passions, la película autobiográfica de la federación de fútbol que hoy está en la mira de todos los medios e investigadores del mundo. Críticas fulminantes y una recaudación en taquilla que rompió récords.

Los guiños que, muchas veces, la historia puede guardarse para los momentos más precisos son impensados. Que una película estrenada en Cannes en junio de 2014 haya estado guardada en la heladera para salir en la semana más difícil que tuvo que sufrir la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en su historia, es poco menos que inverosímil. Pero no sólo fue así, sino que contó con un relato sobre el ahora ex-presidente de la federación que lo coloca en un lugar casi mesiánico.

United Passions, bajo la dirección del ignoto por estos lares Fréderic Auburtin, hace un repaso de los 110 años de historia de la federación internacional de fútbol desde su origen hasta el congreso que re-elegiría a Blatter en su elección más difícil, en 2002.

La trama subraya la aventura de tres de sus líderes: Jules Rimet (ideólogo de los primeros campeonatos mundiales de fútbol, interpretado por Gérard Depardieu), Joao Havelange (ex presidente de la Federación, encarnado en Sam Neill) y el propio Blatter (Tim Roth). Primero caracterizando a los ingleses como poco menos que un conjunto de isleños elitistas recelosos de su deporte de blancos y más tarde erigiendo a Blatter como paladín de la moral, la película nos lleva alrededor del mundo a ser testigos de cómo el dúo franco-suizo no hace más que rechazar coimas y tentaciones fraudulentas que intentan manchar el más lindo de los deportes.

La película fue estrenada en Cannes, poco antes del Mundial de Brasil, recibiendo abucheos y críticas devastadoras. Financiada en un 80% por la federación y estrenada este último viernes en los Estados Unidos, en su primer fin de semana en cartelera logró apenas 607 dólares de recaudación. Costó casi $30 millones producirla logrando así un récord en peor recaudación dentro de los Estados Unidos.

Vale decir que, más allá del escándalo que rodea a la institución tras haberse revelado datos precisos sobre posibles casos de extorsión, corrupción y crimen organizado, en ese país aún existe resistencia hacia el fútbol en sí.

Lo llamativo es la ironía que evoca la construcción que su director, Fréderic Auburtin, hizo sobre la historia de la FIFA. A pesar de haberse querido despegar de lo acaecido con la película y lo casual de la fecha en la que se estrenó (llegando a declarar que todo lo referente a su obra “ya ha quedado atrás”), la realidad es que el realizador francés no sólo estuvo detrás de cámara sino que participó en la redacción de su guión. Allí fue donde lo retrató a Blatter como un arquetipo de hombre de valores. Presentado en un principio como un hábil hombre de negocios que Havelange convocara para recaudar fondos, más tarde es erigido como un filántropo convencido de que el fútbol salvaría al mundo. ¿Su meta más abnegada? Que el mundial 2010 sea llevado a cabo en Sudáfrica, objetivo que logra al final de la película.

La semana pasada se reveló que, fuera de la pantalla, el ganador había sido en realidad Marruecos para ser sede de aquel mundial y, presuntamente, mediante sobornos terminó decidiéndose que fuera Sudáfrica el anfitrión.

La realidad es que United Passions no sólo se vio manchada por los escándalos alrededor de una de las instituciones virtualmente más poderosas del mundo. Su historia no se sostiene tampoco. En un momento cinematográfico donde la moral es un detalle menor y la polarización bien versus mal está cada vez más desdibujada, la construcción de un Blatter que sigue los estamentos básicos del tipo ideal de Weber de hombre honesto (con la frase que está repitiéndose en todas las redes sociales de cabecera: “A partir de ahora seré ejemplar en todos los aspectos. La mínima brecha a la ética será severamente castigada”) cae por sus propio peso.

El dato de color, por sobre todas las cosas, es cómo eligió cerrarse la película: Funde a negro. Placa con una frase flotando en el vacío: “Who could believe this?” (¿Quién podría creerse esto?). Con la realidad en las tapas de los diarios, nadie.

Iván Soler – @vansoler

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