16 marzo, 2015
Syriza: Negociando con la mayoría
Luego de las tensiones de un intenso mes de enero con la campaña electoral que permitió el triunfo a Syriza y de un febrero plagado de tensiones por la renegociación de la deuda el país heleno continúa en el centro de la discusión política del continente europeo.

Luego de las tensiones de un intenso mes de enero con la campaña electoral que permitió el triunfo a Syriza y de un febrero plagado de tensiones por la renegociación de la deuda el país heleno continúa en el centro de la discusión política del continente europeo.
Negociación tras negociación
La principal consecuencia inmediata de la negociación fue la extensión por cuatro meses del rescate griego que evitó el default a partir del vencimiento de deuda del 28 de febrero. Una vez pasado el acuerdo entre el Europgrupo y el nuevo gobierno griego se podía pensar que este último podría enfocarse directamente en los asuntos internos y en combatir la enorme crisis humanitaria que padece el país.
Lejos de cumplirse las expectativas de quienes podrían considerar que se trataba de un acuerdo definitivo, se demuestra que haber logrado esos cuatro meses de extensión fue esencialmente el primer paso para la renegociación de la deuda griega. El documento acordado si bien establecía la orientación de impulsar una reforma fiscal e impositiva, proclamaba que la salida a la crisis no era con más ajuste en los servicios públicos o que no habría medidas «unilaterales» del gobierno griego (como aumentar los salarios o terminar con las privatizaciones), era un documento general al que le faltaba determinar cómo se llevarían a cabo muchos de los puntos allí expresados. Se trato de una negociación que abren otras nuevas negociaciones mientras exista la posibilidad de que las mismas se lleven a cabo.
La verdadera negociación de la deuda griega aún está dando sus primeros pasos. Actualmente Grecia espera un desembolso de fondos acordados por 7200 millones de euros y afronta vencimientos de 6000 millones este mes y 11000 millones en julio y agosto. El primer ministro Alexis Tsipras pronostica que se van a decepcionar quienes piensan que en junio será necesario un tercer rescate. Mientras tanto, continúa la negociación.
Fuentes de las «instituciones» (Banco Central Europeo, FMI, Comisión Europea) sostienen que es imposible un acuerdo con la actitud que asume el gobierno griego. A través de diversos funcionarios expresaron su descontento porque Atenas solo les permite a sus técnicos permanecer en los hoteles del país sin dejarlos entrar a los ministerios.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaube, continuó con sus amenazas de que si el gobierno griego no llega a un acuerdo con sus acreedores internacionales puede salirse del euro. Según él, «Europa está dispuesta a ayudar a Grecia, pero Grecia debe dejarse ayudar». Sobre una posible salida del país heleno sostiene que «cómo la responsabilidad y la posibilidad de decidir qué ocurre reside sólo en Grecia y cómo no sabemos exactamente qué hacen los responsables en Grecia, en este momento no podemos descartarlo». Quienes fueron durante mucho tiempo partidarios del consenso y de la unidad del continente, ahora pretenden hacerle creer a los europeos que la decisión de irse o no de la Eurozona depende sólo del gobierno griego.
El último viernes, el mismo Tsipras le respondió a Schaube con las siguientes palabras: “Los problemas de Grecia son los problemas de la zona euro. El área de la moneda única debería enviar a Grecia un mensaje de solidaridad mientras Atenas se prepara para cumplir sus promesas de reformas a cambio de más préstamos”. Igualmente desde el gobierno de Syriza no descartan la posibilidad de la salida de la Eurozona, pero quienes deberán decidirlo es el pueblo griego. Dirigentes de Syriza se mostraron dispuestos a convocar a un plebiscito para que la población decida.
El optimismo continúa estando del lado griego. El ministro de Finanzas, Yanis Vaoufakis, en una entrevista al diario El Mundo, sostuvo que tiene toda la confianza de que un acuerdo en los términos que plantea su gobierno será logrado. «La iniquidad impide el crecimiento. Por tanto, atender a quienes necesitan ayuda no constituye un drenaje de recursos de la sociedad, sino que fomenta (…) su capacidad de actuar mejor. Y, por tanto, incrementa su capacidad de devolver la deuda. Así que eso no hace falta», declaró.
Por otro lado, desde el gobierno griego se avanza en la exigencia de que Alemania se haga cargo de los pagos de los costos de la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial. La semana pasada se creó una comisión para reclamar por los daños materiales causados y un préstamo que los nazis obligaron a desembolsar al Banco de Grecia (que actualmente sería de un equivalente entre 7000 y 11000 millones de euros).
Para frenar la tensión creada con las declaraciones durante la última semana Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y Tsipras se reunieron el viernes. Juncker se mostró más negociador que en otras ocasiones y descartó la posibilidad de un fracaso en el diálogo.
Un gobierno apoyado por el pueblo griego
Las cuentas del Estado griego están en crisis hace años y esa situación no ha dejado de agudizarse en los últimos meses. También se han retrasado los pagos a empleados públicos en febrero. Y, aunque Varoufakis anuncie que no habrá problemas para pagar salarios y pensiones en marzo, la incertidumbre sigue estando presente.
A pesar de que en febrero la Comisión Europea pronosticó un crecimiento de la economía griega para el 2015 del 2,5% y en el 2016 de 3,6% -la proyección de crecimiento más alta de la eurozona-, los grupos financieros del continente no parecen confiar en ese pronóstico. La Agencia de Gestión de la Deuda Pública griega continúa endeudándose a tasas de interés cada vez más altas. La semana pasada el Tesoro emitió letras por 1.300 millones de euros con un vencimiento a tres meses y una tasa del 2,7% mensual. Se trata de la tasa de interés más alta desde marzo del 2014.
La situación que atraviesa el país no impide que la esperanza de un cambio le siga ganando al miedo. Según la encuesta de Public Issue seis de cada diez griegos valoran como positivo el acuerdo alcanzado en febrero. Un 36% sostiene que se podía lograr un acuerdo más favorable para el país mientras el 59% considera que era improbable llegar a mejores condiciones. Actualmente el 55% de los griegos considera que Syriza lograra la recuperación económica y el 79% tiene una imagen positiva de Tsipras.
Claramente, el gobierno de Syriza reabrió debates que se creían clausurados en el continente y a pesar de padecer las consecuencias de la crisis mantiene el apoyo de las mayoría de la población de su país.
Esta situación demuestra al continente europeo que quienes juegan con el futuro de Europa no son justamente aquellos que son acusados de anti-sistema o de querer salirse de la eurozona. Como señaló recientemente en una nota sobre la situación griega el dirigente de Podemos Iñigo Errejón para quienes rompen con los dogmas neoliberales no es un «momento de juegos, sino de gran responsabilidad».
Lucas Villasenin – @villaseninl
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.