Nacionales

2 abril, 2015

Las Islas Malvinas y su futuro petrolero

En las últimas semanas el tema “Malvinas” volvió a estar en la agenda internacional a partir de la decisión británica de “reforzar” las islas con armamento y equipo militar. Esto generó una respuesta del gobierno argentino. El tema Malvinas tiene una especial importancia en el mundo desde un punto de vista diplomático y de soberanía, pero también hay un interés estratégico respecto al petróleo.

En las últimas semanas el tema “Malvinas” volvió a estar en la agenda internacional a partir de la decisión británica de “reforzar” las islas con armamento y equipo militar. Esto generó una respuesta del gobierno argentino. El tema Malvinas tiene una especial importancia en el mundo desde un punto de vista diplomático y de soberanía, pero también hay un interés estratégico respecto al petróleo.

Muchos atribuyen este “relanzamiento” militar, anunciado por el ministro de Defensa inglés, Michael Fallon, a la política interna del país europeo ya que el próximo 7 de mayo habrá elecciones y David Cameron, el primer ministro del Reino Unido, planea continuar con un segundo mandato.

Desde Argentina, el gobierno de Cristina Fernández presentó un texto donde denuncia el “injustificado aumento del ya desmedido gasto militar británico en las Islas Malvinas”. La carta oficial fue enviada a la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entre otros importantes organismos internacionales.

Pero las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y la zona marítima que rodea al archipiélago, ocupadas ilegalmente por el Imperio Británico en 1833, están rodeadas por importantes cuencas hidrocarburíferas. La revista Oil & Gas Journal de enero de 1994 publicó un artículo de Philip C. Richards y Nigel Fannin, del British Geological Survey de Edinburgo, donde se destaca que en las Islas Malvinas “habría un gran potencial de hidrocarburos”.

Si bien se conoce sólo hace 20 años que hay crudo en la zona, investigaciones recientes de geólogos británicos afirman que las reservas pueden ser de mucha importancia. Pero su comercialización, como en cualquier parte, va a depender de la calidad, los costos, la estructura y el valor internacional del barril.

La principal dificultad que tienen las empresas petroleras en la plataforma argentina para extraer hidrocarburos en las cercanías de las Malvinas tiene que ver con que las actividades son off-shore (plataformas marítimas), bajo condiciones climáticas muy adversas y en grandes profundidades. A esto se le suma la falta de estructura de las islas para una industria como la petrolera que requiere de alto desarrollo. Todo esto encarece la producción.

De todas formas, desde que se conoció que hay posibilidades de extraer crudo (y que sea rentable) en las Islas Malvinas por el avance tecnologico, creció el interés comercial. En 1998, la operadora noruega Borgny Dolphin realizó exploraciones durante ocho meses, pero los resultados fueron un fracaso total. Todavía no era rentable extraer crudo de las Islas Malvinas.

Pero la industria petrolera no descansa y así como en Estados Unidos se produjo el fenómeno del “boom del shale” mediante la técnica del fracking (fractura hidráulica), las formaciones de hidrocarburos que están bajo los mares alrededor de las Islas Malvinas comienzan a ser rentables producto de los avances tecnológicos. Prueba de ello son las crecientes compañías que se acercan a la zona a realizar exploraciones.

Hoy las empresas petroleras tienen más información y con mayor exactitud. Saben qué van a buscar. Esos datos antes no los tenían. Se cree que cerca de 200.000 km2 del área off-shore de las Islas Malvinas contienen importantes perspectivas de disponer de yacimientos de crudo.

En 2010 arribó a la zona la plataforma semi-submarina conocida como Ocean Guardian, perteneciente a la empresa Diamond Drilling, que a su vez había sido contratada por Desire Petroleum para realizar las exploraciones. Tuvo relativo éxito.

Poco tiempo después, la empresa Rockhopper Exploration, utilizando la misma plataforma, anunció que los pozos perforados en el prometedor bloque Sea Lion (unos 100 km al norte de las Islas Malvinas), a 2.700 metros de profundidad, resultaron “de alta calidad”. En 2011, Rockhopper informó que iba a extraer 155 millones de barriles de petróleo del bloque Sea Lion, mucho más de lo que creía.

Además, en las Islas Malvinas operan otras empresas inglesas como Premier Oil y Noble Energy, Rockhopper Exploration, Border & Southern Petroleum, BHP Billiton y Falkland Oil & Gas, que están realizando actividades de exploración en las ricas cuencas del sur del archipiélago. La Asamblea Legislativa de las islas calcula que en 2015 podrían recibir cerca de u$s 2.000 millones por la actividad petrolera. Una suma más que importante para los 3.000 habitantes de las islas.

En la actualidad, además de Rockhopper Exploration y Falkland Oil & Gas, las empresas petroleras que mayor desarrollo y dinero están invirtiendo son Premier Oil, que cotiza en Inglaterra, y Noble Energy, que lo hace en Estados Unidos. Ambas desembolsaron unos u$s 400 millones en seis pozos off-shore en las Islas Malvinas.

Sam Moody, CEO de Rockhopper, hace poco dijo sobre el futuro de la producción de crudo en Malvinas: «Estamos hablando de cerca de 400 millones de barriles de petróleo recuperable. No recuerdo la última vez que se descubrió esa cantidad en el Mar del Norte británico».

La diplomacia argentina viene rechazando las actividades de Gran Bretaña relacionadas a la exploración y explotación de los recursos no renovables, como el petróleo y el gas. Existe un antecedente en 1995, cuando se firmó un acuerdo entre ambos países donde Buenos Aires iba a recibir el 3% de “regalías” por la actividad petrolera. Ese acuerdo nunca se cumplió. En 2011, Argentina sancionó la Ley Nacional N° 26.659 que prohíbe a empresas realizar actividades petroleras en las plataformas de Malvinas sin autorización.

El interés de Gran Bretaña en la zona tiene que ver con su control militar en el Atlántico Sur y sobre las islas Ascensión, Santa Elena y Tristán de Acuña, además del archipiélago de Malvinas. Tiene que ver con un interés comercial con la pesca, que aún hoy sigue siendo uno de los ingresos económicos principales de las islas. Y tiene que ver con un interés geopolítico con fuerte resabio colonial por el paso bi-oceánico y su cercanía con la Antártida.

Pero hay que prestarle atención al interés inglés sobre los hidrocarburos, porque todo indica que a partir de 2020, produciendo más de 60.000 barriles de crudo diarios, el petróleo será el factor determinante en la región.

Roberto Bellato – @rbellato8

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