28 abril, 2015
PASO porteñas: Tres internas “de derecho” y una “de hecho”
Por Ulises Bosia. El domingo fueron las PASO en la Ciudad de Buenos Aires. Con la revalidación del liderazgo del macrismo, PRO, ECO y FPV monopolizaron la elección. El progresismo y la izquierda no se adaptan a la existencia de las primarias.
Por Ulises Bosia. El domingo fueron las PASO en la Ciudad de Buenos Aires. Con la revalidación del liderazgo del macrismo, PRO, ECO y FPV monopolizaron la elección. El progresismo y la izquierda no se adaptan a la existencia de las primarias.
Hubo tres grandes internas que acapararon el 88% de los votos y la mayor parte de la atención del electorado:
PRO
El macrismo revalidó de manera categórica su ascendencia entre la población de la Ciudad de Buenos Aires. La interna entre “Horacio” y “Gabriela” captó buena parte de la atención del electorado, llegando a poco menos del 50% de los votos. El triunfo de Rodríguez Larreta fue contundente, casi por diez puntos porcentuales. El desempeño de Michetti, por su parte, fue menor al esperado y es posible interpretar que el segundo lugar del ECO tuvo que ver con la incapacidad de la senadora por sumar esos votos.
Por otro lado, forzado por la decisión de Michetti de ir a internas, Macri se vio obligado a poner en juego su autoridad como dirigente político por primera vez. Lo hizo de manera decidida apoyando a Rodríguez Larreta, arriesgándose a autoinflingirse una derrota y contrariando las encuestas de imagen pública, que originalmente favorecían a “Gabriela”. Le salió bien.
El PRO tuvo que dejar atrás la imagen de ser un “equipo” casi que de amigos, para mostrarse como un partido político, con declaraciones cruzadas, internas, alineamientos, pujas de intereses, negociaciones. No fue castigado por su electorado por ello.
ECO
El frente ECO logró el segundo lugar y es improbable que lo pueda perder en las generales con el Frente para la Victoria. La única duda es cuántos votos de Michetti abandonarán la boleta del PRO y se sumarán a la del ECO.
Teniendo en cuenta que en la Ciudad de Buenos Aires para ganar en primera vuelta hay que llegar al 50%, eso lo podría conducir a un ballotage en el que Lousteau se ubicaría como el principal opositor al macrismo. Paradójicamente, esto se da en un año de recambio presidencial donde todas las elecciones provinciales se nacionalizan y el ECO, mayoritariamentem está alineado con la alianza PRO-UCR.
No solamente la performance de Lousteau fue muy buena, sino también la de Ocaña, que superó los cuatro puntos y a título individual terminó quinta.
FPV
El Frente para la Victoria se propuso como objetivo volver a ser segunda fuerza en la Ciudad y no lo logró. Quedó muy por debajo de la imagen positiva que mantiene la presidenta entre los porteños y porteñas.
Mariano Recalde logró un predominio claro, en la primera vez que un integrante de la mesa chica de La Cámpora va a las urnas por un cargo ejecutivo de un distrito federal. En ese sentido no fue una mala elección para él.
Pero muy flojas estuvieron las otras opciones progresistas del FPV, que quedaron por debajo de la votación del Frente de Izquierda, ya de por sí más baja que en otras oportunidades. Cerruti logró un segundo lugar y por muy poco superó a Ibarra, ambos con alrededor de dos puntos. Heller no llegó al 1,5%.
A diferencia de las dos anteriores, en las internas del FPV había una disputa real entre diferentes listas de legisladores, pero la diferencia tan grande entre la boleta de Recalde/Tomada y las demás determinó que la boleta de legisladores para julio sea exclusivamente la primera. Esto marca un triunfo del Partido Justicialista, por un lado, y que el ibarrismo, el Partido Solidario de Heller, el Movimiento Evita y otros agrupamientos queden sin chances de buscar un lugar en la Legislatura, por otro lado.
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El progresismo y la izquierda
Hubo una cuarta interna “de hecho”, fuera de las estructuras políticas tradicionales, en el progresismo y la izquierda. El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), Autodeterminación y Libertad (AyL), Camino Popular, el MST, Bien Común, SurGen, ALBA y otros espacios fueron todos separados y pagaron las consecuencias, con bajas votaciones y una mayoría que no logró superar el piso de las PASO.
Lamentablemente, a causa de una cultura política que apuesta a la fragmentación y por una vocación minoritaria, este espacio político fue incapaz de enfrentar el predominio de las opciones de derecha y centro derecha y aprovechar mejor el mecanismo de las PASO, con la formación de una interna “de derecho”.
Tres listas superaron el piso del 1,5%: en primer lugar el FIT, capitalizando la referencia nacional que logró instalar como principal agrupamiento de izquierda, aunque por lo que se vio hasta ahora en Salta, Mendoza, Santa Fe y Capital en un lugar minoritario y en general de retroceso con respecto a 2013.
AyL en segundo lugar, a partir de la referencia personal de Luis Zamora, que mantiene un electorado fiel que le renueva su confianza cada dos años, a pesar de que cuenta con una estructura militante realmente muy pequeña.
Y Camino Popular en tercer lugar, con un despliegue militante muy importante en la ciudad, que le permitió haber pasado en las categorías de legisladores con la figura de Itai Hagman y en 12 de 15 comunas de la Ciudad. Claudio Lozano, por su parte quedó muy cerca en la categoría jefe de gobierno y deberá esperar el escrutinio definitivo. Las demás listas quedaron todas muy lejos.
Ahora las tres que pasaron buscarán capitalizar los cuatro puntos de votantes que eligieron listas de izquierda y centro izquierda que no superaron las PASO, así como a los votantes que eligieron candidatos progresistas que perdieron en las principales internas, para disputarse dos o en el mejor de los casos tres bancas en la Legislatura que, de haberse presentado unidos, estarían aseguradas para los más votados.
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Tomar nota de la consolidación o el fortalecimiento de las opciones liberales de derecha y centro derecha en la Ciudad de Buenos Aires no equivale a trasladar esa ideología a sus votantes y terminar por “sentir asco” de sus habitantes. Esa reacción está más cerca de una expresión de impotencia y desesperación de los militantes progresistas y de izquierda que de la búsqueda de una comprensión de las razones del voto para poder intervenir de mejores maneras en el futuro.
Las relaciones entre el perfil ideológico de los candidatos y las ideas y convicciones del electorado son siempre más complejas, con más razón en una época en la que programas políticos y propuestas se disimulan detrás de la imagen personal y el marketing electoral. De otra manera sería difícil entender la distancia entre el apoyo a la presidenta en la Ciudad y los votos del Frente para la Victoria, por ejemplo, o habría que concluir que en 2013 existía un millón de trotskistas en la Argentina.
De todos modos, en clave de lectura nacional, las elecciones porteñas consolidaron la tendencia al fortalecimiento del polo liderado por Macri, a esta altura prácticamente indiscutido como principal opositor al FPV. El papelón de Sergio Massa, cuyo candidato no llegó al uno por ciento, habla por sí solo de la actualidad del Frente Renovador.
@ulibosia
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