Cultura

3 marzo, 2015

Una distopía conurbanera

Llavallol, primera novela de Carlos Senin y Omar Neri, nos invita a un viaje distópico por una Argentina de un futuro cercano en el que un reaccionario gobierno ecologista impulsa ciudades-museo, a las que la población harta del presente puede mudarse para vivir para siempre en alguna década pasada.

Dice Wikipedia que Llavallol es “una localidad situada en el sudoeste del partido de Lomas de Zamora, en la zona sur del Gran Buenos Aires, en la República Argentina. Limita con las ciudades de Temperley, Turdera, Adrogué, Luis Guillón, Lomas de Zamora, y con Malvinas Argentinas. Posee numerosas industrias y una importante estación ferroviaria de pasajeros y cargas, con espacio para maniobras y talleres para los trenes eléctricos de la Línea General Roca” (luego de los recientes anuncios presidenciales suprimimos la mención a la empresa operadora).

Pues bien, Wikipedia dice algo de lo que es Llavallol, un poco de lo que fue (remontándose al asentamiento de tribus querandíes que la eligieron por ser “una región ideal por la existencia de todos los elementos naturales necesarios para la vida”) pero, previsiblemente, nada de lo que será. Para saberlo sólo se puede consultar a los autores de ciencia ficción. Si bien éste es un género escasamente cultivado por estas tierras dejadas de la mano de Dios, hay dos nativos de la localidad del sur bonaerense que se han ocupado del asunto.

Llavallol, primera novela de la dupla autoral conformada por Omar Neri y Carlos Senin (llavallolenses nacidos y criados y responsables de varias obras de teatro, videoclips, un documental y un libro de poemas), nos lleva a un cercano futuro distópico en el que un triunfante gobierno ecologista ha decidido impulsar la construcción de ciudades-museo, pueblos adaptados que recrean minuciosamente una década en particular. Así, la ciudadanía puede optar por seguir viviendo en un presente conflictivo o mudarse a una ciudad congelada en un tiempo que, por transcurrido, ya no depara sorpresas.

La primera de las ciudades museo fue idea de un grupo de habitantes desesperados de una ciudad quebrada luego de que dejara de pasar el tren. Los vecinos decidieron “retroceder al momento en que estaban bien y arrancar otra vez desde ahí” y eligieron la década del 30. Cortaron el teléfono y el gas, levantaron el asfalto y quemaron electrodomésticos, finalmente erigieron una cerca y aislaron al pueblo congelado en una década pasada.

A partir de allí el fenómeno regresivo, apoyado por el gobierno, se masificó. Así, obedeciendo a personales inclinaciones político-ideológicas, cada uno de los fugitivos del presente podía elegir mudarse a los cincuenta, sesenta, setenta, ochenta o noventa, optando por la década de su simpatía, la del Cordobazo o la de la revolución productiva.

Llavallol reconstruye inteligentemente los dilemas de cada década y los dramas de ese futuro tan cercano como desesperanzador. Ese Presente desencantado es el que lleva a HC, un periodista en busca de una segunda oportunidad vital, a mudarse con su familia a los sesenta, a pesar de que allí tendrá que buscar otra forma de ganarse la vida (no se puede hacer periodismo allí donde “las noticias ya han sucedido y los diarios se editan en correspondencia con los originales”). Así HC decide entrar en la convulsionada década del sesenta como obrero metalúrgico, la profesión de su padre.

En contrapunto, algunos viejos amigos de HC, que decidieron quedarse en el presente, y más específicamente en Llavallol, despliegan una tarea de detectives amateurs para intentar descubrir algunos de los intereses ocultos detrás de la proliferación de las ciudades museo. Desde su punto de reunión en el bar El Topo, en Luzuriaga y Olleros, a pocas cuadras de la estación, un entrañable equipo de nostálgicos defensores del presente, recuerda, conspira y tantea los límites militarizados de las ciudades valladas.

Pero dentro de los muros también pasan cosas. Hay traficantes que van y vienen al presente para proveer medicamentos sólo utilizados en el “futuro”, hay reuniones clandestinas de militantes revolucionarios que luchan “por la vuelta de los que se fueron del Presente, los desaparecidos y excluidos de este siglo”, hay pulsiones vitales que no pueden ser contenidas por una historia inmóvil.

La lucha por descongelar el pasado y rehabilitar el futuro es, evidentemente, una lucha política. La política implica una perspectiva de futuro, un combate cotidiano para que cada día se constituya en cimiento de un proyecto, ua disputa por la acumulación en un sentido o en otro. El Presente perpetuo de Llavallol es el triunfo definitivo de la antipolítica, de la tecnocracia, de la mera gestión del presente sin mayor trascendencia que el cierre de cuentas equilibradas en el libro diario, de la idea de que la “seguridad” puede ser garantizada a costa de la abolición del futuro.

Más allá de la explícita veta crítica que atraviesa la novela, en la que se entrecruzan balances de la lucha revolucionaria de los sesenta/setenta con alusiones a una tensiones políticas nacionales e internacionales que apenas con algo de imaginación proyectan un futuro nefasto, es emocionante la fidelidad con la que ambos autores rinden orgulloso tributo a su filiación barrial bonaerense.

Senin es guitarrista, compositor y escritor, y en la actualidad integra el dúo Los Hermanos Butaca. Neri, además de profesor de literatura, es realizador y montajista documental, integrante del grupo Mascaró Cine Americano: Gaviotas Blindadas (2006-2008), Un arma cargada de futuro (2010) y Seré millones (2014) son algunos de sus trabajos más conocidos. Ambos autores están preparando su segunda novela, Mi mamá dice que nací desnuda, que será publicada por Ediciones Lamás Médula en 2016.

Llavallol no sólo constituye un notable experimento político literario sino también una sorprendente distopía conurbanera, tan imbuída de las vivencias barriales de principios de los años setenta como de la nostalgia/apuesta por décadas de más explícitos compromisos militantes revolucionarios.

 

Pedro Perucca – @PedroP71

 

Llavallol, de Carlos Senin y Omar Neri

Editorial: Lamás Médula

2013

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