21 mayo, 2015
¿Se debe jugar el superclásico en Córdoba el 9 de junio?
Este miércoles el director técnico de Boca, Rodolfo Arruabarrena, disparó la polémica al afirmar en conferencia de prensa que, después de los incidentes de la Copa Libertadores, no debería llevarse a cabo el superclásico pactado para el próximo 9 de junio. Sin embargo la empresa que patrocina el evento y el gobernador cordobés salieron a defender que se juegue.
Este miércoles el director técnico de Boca, Rodolfo Arruabarrena, disparó la polémica al afirmar en conferencia de prensa que, después de los incidentes de la Copa Libertadores, no debería llevarse a cabo el superclásico pactado para el próximo 9 de junio. Sin embargo la empresa que patrocina el evento y el gobernador cordobés salieron a defender que se juegue.
En sus primeras palabras a la prensa después de la agresión a los jugadores de River en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, Arruabarrena opinó que «lo más sensato sería no jugar ese partido, que además coincide con la fecha de un paro general».
Desde esa perspectiva envió un mensaje claro a la dirigencia del club: «Boca tiene dirigentes inteligentes, que seguramente sabrán lo que tienen que hacer en una situación delicada como la que vivimos».
Sin embargo esta no es la mirada de los organizadores. El partido en Córdoba es promocionado por la empresa World Eleven, a través del empresario Guillermo Tofoni, quien opinó que a este superclásico los graves incidentes registrados en el jueves pasado «no sólo que no lo afectan, sino que lo potencian». Curiosa forma de pensar.
Por su parte, el gobernador José Manuel de la Sota, insistió en esa misma línea. «Nosotros garantizamos la seguridad para realizar el partido el 9 de junio. Sería un gran ejemplo para el país que los dos equipos más grande de la Argentina tengan un gesto de reconciliación».
Hay que recordar que, a diferencia de lo que sucede en el torneo local y los partidos por Copa Libertadores entre equipos argentinos, este Boca-River en Córdoba está pautado para que vayan las dos hinchadas.
El gobernador afirmó «los violentos no entran en Córdoba, porque los barrabravas ni siquiera ingresan a la provincia. La casa se reserva el derecho de admisión».
En diálogo con La Red, De la Sota planteó que el objetivo es que los planteles de Boca y River «salgan juntos a la cancha en medio de una fiesta de luces y fuegos artificiales». «El fútbol tiene que ser un factor de unión, como dice el Papa. Como lo hizo Nelson Mandela con el rugby en Sudáfrica. La Argentina necesita reconciliarse», agregó.
Todavía no está dicha la última palabra, pero es probable (como suele suceder en estos casos) que el negocio prime sobre la seguridad del público, los jugadores y el fútbol.
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