Economía

9 febrero, 2015

Fondos buitre: Entre la ONU y el lobby

En un marco otorgado por la ONU comenzó la discusión para crea una regulación internacional en materia de reestructuraciones de deudas soberanas. El lobby buitre y el sueño de la aceleración de la deuda. El camino hacia la audiencia de marzo.

La ONU dio inicio durante la primera semana de febrero al debate para crear un marco regulatorio para los futuros procesos de reestructuraciones de deuda. El encuentro, llevado adelante entre el martes 3 y el jueves 5 de este mes, fue impulsado por el Comité ad hoc de la Asamblea General de la ONU sobre procesos de reestructuración de deuda soberana.

La dinámica del encuentro consistió en la exposición por parte de expertos en materia de deuda soberana, bajo distintos paneles de debate: “Opciones para ir hacia adelante”, “Resolución multilateral de disputas económicas: lecciones de la experiencia”, y “La económica política de reestructuración de deuda”.

Entre quienes participaron se pudo contar a funcionarios de Naciones Unidas, Richard Kozul Wright, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), James Haley, integrantes del Club de Paris, Enrique Cosio-Pascal, así como docentes e investigadores universitarios de diferentes unidades académicas.

Sobre la creación de este marco regulatorio se refirió el sudafricano Simon Marobe, quien habló a título del G77+China, y sostuvo que hay “un amplio reconocimiento entre los Estados miembros de la ONU y los expertos sobre la falta de un marco jurídico multilateral que contemple los mecanismos existentes” y agregó: “Eso es una de las grandes carencias del sistema financiero internacional y debe solucionarse”.

Por su parte Yuefen Li, asesora especial de la organización intergubernamental de países en desarrollo Centro Sur (The South Center) indicó que esta nueva regulación “no va a causar más daño sino que va a permitir una reestructuración más oportuna y más eficaz y se evitarán problemas”.

En medio de la gira que lo llevó junto a la presidenta Cristina Fernández, el titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, también dedicó unas palabras al convite celebrado en Nueva York. Para el responsable de la cartera de Economía los fondos buitre se han convertido en “un tema de preocupación internacional a partir de nuestro caso, al descubrir que había un hueco o vacío jurídico respecto a las reestructuraciones de deudas soberanas. No puede ser que tras el problema grave que padeció Argentina en 2001, el país esté sometido a tribunales internacionales que pueden hacer interpretaciones caprichosas de cláusulas estándar”.

Kicillof agregó también: “Venimos trabajando en una agenda muy apretada para obtener algo que tiene dimensión histórica. Hay que tener en cuenta que a nivel Naciones Unidas hay convenciones en cuestiones humanitarias, ambientales y relacionadas a la guerra, pero había un punto que había pasado por alto en el concierto de naciones respecto a que cuando los países sufren un default o tienen algún problema financiero grave, no pueden reestructurar su deuda en un marco legal establecido”.

Entre los puntos centrales de la propuesta Argentina, apoyada por el G77+China, se destacan: la participación de la comunidad internacional en los procesos de reestructuración, a título de una comisión supervisora; el freno a fallos judiciales para agilizar la propia reestructuración; la aplicación a nivel de Estados soberanos de reglas que rigen en el mundo empresarial sobre quebrantos, acerca de la aceptación por parte de la minoría de las decisiones adoptadas por la mayoría y la existencia de plazos para finalizar un proceso de reestructuración.

Esta propuesta para la creación de un mecanismo de alcance mundial en materia de deuda soberana fue propuesta por la Argentina e impulsada por el G77+China. Llevada adelante ante la ONU, fue aprobada el 9 de septiembre por la Asamblea General, por 124 votos a favor, 11 en contra y 41 abstenciones.

Buitres por aquí, buitres por allá

Como reza la película de Oliver Stone, el dinero nunca duerme, y mucho menos cuando se trata de los fondos buitre. El fondo Elliott Management, comandado por Paul Singer, vía otro fondo de inversión, llamado Owl Creek, creó a fines del año pasado el Argentina Recovery Fund II, mediante el cual busca reunir a diferentes acreedores persiguiendo el sueño de la aceleración de la deuda.

El rumor de que el fondo contenía el 55% de los bonos Par, por unos 2500 millones de dólares con vencimiento en 2038, y podía acceder a este beneficio contenido en los prospectos de deuda, cayó rápidamente cuando se conoció que uno de los inversores centrales, Bienville, no se sumaba a la movida promovida por Singer.

La campaña de los fondos buitre para presionar al gobierno tuvo también otras aristas, entre las que se cuentan una furiosa campaña de lobby para que Argentina sea excluida del G20 y una presentación a realizarse esta semana sobre el aumento patrimonial de algunos integrantes y ex integrantes del gabinete nacional como Guillermo Moreno y Sergio Berni. Con esta última embestida, la American Task Force Argentina (ATFA), el grupo de tareas encargado del lobby a favor de los buitres, pretende presionar a la Justicia para dar lugar a algún tipo de embargo sobre bienes del país.

El adiós a la RUFO

La llegada del nuevo año trajo en materia de litigio con los fondos buitre la caída de la cláusula RUFO, y con ello el fin de la posibilidad por parte de los acreedores que entraron en los canjes de deuda, de reclamar ante los tribunales por un arreglo mejor al obtenido en las reestructuraciones. Sin embargo esta posibilidad de reclamo por ofertas mayores no habría quedado desechada del todo al existir otra cláusula como la del Acreedor Más Favorecido (MFC, por sus siglas en inglés).

La posición del gobierno ha sido desde el año pasado a esta parte no cerrar las negociaciones, pero si exigir que estén presentes en la mesa todos los jugadores. Esto es: tanto los fondos buitre con fallo a favor, como los holdouts que no entraron en el canje pero no han litigado contra el país.

Desde Economía pretenden que las negociaciones sean con el 7% de los acreedores que no entraron en los canjes de 2005 y 2010, y no solamente con los fondos buitre que representan el 1% de ese total.

La audiencia en el juzgado del juez Thomas Poole Griesa está llamada para el mes de marzo y contará con la presencia del mediador Daniel Pollack, encargado por estas horas de contabilizar el total de deuda reclamado, que puede llegar a estar entre los diez mil y los 15 mil millones de dólares.

 

Leandro Navarro – @navarro_lean

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