Reabre la Lugones

En diciembre del 2013 la mítica Sala Lugones, en el décimo piso del Centro Cultural San Martín, cerraba por reformas por un plazo que inicialmente se fijaba en siete meses. El objetivo inicial era el de renovar la sala, tanto en las comodidades para los espectadores como en su actualización tecnológica.

Sin embargo, los siete meses pasaron sin novedades. También los nueve. Y el niño no nacía. Pasó un año. La más que respetable horda cinéfila porteña, que considera a “La Lugones” como un auténtico templo, comenzaba a impacientarse. Las denuncias crecían, las sospechas de privatizaciones y negociados de amigos de Mauricio se multiplicaban.

Allí el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, no tuvo más remedio que salir a explicar. Dijo que la reapertura estaba demorada porque se había decidido incorporar a la sala un proyector DCP (Digital Cinema Package). Pero el anuncio, presentado como una novedad no era ni más ni menos que uno de los objetivos iniciales del cierre de este ineludile espacio cultural porteño.

Así pasó un año con la Lugones cerrada. El espacio mágico en el que muchos descubrimos y/o disfrutamos a Keaton, Coppola, Godard, Pasolini y tantos otros maestros, seguía cerrado. Sin explicaciones ni justificaciones. En el Centro Cultural General San Martín ya funcionaban la Sala Alberdi, en la plaza seca de Sarmiento y Paraná comenzaron a tocar bandas y los diversos bares cdel complejo siguieron facturando, pero la Lugones seguía a oscuras.

La excusa oficial PRO que presentaba como causal de demora lo que no era más que uno de los objetivos originales, intentaba justificar una injustificable tardanza en la reinauguración de este espacio icónico. El décimo piso de avenida Corrientes al 1530, única sala equipada con dos proyectores 35mm en línea y con un proyector 16mm, seguía silencioso.

En 15 meses se renovó el tapizado de las 233 butacas de la sala y se reemplazó el vetusto cielo raso de la sala y del hall de entrada. También se cambió la alfombra de la sala y se instaló el famoso proyector DCP.

Al fin y al cabo, más de un año después de la clausura, más del doble de lo planificado inicialmente y con la clásica ausencia de explicaciones del funcionariado porteño, el próximo 18 de marzo la Lugones reabrirá sus puertas.

Esta incluirá una muestra en el hall de entrada y la presentación en sala de la película en 35mm Así cantaba Carlos Gardel. El filme reúne diez de los 15 cortos filmados por Gardel en 1930 bajo la dirección de Eduardo Morera, auténticas partidas de nacimiento del cine sonoro nacional.

Luego arranca un ciclo cinéfilo de los que esperábamos. Quince copias nuevas en 35mm de Seijun Suzuki, enviadas desde Tokio, nos ofrecen la posibilidad de conocer a este director de culto tan reconocido internacionalmente como celebrado por Quentin Tarantino (lo que sea más importante).

Además de sus obras más conocidas, se proyectarán ocho de sus primeros largometrajes para los estudios Nikkatsu, filmes genéricos clase B desconocidos fuera de las fronteras de Japón. Según el crítico británico Tony Rayns, estos proyectos iniciales de Suzuki “eran asignaciones del estudio y generalmente se trataba de largometrajes de identidad genérica clara y bien definida: policiales duros, comedias, films de guerra, películas de yakuzas, melodramas con prostitutas. A un promedio de tres o cuatro realizaciones al año, Suzuki comenzó a encontrar la forma de hacerlas más ‘interesantes’, lo que generalmente implicaba intensificar lo que ya estaba disponible en el guión: utilizar una puesta en escena e iluminación de origen teatral, mostrar la acción desde ángulos excéntricos, destacar los detalles más inesperados, elevar el nivel del humor absurdo”.

Un espacio de felicidad reabre sus puertas. Tarde, tardísimo, ocho meses tarde. Pero reabre. 25 pesos la general (15 con descuento). A partir del 18 Buenos Aires es una ciudad mejor.