Europa

8 mayo, 2015

Los conservadores se imponen en las elecciones del Reino Unido

Este jueves se realizaron elecciones en Gran Bretaña para elegir los 650 escaños de la Cámara de los Comunes. En el recuento final los conservadores obtuvieron la mayoría absoluta necesaria para designar primer ministro.

Este jueves se realizaron elecciones en Gran Bretaña para elegir los 650 escaños de la Cámara de los Comunes. En el recuento final los conservadores obtuvieron la mayoría absoluta necesaria para designar primer ministro.

Al concluir la votación los resultados arrojaron que los capitaneados por el actual primer ministro, David Cameron, obtenían 331 diputados, 25 más que en los últimos comicios de 2010. Por su parte, el Partido Laborista que postulaba a Ed Miliband llegaba a 239 (19 menos que hace cinco años).

Ademas de la socialdemocracia, la elección también la perdieron las consultoras que apostaban por un empate técnico entre ambos partidos mayoritarios, algo que estuvo muy lejos de suceder.

Con este resultado los «tories» (como se conoce a los conservadores) superaron comodamente la mitad más uno de la Cámara de los Comunes, número necesario para formar gobierno. Se especulaba con que tuvieran que necesitar los votos de los liberales-democráticos (que cayeron de 57 a ocho bancas), aliados de Cameron en su actual gobierno, pero finalmente no fue necesario.

Una gran elección hizo también el Partido Nacional Escoces (SNP, por sus siglas en inglés) que alcanzó 56 representantes -casi la totalidad de los que asigna el territorio de Escocia- lo que lo convierte en la tercera fuerza a nivel nacional. Todo un mérito para un partido no inglés.

Finalmente, los ultraderechistas y antieuropeístas del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) apenas alcanzaron una banca, producto del sistema uninominal ya que a nivel nacional obtuvieron alrededor del 12%. Este mal desempeño del partido que había hecho una gran elección para el parlamento europeo también explica el buen resultado de los conservadores que, evidentemente, lograron atraer parte de ese electorado hacia sus filas. La estrategia de Cameron de ir a buscar esos votos en las últimas semanas con la propuesta de un referéndum para salir de la Unión Europea, fue efectiva.

La elección arroja un claro mensaje de continuidad con las políticas de austeridad del gobierno de Cameron pero sin buscar ningún cambio brusco hacia la derecha como el propuesto por UKIP que incluía propuestas como salir de la Unión Europea.

En un artículo publicado en The Guardian, y titulado «El laborismo perdió esta elección antes de empezar la campaña» el analista Rafael Behr sostiene que los conservadores se apoyaron en dos puntos fuertes para garantizar su triunfo: instalar «una percepción pública de que los años de malestar económico eran culpa del laborismo» y la posible alianza entre estos y los nacionalistas escoceses.

De acuerdo con Behr, la consigna de los tories apuntaba a que votar al laborismo era votar una alianza entre «un partido que quiere romper el país [el SNP] y uno que lo quiere llevar a la bancarrota [el laborismo]». Según el analista estos dos pilares nunca pudieron ser contrarrestados por el candidato Ed Miliband.

Así, los conservadores lograron «eliminar de la discusión cuestiones en las que el partido es débil (el servicio de salud, por ejemplo) bombardeando con mensajes que apuntaban a las fortalezas: el manejo de la economía» y «el liderazgo fuerte».

En síntesis, que sólo votando a Cameron se podía garantizar la «estabilidad y seguridad». Los habitantes del Reino Unido, poco proclives a cambios bruscos, emitieron su opinión.

 

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