3 mayo, 2015
Boca- River: el prólogo antes de la trilogía
Este domingo a las 18.15 se juega el primer Boca-River de los tres que nos tiene deparado el mes de mayo. Hoy se disputa el que no define nada pero marca el terreno de cara a los que paralizarán corazones, los de octavos de final de la Copa Libertadores.

Este domingo a las 18.15 se juega el primer Boca-River de los tres que nos tiene deparado el mes de mayo. Hoy se disputa el que no define nada pero marca el terreno de cara a los que paralizarán corazones, los de octavos de final de la Copa Libertadores.
El superclásico argentino por excelencia se vende a todo el mundo, es el partido que el resto del planeta nos envidia. Todo turista que ande curioseando por Buenos Aires paga cifras desorbitantes por ver en cancha de qué va eso del Boca- River. En mayo la exportación de nervios, cargadas, patadas, goles, héroes y villanos tocará el pico más alto del año.
Dentro de once días Boca y River quedarán heridos o fortificados, quedarán pensando en el futuro (con nostalgia del pasado) o en el presente inmediato. 3, 7 y 14 son las fechas de los partidos. A partir de la tarde del domingo el reloj de arena empieza a correr. “A veces pasa y no lo disfrutamos. Hay que disfrutarlo porque estos partidos no se vuelven a repetir todo el tiempo en la vida un futbolista”, reflexionó el técnico de River, Marcelo Gallardo, en la pantalla de Fox Sports el domingo pasado.
En el banco de suplentes de en frente espera tranquilo Rodolfo Arruabarrena, sabe que atrás suyo hay un recambio de jugadores que hace méritos para ser utilizado. Después del 1-4 en Mar del Plata contra Racing llegaron refuerzos en cantidad y calidad: Marco Torsiglieri, Gino Peruzzi, Nicolás Lodeiro, Luciano Monzón y Daniel Osvaldo. Menos el uruguayo Lodeiro (habitualmente convocado por Tábarez para la selección charrúa), todos los otros vinieron de Europa, con mejor o peor presente.
Boca tomó nota del golpe en el verano y a partir de ahí desarrolló una idea de juego que permaneció intacta más allá de los cambios de nombres. River también sufrió en cachetazo en el verano, el 0-5 contra el xeneixe en Mendoza. Pero Gallardo hizo todo lo contrario al Vasco, les renovó la confianza a todos los titulares de cara a la Recopa Sudamericana contra San Lorenzo.
El resultado inmediato fue positivo, ganó ambas finales 1-0 y se consagró campeón. A largo plazo pagó las consecuencias, tuvo que esperar a la última fecha en la primera ronda de la Copa Libertadores para asegurarse su lugar en octavos de final.
Uno pasó con zozobra, el otro caminando, el destino quiso que el mejor primero y el peor segundo sean Boca y River, pero ese destino fue buscado, tal vez inconscientemente, por el accionar de los dos equipos en el mercado de pases. Boca se Europeizó y River se enamoró de la obtención de la Copa Sudamericana y sólo reforzó su plantilla con Camilo Mayada de Danubio de Uruguay y Gonzalo Martínez de Huracán.
En lo futbolístico el Vasco Arruabarrena tiene dudas en la formación titular por temas físicos de sus jugadores, Gallardo duda por rendimientos en algunos puestos de la cancha. El debate sobre las buenas o malas intenciones de Leonel Vangioni hizo que todos posaran los ojos en él, sobre todo los técnicos rivales que se dieron cuenta que a sus espaldas hay vida para aprovechar. El rosarino no vive un gran 2015, con lesiones y acusaciones que mermaron su nivel.
El retroceso de River a veces desordenado quedó expuesto en aquel 0-5 en Mendoza. El Millonario dependerá mucho de lo que haga con los pies y con la boca Jonathan Maidana, que cuando estuvo bien, a su lado brillaron todos: Eder Alvarez Balanta, Ramiro Funes Mori y Germán Pezzella. O River tiene la receta mágica para sacar defensores centrales a rolete o algo hay en el ex Los Andes que mejora a sus compañeros de zaga.
Arriba el equipo de Gallardo tiene a un Rodrigo Mora en estado de gracia, todo lo que toca lo convierte en oro, le falta el acompañante y el asistidor. Los niveles actuales de Teo Gutiérrez y Leonardo Pisculichi les abrieron posibilidades a Fernando Cavenaghi, Gonzalo Martínez y Sebastián Driussi.
Boca encontró firmeza en defensa con la dupla Torsiglieri-Díaz, tiene el mejor mediocampo del país con Meli-Gago-Lodeiro y un abanico de variantes arriba que se mueven al compás de la categoría internacional de Daniel Osvaldo. En el medio de la serie puede recuperar a Juan Manuel Martínez y Sebastián Palacios, mientras tanto disfruta del presente inmejorable de Federico Carrizo, el jugador que más asistencias da en el fútbol argentino junto con Matías Pisano de Independiente.
Sin dudas el que mejor llega es Boca. Pero River, de octubre de 2014 hasta hoy, caminó siempre por la cornisa pero nunca cayó. Esos golpes o te hacen de hierro o te tumban, River por ahora, le sigue sumando calcio a su pecho.
Antes de los clásicos el que más problemas tiene es Gallardo, para armar el equipo titular por ejemplo. Pero si lo pierde el que tendrá más problemas será Arruabarrena porque le sumará a su mochila una segunda eliminación internacional a manos de River. La injusticia del fútbol hará olvidar que le dio de nuevo una identidad futbolística a un club que la había perdido, por el retiro de sus ídolos en el campo y por la vuelta innecesaria del ídolo al banco.
Una eliminación de Boca en octavos de la Libertadores sería un golpe muy grande en un año de elecciones presidenciales, por la fortuna que gastó la dirigencia en el armado de un plantel, que en mayo puede enterarse que recién en noviembre podrá levantar un trofeo (el campeonato local).
La llave de la Copa fue cruel con Boca y Arruabarrena, de no haber sido por el obstáculo del clásico que todo lo empareja, tenía grandes chances de avanzar tranquilo a la próxima ronda. Encima al Vasco los números lo avalan, tiene el 72 % de efectividad como técnico de Boca, mientras que Gallardo suma el 70%. La diferencia entre los 2 es el penal que Marcelo Barovero le tapó a Emanuel Gigliotti en las semis de la Sudamericana. Por esa jugada, entre otras cosas, uno ya sabe lo que es salir campeón en un grande y el otro sigue en ese camino.
Si River elimina a Boca en el Monumental logrará uno de los hitos más importantes de su rica historia, si Boca lo deja afuera de la Libertadores por tercera vez, no habrá tricampeonato que puedan enrostrarle para achicar su espalda agigantada.
Boca-River, River-Boca y Boca-River, de nuevo, nos muestra la grilla del mes de mayo. Uno busca hacer historia, el otro repetirla. El mejor momento de uno se topa con el peor rival que le podía tocar, la levantada de otro se topa con el partido para volver a ser. El 15 de mayo a la mañana uno estará pensando en noviembre mientras el otro estará planificando el viaje a Brasil. Así de cruel es el fútbol y así de lindo también.
Lucas Jiménez – @lucasjimenez88
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