Mundo Gremial

8 abril, 2015

Periodistas del diario Clarín retiran sus firmas por reclamos laborales

Esta semana, entre martes y jueves, las y los trabajadores de prensa del diario Clarín vienen realizando un quite de firmas ante el incumplimiento por parte de la empresa de promesas en cuanto a aumentos salariales de la paritaria de 2014.

Esta semana, entre martes y jueves, las y los trabajadores de prensa del diario Clarín vienen realizando un quite de firmas ante el incumplimiento por parte de la empresa de promesas en cuanto a aumentos salariales de la paritaria de 2014.

Carlos Liascovich, delegado de la Comisión Interna de Clarín dialogó con el programa Llevalo Puesto de FM La Tribu para explicar los motivos de la medida de fuerza.

El delegado comenzó explicando que «desde el año pasado» vienen «arrastrando el incumplimiento de una promesa que la misma empresa había hecho de aumentar los salarios un 30% para todos. Es decir por encima del acuerdo paritario que se firmó que era del 26% y 28%». Esto se da además en un marco donde «los diarios del Grupo Clarín anuncian en sus tapas que durante 2014 hubo una inflación del 38%, 40%» mientras que, en relación a esos números, los salarios de sus trabajadores «han quedado completamente desactualizados».

Ante la falta de respuesta los trabajadores planteron alternativas. Por un lado solicitaron que les dieran «una suma única y fija de 4200 pesos para compensar la inflación», pero no hubo respuesta. Otra opción se inspiró en el hecho de que «empresas del grupo están recibiendo bonos de consumo en shoppings, que hacen canjes por publicidad», contó Liascovich. Pero los directivos tampoco aceptaron.

Esta situación se suma a otros dos problemas denunciados por la Comisión Interna: el incumplimiento de pago por título y las recategorizaciones. “El último acuerdo paritario establece un pago de una determinada cantidad, actualizable por título universitario o terciario», comentó el dirigente gremial y añadió que además “hay una vieja historia con la falta de recategorización. Somos muchos los trabajadores que cumplimos tareas por encima de la categoría que tenemos”.

Por eso adoptaron la medida de hacer un quite de firmas entre el martes 7 y el jueves 9 de abril, acción que ya habían llevado a cabo el lunes 30 de marzo.

Consultado sobre el impacto de esta forma de protesta, el entrevistado subrayó que “es una cuestión simbólica importante» ya que «hay una tradición en muchos diarios de que los periodistas se hagan cargo de lo que escriben. Que desaparezca esa firma durante varios días de alguna manera expresa en muchos sectores (políticos, empresariales, con influencia) un ruido. No un daño material, pero sí un ruido simbólico”.

Para Liascovich, esto les permite «ir expresando nuestra disconformidad sin establecer todavía una ruptura mayor”.

Las ganancias de Clarín y la lucha por la organización sindical

Durante la entrevista, el delegado respondió a la pregunta de cual era el argumento de la empresa para no pagar lo prometido y si, como han sostenido otras firmas, el planteo respondía a una crisis económica.

Liascovich fue claro: «Como el Grupo Clarín cotiza en bolsa tiene que, trimestralmente, presentar todos sus números. Lo que presentaron de 2014 muestra que, como grupo, aumentaron sus ventas un 38%. Allí puede incidir un factor inflacionario, pero en ganancias (esto es lo interesante), aumentaron 68% respecto de 2013. Es decir que excedieron largamente la inflación”.

De esta forma el trabajador de prensa desmintió el argumento de una potencial crisis de la empresa de Ernestina Herrera de Noble. “En los números Clarín como grupo está muy sólido. Y es un grupo que está cada vez más vinculado a la televisión por cable e internet que, especialmente este último, son sectores en crecimiento”, dijo.

“Evidentemente esa mayor ganancia se hace a costa de nuestros bajos salarios”, opinó el delegado y consideró que con su pedido no están «poniendo en jaque el horizonte de la empresa”.

Finalmente comentó que esta situación donde hay representantes gremiales que puedan reclamar a la patronal, no es algo que ocurrió siempre en Clarín: “Tuvimos 12 años donde no pudimos tener actividad gremial», apuntó Liascovich y recordó que «en el año 2000 hubo más de cien despidos y una represión interna muy fuerte. Desde entonces se impidió la actividad sindical. Incluso suprimieron los bares que había porque suponían que era un germen de encuentro y conspiración”.

Por eso “de a poco fuimos reconstruyendo esto, en 2012 pudimos elegir delegados paritarios y para fin de ese año elegimos la Comisión Interna que fue al principio muy resistida y después se logró entablar un diálogo normal con la empresa, por supuesto con conflictos y discusiones. Pero no volvieron a aparecer esas tendencias de represión”.

 

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