22 mayo, 2015
Gátillo Fácil: Prisión perpetua para oficial de la Metropolitana
Este jueves el Tribunal Oral en lo Criminal N°22 condenó a prisión perpetua a Enzo Fabián Álvarez, policía de la Metropolitana que fue encontrado culpable de “homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de las fuerzas policiales en abuso de sus funciones”. La víctima: Bruno Germán Pappa.
Este jueves el Tribunal Oral en lo Criminal N°22 condenó a prisión perpetua a Enzo Fabián Álvarez, policía de la Metropolitana que fue encontrado culpable de “homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de las fuerzas policiales en abuso de sus funciones”. La víctima: Bruno Germán Pappa.
El tribunal compuesto por Patricia Cusmanich, Sergio Paduczak y Ángel Nardiello decidieron imponer la misma pena solicitada por la querella, a cargo de la subsecretaría de Protección de Derechos Humanos, y el fiscal Marcelo Martinez Burgos.
Durante el veredicto, los jueces rechazaron todos los planteos de nulidad presentados por la defensa que el fiscal Martinez Burgos consideró como “un intento de mejorar la situación” del imputado.
El 8 de septiembre de 2011 el oficial Álvarez se encontraba en la esquina de Leiva y Lemos, en el barrio de Caballito cuando Pappa -que iba en bicicleta- le arrebató un bolso. Según lo que sostuvo en el juicio el representante del Ministerio Público el efectivo dio la voz de alto, mientras sacaba su arma y “montaba el martillo” es decir, la ponía en condiciones de disparar. Acto seguido tiró hacia el joven pero la bala impactó en el bolso haciéndolo caer de la bicicleta.
De acuerdo con los testimonios de los testigos que se presentaron a declarar, Álvarez redujo a la víctima y cuando Pappa ya estaba en el suelo con una rodilla apoyada sobre él, le disparó en la cara a una distancia de entre 10 y 15 centímetros, tal como confirmaron varios peritos durante la instrucción.
En su defensa el uniformado declaró que el disparo fue como consecuencia «de un forcejeo». Si embargo el fiscal consideró en su alegato que esta hipótesis quedaba “totalmente desvanecida” ya que la víctima estaba en un estado de “indefensión total”. Para Martínez Burgos, el imputado tuvo tres oportunidades de «evitar el desenlace que terminó con el fusilamiento de Pappa”: cuando fue abordado y decidió sacar el arma e iniciar una persecución, cuando la víctima cayó de su bicicleta y le disparó, y cuando lo redujo, oportunidad en la que podría haberlo detenido pero decidió “ejecutarlo”.
Cuando lo asesinaron ese 8 de septiembre de 2011, Bruno Germán Pappa vivía en el asentamiento La Fraga, en el barrio de Chacarita. Estaba por ser padre ya que su novia, Cecilia, estaba embarazada de 5 meses. Como madre de la hija de Bruno, Cecilia fue querellante en la causa.
El mismo día que Bruno fue asesinado, los vecinos apedrearon una sede de esa fuerza ubicada en Guzmán y Jorge Newbery. Fueron reprimidos con balas de goma. Al día siguiente el superintendente de Seguridad Comunitaria de la Metropolitana, Ricardo Pedace, justificó al policía Enzo Álvarez. Dijo que el agente “se defendió”.
Este fue el primer caso de gatillo fácil de la Policía Metropolitana en llegar a juicio oral y público. Según un informe realizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) entre 2011 y 2014 se registraron 20 muertes por uso letal de la fuerza. En 12 de esos casos, los agentes estaban fuera de servicio en el momento del hecho y sólo en el último año se registraron 7 víctimas fatales de este tipo.
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