3 marzo, 2015
Concluyó el segundo juicio por trata de personas en Catamarca
Este lunes se conoció la sentencia en el segundo juicio llevado a cabo en la Provincia de Catamarca por el delito de trata de personas. La encargada de un prostíbulo fue condenada a ocho años de prisión y el dueño del lugar permanece prófugo.

María Cristina Albarracín, fue encontrada culpable del delito de «trata de personas doblemente agravado en calidad de partícipe secundario”. Así lo dictaminó el Tribunal Oral en lo Criminal de la provincia de Catamarca y decidió sentenciarla este lunes a ocho años de prisión.
Albarracín era la encargada de un prostíbulo ubicado en el km 112 de la Ruta Provincial N° 2, en la localidad de Las Esquinas. El imputado como dueño del lugar, José Eduardo Beltrame, está prófugo y no pudo ser juzgado.
El tribunal, presidido por el juez Juan Carlos Reynaga, ya había condenado en un juicio anterior a José “El Tucumano” Villagra y Carlos Aurelio Palacios a cinco años de prisión, por encontrarlos culpables de obligar a ejercer la prostitución a una adolescente tucumana en 2009 en el prostíbulo denominado “La Torre”, ubicado en la ciudad de Tinogasta.
La denuncia y el allanamiento de Scorpio
Todo comenzó en octubre de 2013 cuando un llamado anónimo a la línea gratuita 145 informó que en el local «Scorpio» había mujeres víctimas de trata. La denuncia derivó en un allanamiento al prostíbulo donde fueron liberadas cuatro mujeres, con intervención del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el delito de Trata, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Una vez rescatadas, las víctimas declararon ante las profesionales del Programa Nacional de Rescate. Allí comentaron que los responsables del prostíbulo les hacían estudios ginecológicos y clínicos, test de VIH y análisis de enfermedades de transmisión sexual regularmente. Siempre en una clínica ubicada en la localidad de Quiroz, también en la provincia de Catamarca, y que los exámenes eran pagados por ellas mismas.
También relataron que eran trasladas a una delegación policial ubicada en la localidad de Frías, en Santiago del Estero, donde “llevaban los certificados médicos, fotos de ellas y eran interrogadas sobre sus vidas y les tomaban sus huellas dactilares”, mostrando la complicidad policial con este delito.
El trabajo de Albarracín, la única persona condenada hasta el momento, consistía en hacer de madama del lugar atendiendo la barra y recaudando el dinero de los clientes.
De los testimonios de las víctimas se pudo saber que habían sido captadas previamente para otros prostibulos y que las trasladaron por distintos lugares del país. Antes de arribar a Scorpio se habían encontrado en situación de prostitución en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
En el momento del allanamiento se constató que ninguna de las víctimas tenía dinero en su poder, y todas manifestaron que les era guardado “por razones de seguridad”. Esta es una de las prácticas que se utilizan habitualmente en estos casos para quitarles toda capacidad de acción a las víctimas, evitando así que se fuguen.
Hay que recordar que la línea telefónica 145 recibe denuncias desde cualquier punto del país de hechos relacionados con el delito de trata y explotación de personas. Es gratuita y funciona las 24 horas los 365 días del año. La identidad del denunciante se protege en caso de que este así lo requiera.
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