6 mayo, 2015
Revelan una red policial delictiva con base en un pool de Munro
Hace pocos días a raíz de una investigación llevada adelante por el fiscal John Broyard, salió a la luz la noticia que desenmascaraba una red de delincuencia regenteada por Héctor López, ex jefe de calle de la comisaría 3ra de Munro, partido de Vicente López. ¿Cómo opera la policía en el municipio macrista?

Hace pocos días, a raíz de una investigación llevada adelante por el fiscal John Broyard, salió a la luz la noticia que desenmascaraba una red de delincuencia regenteada por Héctor López, ex jefe de calle de la comisaría 3° de Munro, partido de Vicente López.
López, apodado “La Vaca”, recorría la zona ofreciendo seguridad a los comerciantes a cambio de una cuota mensual. Por otro lado, regulaba el delito: apretaba a pibes que estaban en el robo, que de no arreglar cuentas con él, eran entregados a fiscales de otras jurisdicciones.
También se encargaba de extorsionar a vendedores de cocaína de varias villas a quienes dejaba “trabajar” mediante el cobro de una coima. Varios testimonios indican que integraba una banda junto a otros policías, donde se encontrarían ex agentes de la Dirección Departamental de Investigación (DDI) de Vicente López.
Pero todas las vinculaciones de “La Vaca” con el entramado delictivo fueron reveladas a raíz de que el fiscal Broyard comenzó a investigar a quienes regenteaban el pool de la estación de Munro. En el lugar -base de operaciones de López-, se vendía cocaína, se ejercía la prostitución y hasta se «reducían» botines de robos.
Las escuchas telefónicas realizadas por parte de la oficina de Observaciones Judiciales de la Secretaría de Inteligencia (SI) a quienes manejaban el pool no solo dejan pegado a López sino que también aparece Alejandro Fuentes, ex integrante de la comisaría 3°de Munro, y que hasta hace poco formaba parte del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de Vicente López.
¿La nueva policía?
A través de la implementación del decreto de “emergencia en seguridad” de Scioli en abril del 2014, Vicente López fue uno de los municipios que adhirió a la creación de las policías municipales, lo que le permite al distrito incorporar para este año más de 300 policías. Previo a esto, el municipio había incorporado a cien agentes a la patrulla comunal, muchos de ellos provenientes de la policía bonaerense.
En el trascurso del mes de marzo, mientras vecinos y organizaciones sociales se oponían a la polémica construcción de un destacamento para la policía local en una plaza del barrio de Villa Martelli, sucedió un confuso episodio que involucró a la flamante fuerza.
Una joven de 22 años embarazada y su pareja que viajaban junto a su hijo de tres años, resultaron heridos al ser baleados por un policía que los embistió desde un móvil de la CPC mientras estos se dirigían a su domicilio.
El hombre declaró que él y su familia volvían a la madrugada de ver a unos parientes a bordo de su auto, cuando fueron sorprendidos por un móvil policial que se les cruzó en el camino con las luces apagadas y comenzaron a disparar sin mediar palabra.
Posterior a lo sucedido el ministro de Seguridad de la provincia, Alejandro Granados, desafectó al agente que efectuó los disparos.
El oscuro prontuario de la comisaría 3° de Munro
El entramado delictivo con los diferentes estamentos policiales ya es historia conocida. Como lo es también el manto de impunidad con que actúan dichas fuerzas.
En el 2002 desapareció Osvaldo Raúl Saliwonczyk. El “Boli”, como lo conocían los amigos, tenía 25 años y vivía en una villa, estigma suficiente para que la policía justifique las reiteradas entradas en la comisaría local. El Boli los había denunciado luego de que lo detuvieran en la calle junto a su novia y les apoyaran las pistolas en la cabeza. Por eso iban tras él.
En la madrugada del 10 de mayo de ese año, el Boli que volvía de encontrarse con sus amigos fue interceptado en las calles de Munro por personal de la comisaría 3°. Luego de darle una fuerte paliza en la calle fue trasladado a la dependencia policial y desde entonces se encuentra desaparecido.
El 29 de agosto de ese mismo año Martín Suarez, de 17 años, fue detenido por un robo que no cometió. Los testigos denunciaron que fue salvajemente golpeado por dos policías y dos personas de civil antes de llevarlo detenido a la comisaría de Munro.
Martín no había robado nada y su padre lo tuvo que ir a buscar al destacamento. “Siempre que hay una detención algún cachetazo se llevan”, le dijeron allí. El joven murió 24 horas más tarde mientras dormía en su casa de Carapachay. La autopsia determinó que falleció por un coágulo cerebral producto de los golpes recibidos.
Los recientes casos de abuso policial, así como el entramado delictivo que involucra a las diferentes fuerzas marcan una clara continuidad de la famosa “maldita” policía.
En tiempos donde el discurso de “seguridad” es parte del libreto que acompaña el giro conservador de gran parte de la clase política, queda aún pendiente desmantelar las viejas estructuras delictivas y reflexionar de manera conjunta sobre la necesidad de un proyecto que democratice las instituciones.
Bruno Chiodi – @BrunoAmauta
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