Nacionales

11 febrero, 2015

Capitanich, romper el diario Clarín y la parodia de Marcelo Tinelli

Este martes el conductor de televisión y empresario Marcelo Tinelli difundió un video parodiando las conferencias de prensa del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Puntualmente aquella en la que el funcionario rompió frente a los periodistas una edición del diario Clarín.

Este martes el conductor de televisión y empresario Marcelo Tinelli difundió un video parodiando las conferencias de prensa del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Puntualmente aquella en la que el funcionario rompió frente a los periodistas una edición del diario Clarín.

En el video que lleva el título de «La Conferencia de Coqui», se puede ver a Tinelli como el único «periodista» presente y por lo tanto la única persona que hace preguntas. El papel de Capitanich es interpretado por el cómico Jose María Listorti.

Frente a cada pregunta del conductor, Capitanich responde hablando de los logros del gobierno y finaliza su respuesta rompiendo la edición de alguna publicación acusándola de mentir o ser parte de la oposición. Primero es Clarín, pero luego pasa también por la revista Billiken, una de Marvel Comics, una revista Caras y finalmente una Gente.

Tinelli había adelantado que iba a participar de una conferencia de prensa de Jorge Capitanich. Al comunicarlo por Twitter, el conductor dijo que iba a ser a las 12am, un horario diferente al de la habitual alocución con la prensa del jefe de Gabinete. Este martes, por la misma vía, difundió el video en el que reveló que se trataba de una parodia.

El accionar de Capitanich hace algunos días cuando rompió la edición de Clarín fue muy cuestionado por medios de comunicación y políticos opositores que lo acusaron de realizar un ataque a la libertad de expresión. Incluso algunos sectores kirchneristas plantearon sus reservas o se llamaron a silencio frente este acto.

Notas dialogó con el investigador, profesor universitario y doctor en Ciencias de la Información Martín Becerra, para analizar las consecuencias de aquella conferencia de prensa que la parodia de Tinelli recordó este martes.

Becerra consideró que fue «impropio de un alto funcionario» romper el diario, sobre todo por «el contexto en el que él lo hizo, que es el de la impugnación de una información, que para colmo luego se comprobó que era cierta».

Al mismo tiempo cuestionó a quienes desde la vereda de enfrente calificaron el acto como un ataque a la libertad de prensa. «No haría de este episodio un indicador de la libertad de prensa», sostuvo el investigador y agregó: «Me parece que quienes intentan tomar este episodio como una suerte de representación de la falta de respeto de este gobierno por la libertad de prensa, exageran mucho».

En función del video difundido por Tinelli y el peso que tiene su mensaje en la sociedad (hay que recordar el lugar que ocupó y ocupa en las distintas campañas políticas su programa) Becerra analizó que «desde el punto de vista de los efectos comunicacionales esto es un boomerang».

Para el entrevistado, que un alto funcionario «se dedique a esto, es colocar en el papel de víctima al grupo Clarín». Al respecto recordó «ese diálogo que tuvieron Jorge Lanata y Ernesto Tenembaum cuando dijeron ‘me pongo del lado del más débil’. Bueno, es la representación, digamos, de abuso de poder por parte del jefe de Gabinete. Y efectivamente, si su intención era hacerle daño a la imagen pública del grupo Clarín, me parece que logra un efecto inverso».

También analizó que «al gobierno le ha dado bueno dividendos la estrategia de polarizar con Clarín, seguro que sí». Pero sostuvo que es equivocado pensar «que todos, o buena parte de los votos y de las adhesiones que concitó en las sucesivas elecciones se deben sólo a su estrategia de polarización».

«Yo diría el aumento de las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las jubilaciones, tiene una influencia muchísimo mayor que la estrategia de polarización con Clarín», apuntó Becerra.

Finalmente planteó que esto «evidencia que los altos funcionarios se rodean de asesores, que son muy incompetentes a la hora de decirle a su jefe o a su jefa que están haciendo macanas. Hay una especie de temor reverencial y de seguidismo exacerbado, que impide hacerles críticas internas». «Que no se atreven a decirle eso a su jefe, es un problema», concluyó.

 

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