América Latina

26 mayo, 2015

Javier Calderón: «Después de 50 años necesitamos una paz con justicia social»

Luego del ataque de las fuerzas militares colombianas, en el que fueron asesinados 26 integrantes de las FARC-EP y se le puso fin al cese de fuego bilateral declarado hace cinco meses, desde Notas entrevistamos al sociólogo Javier Calderón, integrante de la Marcha Patriótica.

Luego del ataque de las fuerzas militares colombianas, en el que fueron asesinados 26 integrantes de las FARC-EP y se le puso fin al cese de fuego bilateral declarado hace cinco meses, desde Notas entrevistamos a Javier Calderón. El sociólogo colombiano, que integra la Comisión de relaciones internacionales de Marcha Patriótica, nos cuenta también sobre las próximas iniciativas de los movimientos populares del continente para apoyar el proceso de paz en Colombia.

– ¿Como resumirías la situación nacional de Colombia en función del diálogo por la paz abierto en La Habana?

– La realidad colombiana es la realidad de un pueblo organizado que desde hace muchos años trabaja por la construcción de la paz. Se trata de una guerra que ha generado en la población el mayor número de víctimas. El Estado colombiano se ha ensañado contra los sindicalistas, el campesinado, los indígenas y los afro descendientes en represalia al alzamiento de las insurgencias. Por eso -para nosostros- la coyuntura actual es la coyuntura de la construcción paz. Desde el movimiento popular hemos sido claros: no se trata de cualquier paz. Después de 50 años necesitamos una paz con justicia social, dónde la sociedad tenga los derechos humanos, sociales, económicos y políticos reivindicados. Necesitamos una paz con democracia.

Después de tantos años de guerra hay una gran restricción democrática. Solamente el 43% de los colombianos y colombianas votan en las elecciones. Hay una abstención y una apatía enorme. Hay una desmovilización política general de la sociedad.

– ¿Cual es el estado actual del diálogo por la paz luego de que el último jueves el Estado colombiano decidió romper el cese de fuego con las fuerzas insurgentes asesinando a 26 guerrilleros?

– Nosotros desde el comienzo de los diálogos hemos dicho que esas conversaciones deberían darse en medio de un cese de fuego bilateral con el acallamiento de los fusiles. Dialogar en el medio de la guerra es contradictorio, es doloroso, genera muertes de ambas partes, genera las condiciones para que los guerreristas y militaristas de Colombia y Estados Unidos avancen e impidan en que se logre un acuerdo de paz.

Los hechos del jueves muestran que los sectores militaristas están empeñados en que la guerra continúe. Eso produjo que la insurgencia que hace cinco meses había declarado el cese bilateral de fuego haya decretado su fin. A partir de entonces volvemos a tener en todo el territorio nacional el ruido de la guerra lo cual dificultará más el proceso de paz. Nosotros convocamos a toda la sociedad latinoamericana para que se genere un movimiento que exija el cese bilateral del fuego que permita que se den las negociaciones en La Habana en un ambiente favorable al diálogo.

Y, en ese mismo sentido, venimos reclamando que se abra el diálogo con todas las insurgencias. Además de las FARC, también con el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL). Esto tiene que ser así porque consideramos que la paz debe ser una sola con todas las insurgencias, el movimiento social y el conjunto de la sociedad.

– ¿Cuáles son los principales trabas para las negociaciones en La Habana?

– Parar una guerra de 50 años no es nada sencillo. Por dar un ejemplo, en Irlanda el proceso de paz entre los republicanos y los ingleses ha tardado 20 años. Nosotros creemos que el proceso va a tardar y hay que construir las condiciones para que se llegue a la paz.

Lo que más está trabando es la arrogancia de los sectores militaristas que no quieren parar la guerra y procuran generar un ambiente negativo para que se den las negociaciones. El movimiento popular se ha puesto como meta derrotar a los sectores militaristas que están en las fuerzas militares pero que también son un sector de la clase política liderada por Álvaro Uribe y por el procurador General de la Nación.

Simultáneamente también se da contra el complejo militar norteamericano y contra todos los sectores que en América Latina apuestan a que Colombia se siga desangrando. Ese es el principal escollo del proceso: que hay sectores de las clases dominantes en Colombia y en América Latina que no quieren la paz.

El movimiento social es quien tiene que imponer la paz en Colombia y lo vamos a hacer con la movilización popular, con espacios de diálogo y debate ganando el apoyo de América Latina.

– El 5, 6 y 7 de junio se va a estar llevando adelante el II Foro por la paz de Colombia en Montevideo ¿Podrías contarnos en qué consiste esta iniciativa?

– Consideramos que el movimiento social debe participar en el proceso de paz, pero el gobierno no nos va a brindar espacio para nuestra participación. Eso depende de nosotros y nuestras iniciativas populares. Con ese criterio, desde el 2012 venimos construyendo el espacio del Foro por la Paz de Colombia con diversas organizaciones sociales de muchos países del continente. Su primera sesión fue en mayo del 2013 en Porto Alegre. Y en esa ocasión participaron más de mil personas de toda América Latina que desde allí generaron diversas iniciativas apoyando el proceso de paz. calcomania-02

A partir de las complejidades de la situación actual, decidimos convocar a un II Foro que ha tenido una convocatoria exitosa a la cual se han sumado 120 organizaciones de América Latina. Participaran intelectuales como Atilio Borón, Theotonio dos Santos, Víctor Manuel Moncayo y Darío Fajardo. También estarán parlamentarios de distintos países y en el cierre participaran José «Pepe» Mujica, Piedad Córdoba y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.

Toda la América multicolor va a estar reunida en Montevideo apoyando el proceso de paz y lanzando iniciativas contra el paramilitarismo en Colombia y en todo América Latina.

– ¿Cuáles serían las consecuencias para América Latina de un acuerdo de paz exitoso en Colombia en un momento en dónde se están fortaleciendo los sectores conservadores en el continente?

– Un acuerdo de paz en Colombia abriría las compuertas de la democracia y con eso las puertas para que el movimiento social y popular se organice, movilice y participe en las elecciones con garantías para poder hacerlo. A contramano de lo que sucede en América Latina estaríamos hablando de un avance significativo del movimiento popular colombiano que incluso en medio de la guerra continúa resistiendo y esta a la espera de esa apertura a la escena política con todas las fuerzas. Eso va a tardar unos años. Colombia tiene que ir cerrando sus heridas y tiene que reconstruir el tejido social que se ha perdido durante la guerra.

A partir de entonces, las organizaciones populares van a ir ganando confianza de que pueden participar de la democracia sin que sus integrantes sean asesinados. El problema en Colombia sigue siendo que aún te matan por ser de izquierda, sindicalista, indígena o joven. Con un escenario de terrorismo de Estado es imposible avanzar en la construcción de un proyecto político alternativo. Y nosotros creemos que con un escenario de paz -que implique que las armas del Estado estén solo para defender la soberanía nacional- podremos avanzar hacia la construcción de poder popular. Y a eso es a lo que le temen los guerreristas.

También significará que se limiten las acciones beligerantes por parte de grupos de paramilitares y narcotraficantes contra el gobierno de Venezuela y la Revolución Ciudadana de Ecuador desde territorio colombiano. La paz en Colombia es el comienzo para pensar una América Latina en paz y democrática que permita la disputa política en un escenario favorable para el movimiento popular.

Lucas Villasenin – @villaseninl

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