Géneros

29 abril, 2015

«Al primer acto de violencia, hay que denunciar: el violento no cambia»

En diálogo con Radio Sur, Fernanda Chacón reconstruyó su historia víctima de distintas violencias propiciadas por su ex marido, Daniel Castro, quien se encuentra preso desde hace un año en la cárcel de Devoto pero que, por un juicio abreviado, en poco tiempo podría pedir salidas transitorias. “Si sale puede matarme a mí y a la nena”, dijo.

En diálogo con Radio Sur, Fernanda Chacón reconstruyó su historia víctima de distintas violencias propiciadas por su ex marido, Daniel Castro, quien se encuentra preso desde hace un año en la cárcel de Devoto pero que, por un juicio abreviado, en poco tiempo podría pedir salidas transitorias. “Si sale puede matarme a mí y a la nena”, dijo.

– ¿Cuál es tu historia Fernanda y cómo llegamos hasta esta situación?

– Mi ex marido está preso hace un año, por una causa anterior que yo desconocía. Cuando queda preso se le imputan nueve delitos en su contra y le dictan una prisión preventiva. Amenazas coactivas, lesiones, desobediencia y amenazas simples, entre otros delitos.

El tema es que durante un año por suerte no supe nada de él, hasta que hace 20 días salió una cuota alimentaria a favor de la hija que tenemos en común. Por lo que le retienen el sueldo que tiene en la cárcel. Es así que él me llama desde la cárcel y me empieza a amenazar con que le devuelva la plata que según él “le robe” -aunque esto lo dispuso un juez de menores- y que iba a mandarme a matar a mí y a la nena porque quería su plata.

Eso fue el 25 de marzo. El fiscal que lleva la causa dispuso consignas policiales en tres domicilios y a los cinco días me llaman para avisarme que va a firmar un juicio abreviado, por lo que en poco tiempo él podría estar en condiciones de pedir salidas transitorias. Por eso está el tema de que si sale puede matarme a mí y a la nena.

– ¿Vos tuviste la posibilidad de apelar el juicio abreviado?

– Yo nunca me presenté como querellante en la causa ya que la oficina que trabaja con las víctimas de violencia siempre me dijo que la causa iba bien encaminada, que no me convenía presentarme como querellante. Por lo tanto no puedo apelar y tengo que aguantarme lo que decida el fiscal y el tribunal oral. Él firmó ese abreviado, el cual ya debe estar aprobado, por lo tanto solo queda esperar a ver cuándo va a pedir las salidas transitorias.

– ¿Qué es lo que pensás hacer más allá de esta vía judicial, que a veces tarda demasiado?

– La verdad no lo sé. Seguiré con mis acciones propias de prevención, que la mayoría de las veces se reduce a vivir escondida con mi hija. La verdad es que vivimos escondidas porque el Estado no me garantiza nada. Yo estoy pidiendo al juzgado civil y penal una consigna móvil, o sea alguien que venga cuando me muevo con la nena, y me contestan que no hay recursos. El Estado no me está garantizando nada. Lo único que me dicen que él tiene muchos derechos, más que yo que estoy libre.

Él me puede encontrar, sabe donde vivo. Y los abogados de él tienen acceso a los expedientes y ven mi domicilio. Los juzgados no guardan la identidad de los menores, que es algo que vengo pidiendo que se guarde. Pero no me dan bolilla.

– ¿Se comunicó con vos alguna organización para expresar algún tipo de solidaridad?

– Si, varias organizaciones de mujeres se comunicaron conmigo. De hecho yo trabajo en una fundación que investiga sobre las cuestiones de violencia de género. Tengo la solidaridad de todos ellos, pero lo que yo necesito es que la justicia actué como tiene que actuar. Las organizaciones más que solidarizarse no pueden hacer mucho más.

De hecho la denuncia no solo la hice en la comisaria sino también en la Oficina de Violencia Domestica (OVD), y ellos hicieron un informe de alto riesgo que remitieron a la fiscalía. El tipo es sumamente peligroso. En una de las tantas denuncias que yo hice y por las cuales está preso, es porque le puso un cuchillo en el cuello a la nena porque yo no quise tener relaciones con él. Es una persona muy peligrosa que no le interesa la vida de su hija.

– ¿Cómo haces para mantener al margen a tu hija?

– Con tratamiento psicológico. Yo tengo dos hijos más que viven conmigo y están todos con tratamiento psicológico debido a esta situación. Uno intenta contenerlos, pero es algo que nunca se termina.

– ¿Qué les dirías a otras mujeres que padecen violencias domésticas?

– Que al primer acto de violencia denuncien. El violento no cambia. Existe lo que llaman el “ciclo de violencia”, que comienza con la violencia psicológica, luego física y finalmente la “luna de miel”, donde ellos dicen que están arrepentidos. Pero tal arrepentimiento no es real, es falso. Está comprobado que es una mentira, el violento no cambia. Al primer acto de violencia hay que denunciar.

 

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