12 febrero, 2015
La deuda griega y el ajedrez de la geopolítica mundial
El gobierno de Syriza en Grecia sigue avanzando a paso firme, aunque no sin inconvenientes. Las nueva medidas cuentan con un fuerte apoyo popular, aunque sigue sin poder resolverse el tema de la deuda. Rusia y China aparecen como alternativas a la Unión Europea.

La fuerza del gobierno griego
Él último domingo Alexis Tsipras presentó su programa de Gobierno en el Parlamento. La mayoría de las medidas en contra de las políticas de austeridad de la troika que se pronunciaron ya habían sido anunciadas durante la primera semana de gobierno.
Para combatir la crisis humanitaria, son necesarios -según el programa- dos mil millones de euros que se conseguirán de una reforma fiscal radical. Para transformar el sistema fiscal griego colaborara la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Aún no se formuló la propuesta completa pero se adelantó que se orientara en terminar con el contrabando, el lavado de dinero y el fraude fiscal generalizado que hay en el país. Las reformas del Estado ya comenzaron con medidas como reducir la cantidad de ministerios, vender los autos oficiales y que los funcionarios viajen en avión en clase turista.
En los últimos días también se han anunciado dos nuevas medidas sumamente relevantes. Una de ellas enfrentara al nuevo gobierno con los empresarios más ricos del país, ya que tiene que ver con el llamado a concurso de todos los canales privados de televisión. La otra, que va en contra de las propuestas de ANEL -el aliado conservador de Syriza en el gobierno-, es aquélla que anunció el ministro de Justicia, Nikolas Paraskevopoulos. El funcionario manifestó que está en los planes del nuevo gobierno ampliar las uniones civiles a las parejas del mismo sexo.
Con el apoyo de 162 diputados (149 de Syriza y 13 de ANEL) el martes el nuevo gobierno logró el «voto de confianza». Según las encuestas las propuestas presentadas son mayoritariamente aceptadas por la población. Alexis Tsipras, el martes en su discurso, sostuvo que «es la primera vez que un gobierno antes que el voto de confianza ganó la aceptación de la sociedad».
El apoyo en las calles ya se demostró la semana pasada, luego de la llegada de Tsipras de su gira por Europa. Pero también esta semana, cuando este miércoles se llevó adelante la reunión del Eurogrupo hubo movilizaciones «contra el chantaje de los prestamistas» en 18 ciudades griegas.
En Europa también comienzan las movilizaciones en apoyo al gobierno griego y en contra de las amenazas de la troika. El Partido de la Izquierda Europea, a través de su presidente Pierre Laurent, convocó a movilizar en todo el continente. El comunicado emitido señala: «Tenemos que estar al lado del gobierno griego. Los ciudadanos europeos deben ejercer presión sobre sus gobiernos para que se respete el voto de los griegos, para cambiar las reglas impuestas por el BCE y la Troika y dejar a Grecia respirar». A partir de la convocatoria, también fomentada a través de las redes sociales, habrá movilizaciones en 20 ciudades y 15 países de todo el mundo.
El acuerdo-puente y la incertidumbre europea
La incertidumbre, posterior a los primeros viajes de Tsipras y el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, por el continente para renegociar la deuda, se mantiene. En lo inmediato, Varoufakis continúa proponiendo un «acuerdo-puente» a los dirigentes de la Troika y a los ministros de Economía y Finanzas del continente.
Esta propuesta se centra: 1) en el reclamo de 1.900 millones de euros al Banco Central Europeo por el rendimiento de los bonos de la deuda griega; 2) en poder elevar los bonos del Tesoro de 15.000 millones de euros a 23.000 millones. Se trata de un acuerdo que funcionaría durante los próximos seis meses para que Grecia pueda afrontar los próximos vencimientos de deuda (el primero de ellos el 28 de Febrero) y poner en marcha una renegociación con los acreedores.
Antes de la reunión extraordinaria del Eurogrupo este miércoles, Varoufakis se reunió con la presidenta del FMI, Christine Lagarde, quien ya había declarado que no se pueden hacer excepciones a la hora de tratar la deuda griega y llamó al nuevo gobierno a respetar los acuerdos preestablecidos. Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea había anunciado por su parte que en la cumbre no iba a haber decisiones definitivas. Lo mismo sostuvo el ministro de Economía español, Luis de Guindos.
El ministro de Finanzas griego expuso ante sus colegas del Eurogrupo la propuesta del acuerdo puente pero sin recibir, por el momento, algún tipo de acercamiento o intento de diálogo desde la troika. La respuesta se limita en todos los casos a que el nuevo gobierno griego actúe de acuerdo al Memorándum de austeridad implementado por los anteriores gobiernos y aplique el tercer rescate de la deuda griega de 7.200 millones de euros. A esa respuesta Varoufakis contestó que «lo que se llama medicina es en realidad un veneno, y lo peor es que el doctor lo sabe».
Rusia y China: un posible Plan B
El principal socio comercial de Grecia es Rusia. La estrecha relación comercial ya había logrado que el ex primer ministro conservador, Antonis Samaras, se opusiera a las sanciones de la Unión Europea contra Moscú debido a la crisis en Ucrania.
El ministro de asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, sostuvo: «Nosotros no nos encontramos tampoco en una situación fácil debido a las políticas unilaterales e ilegítimas de nuestros colegas occidentales, pero si llegase una petición del gobierno griego no cabe duda de que tomaríamos en consideración el asunto». El funcionario ruso también anunció acuerdos de cooperación técnica y militar.
Teniendo en cuenta el conflicto de Ucrania y la reciente decisión de la François Hollande, Angela Merkel y Barack Obama de incrementar el apoyo militar en el país, esta no es una declaración para nada casual. Mucho menos lo fue la visita de Nikos Kotzias, ministro de Asuntos Exteriores de Grecia a Moscú para reunirse el miércoles con Lavrov.
Desde China también llegan posibles alternativas para financiar a Grecia. El canciller, Hua Chunying, declaró el día miércoles: «Siempre consideramos a Grecia un buen amigo y socio en la Unión Europea y estamos preparados para hacer esfuerzos con el nuevo Gobierno griego».
Empresarios chinos y rusos se vieron afectados por las primeras medidas del gobierno de Syriza con la suspensión de las privatizaciones de puertos y ferrocarriles, pero los gobiernos de ambos países parecen estar dispuestos a intervenir en caso de que la troika no acepte la propuesta del nuevo gobierno.
Lucas Villasenin – @villaseninl
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