Europa

25 febrero, 2015

Grecia: ¿Quién ganó con la negociación de la deuda?

El último viernes en la reunión del Eurogrupo se logró finalmente el acuerdo sobre la renegociación de deuda griega entre el nuevo gobierno griego, los demás gobiernos de la Unión Europea y las «instituciones». Este martes se presentaron las medidas que desde el país heleno se proponen llevar adelante.

El último viernes en la reunión del Eurogrupo se logró finalmente el acuerdo sobre la renegociación de deuda griega entre el nuevo gobierno, los demás gobiernos de la Unión Europea y las «instituciones».  Este martes se presentaron las medidas que desde el país heleno se proponen llevar adelante.

En principio, esta presentación con la cual culminaría el intenso proceso de negociación debía concretarse el día lunes, pero a pedido de las «instituciones» se pospuso un día más. La extensión por cuatro meses del rescate de deuda griego evitó el posible default del 28 de febrero y facilitó 1.900 millones de euros para Atenas por el rendimiento de los bonos de la deuda. Pero también implicó que continúe la supervisión de la troika (ahora llamada «instituciones») y el compromiso de que Grecia honrara todas sus deudas.

Entre los puntos consensuados en el documento se encontraba que el nuevo gobierno heleno no tomaría medidas unilaterales que podrían afectar «la recuperación económica o la estabilidad financiera» del país. Desde que el acuerdo se dio a conocer distintas declaraciones señalaron el éxito o el fracaso de las posturas iniciales de Syriza pero aún no se conocía realmente de qué medidas se trataban.

Qué dice el documento

Durante el fin de semana el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, y su equipo de trabajo, en consulta permanente con el primer ministro Alexis Tsipras, elaboraron el documento que se envió y se dio a conocer públicamente en las primeras horas del martes. Por la mañana fue discutido por el gabinete griego y el grupo parlamentario de Syriza y por la tarde las medidas que contenía el documento fueron aprobadas en la reunión de los ministros de Finanzas del Eurogrupo.

Las medidas que el gobierno griego se propone llevar adelante durante los próximos 120 días se dividen en cuatro partes: políticas fiscales estructurales, estabilidad financiera, políticas para promover el crecimiento y crisis humanitaria.

En el primer punto, considerado como el más relevante, se establece fortalecer la lucha contra la evasión fiscal para evitar el «impacto negativo en la justicia social». Esta reforma fiscal incluye por un lado eliminar en algunos casos la exención impositiva y los descuentos considerados como «irrazonables», así como también la modernización y aceleración de las formas de pago. Se incrementaran también los inspectores y las auditorias públicas. Otra de las medidas en combatir al millonario contrabando de tabaco y de gasolina que hay en el país. El documento no señala en ningún momento el aumento del IVA como se proponía hacer el programa de ajuste de la troika en algún momento.

En el marco de la reforma fiscal se compromete a hacer una revisión de los gastos públicos en los ministerios (que se reducirán de 16 a 10) con el objetivo de racionalizarlos (sin incluir los gastos en salarios y pensiones). El documento señala también que se eliminaran los incentivos a la jubilación anticipada pero que se consolidaran los fondos de pensiones. Se sostiene que se garantizara un acceso universal a los servicios médicos y «se tratará de evitar los desalojos en las viviendas familiares en colaboración con los bancos y las instituciones». El texto concluye afirmando que «garantizar la pelea contra la crisis humanitaria no tiene efectos fiscales negativos».

Los puntos en los que claramente Syriza ha dado un paso atrás son dos. El primero de ellos tiene que ver con las privatizaciones. Si bien se paralizan las que se anunciaron y aún no comenzaron implementarse, el gobierno sostiene que no dará marcha atrás con aquellas que ya se iniciaron (como las de el Puerto del Pireo por parte de accionistas chinos) y las que ya se completaron. El otro punto que implica un retroceso de la posición de los dirigentes griegos es la suspensión del aumento inmediato del salario mínimo anunciado en los primeros días de gobierno.

Entre las críticas internas y el descontento de la troika

El comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Pierre Moskovisi, fue quien más pragmáticamente describió lo que implicó el cierre de esta negociación cuando declaró que «el acuerdo evito una crisis inmediata». Se trata en los hechos de un proceso en el cual los ganadores y perdedores no están predefinidos por lo que dicen los papeles o las declaraciones. No se trata de la primera ni la última renegociación de la deuda que habrá ni siquiera este en el mismo 2015.

Desde la troika y el gobierno alemán hay un enojo grande con el nuevo gobierno de Tsipras y con su ministro Yanis Varoufakis. En una carta al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, la directora gerente del FMI Christine Lagarde sostuvo que la lista de medidas no tiene especificaciones en algunos puntos y «no ofrece claras garantías de que el Gobierno intenta acometer las reformas previstas». Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, también mostró sus reservas ante el documento al señalar que los compromisos asumidos por Atenas «difieren del programa actual en algunos puntos».

Por su parte, Manolis Glezos, una figura histórica de la resistencia contra los nazis en el país e integrante de Syriza, también salió a criticar el acuerdo durante los últimos días. El militante de 94 años en su blog personal subió una publicación en la que propone que el acuerdo sea discutido y decidido por todos los miembro de la coalición de izquierda y declara que modificar el nombre de la troika por el de «las instituciones, no cambia en nada la situación anterior».  En su nota se le pide al pueblo griego que lo perdone «por haber contribuido a esta ilusión».

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, fue muy claro al dar su opinión cuando se logró este consenso el último viernes. En esa ocasión declaró que «hemos ganado una batalla pero no la guerra» y que se trato de una negociación exitosa.  La mayoría de la población, según las diversas encuestas, apoya al nuevo gobierno.

En la negociación no se lograron algunos puntos del Programa Tesalónica de Syriza pero tampoco salieron los planteos fundamentales de la propuesta de austeridad de la troika y el gobierno alemán. Desde el lado griego, habrá muchas otras negociaciones en las cuales se podrá lograr avanzar en romper el consenso conservador pro-austeridad en el continente; por el lado de la troika y los gobiernos del resto de Europa se trata de la primera vez que tienen que ceder ante un gobierno que no sigue linealmente sus mandatos. Como declaró Pablo Iglesias en una entrevista en Telecinco, quizás lo más novedoso de la situación es que se trata de «la primera vez que en el sur de Europa una país se sienta a negociar y no a obedecer».

En esta negociación claramente el principal beneficiado, aunque se pretenda demostrar lo contrario desde quienes lo rechazan, es el gobierno griego. Independientemente de si cedió lo suficiente o no, la sola existencia de un acuerdo rompe el mito de la troika y sus voceros de que si ganaba un partido anti-austeridad en el continente se caería inmediatamente de la Zona Euro.

 

Lucas Villasenin – @villaseninl

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