3 febrero, 2015
Pegida traspasa las fronteras de Alemania
El movimiento islamófobo tuvo su primera convocatoria en la vecina Austria. Ya habían tenido lugar movilizaciones en Dinamarca, Noruega y la República Checa. Mientras tanto, su nueva líder dejo su cargo para formar un nuevo grupo que promete “estar a la derecha de Merkel”.
El movimiento islamófobo tuvo su primera convocatoria en la vecina Austria. Ya habían tenido lugar movilizaciones en Dinamarca, Noruega y la República Checa. Mientras tanto, su nueva líder dejo su cargo para formar un nuevo grupo que promete “estar a la derecha de Merkel”.
El movimiento anti-islámico Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida, por su acrónimo en alemán), que lleva cinco meses movilizándose semanalmente en distintas ciudades de Alemania, continúa activo. Este grupo, que comenzó reuniendo apenas unos centenares de militantes de extrema derecha en la ciudad de Dresde, en el este del país, ya logra movilizar regularmente a más de 10 mil personas en la capital sajona, y otro tanto en la vecina Leipzig.
A pesar de la caída en desgracia de su líder, Lutz Bachmann, luego de que se hicieran públicas fotos suyas disfrazado de Hitler, y la reciente salida de su sucesora al mando, Kathrin Oertel, Pegida se mantiene fuerte e intenta aumentar su influencia en las grandes ciudades alemanas y más allá de las fronteras de la potencia europea.
Al Norte, al Sur y al Este
El lunes 2 de febrero tuvo lugar la primera marcha de la filial austríaca de Pegida. El esquema migratorio de la población local es similar a la de su vecino: cerca de 6 por ciento practica la fe musulmana. Son en su mayoría inmigrantes turcos y del Medio Oriente, aunque también hay una importante presencia de albaneses y bosnios.
La convocatoria islamófoba apenas logró juntar 250 personas en Viena, que además fueron enfrentadas por una contramarcha de 5000 integrantes. El grupo reunido en la capital, además, tuvo menos “cuidado” respecto de las formas: hicieron repetidas veces el saludo nazi. Más allá de la nula participación, la extrema derecha lleva años teniendo peso político en Austria. El Partido de la Libertad (FPÖ, por sus siglas en alemán), mantiene un caudal de votos en torno al 20 por ciento desde hace más de 15 años, y gobernó el estado federado de Carintia durante 9 años, hasta la muerte de su líder Jörg Haider en 2008.
En ese sentido, el bajo número de manifestantes en Viena no significa necesariamente que las ideas de Pegida no susciten interés entre los austríacos. La capital tiene una tradición progresista, pero eso no se traslada a las zonas menos pobladas del oeste del país, especialmente Carintia, el Tirol y Voralberg.
Mientras tanto, en Dinamarca, que limita con el norte de Alemania, la presencia de Pegida lleva semanas. Aunque las movilizaciones no alcanzaron masividad, continúan convocándose en la capital, Copenhague y en la segunda ciudad del país, Aarhus. Lo mismo ocurre en la vecina Noruega, donde a principios de año comenzaron a reunirse en Oslo. El porcentaje de la población danesa que practica el Islam ronda el 4 por ciento, mientras que en Noruega no llega al 2 por ciento.
La expansión de la islamofobia también se dio hacia el Este. Un pequeño número de manifestantes bajo la bandera de Pegida se movilizaron en Praga, la capital de la República Checa. En este caso, se plantea la solución a ningún problema: los checos son mayoritariamente ateos y los musulmanes representan cerca del 0,2 por ciento del total de los habitantes.
Se espera que el movimiento anti-musulmán llegue en las próximas semanas a Suiza, donde la islamofobia ya tuvo un correlato institucional. En el año 2009, la Confederación Helvética se convirtió en el primer país que prohíbe la construcción de minaretes, las tradicionales torres de las mezquitas desde donde se realiza el llamado del almuédano para la oración. La prohibición se aprobó en un referéndum en el que el 57,5 por ciento de los votantes se pronunció a favor.
Pierde otra líder, gana otro espacio
Kathrin Oertel, que había reemplazado a Lutz Bachmann como líder del movimiento, presentó su renuncia en los últimos días junto con otros cuatro miembros de la cúpula directiva, “tras ser objeto de acoso masivo y amenazas, y sufrir perjuicios en su trabajo”, según explicó en un comunicado publicado en la página de Facebook de Pegida.
Estas salidas, que parecían minar la capacidad organizativa de los islamófobos, fueron finalmente un espejismo. Los renunciantes anunciaron el lunes 2 de febrero la formación de un nuevo grupo denominado “Democracia Directa para Europa”. “Seremos un movimiento conservador y cercano a los ciudadanos que se situará a la derecha de la CDU”, dijo Oertel en referencia a la Unión Demócrata Cristiana de la canciller Angela Merkel. Aparentemente, eso es posible.
Nicolás Zyssholtz – @likasisol
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