Los absurdos de la cobertura mediática sobre el ataque a Charlie Hebdo

Por Ivanna Reszano. Terroristas súper entrenados por Al Qaeda que se “olvidan” un documento de identidad en el auto que usaron para atacar. Llamadas a cadenas televisivas desde los lugares de secuestro de rehenes, dejando el teléfono “descolgado”. Relatos mediáticos que circularon estos días a propósito de los hechos en Francia que parecen dignos de una serie televisiva. Peor aún, estas son más creíbles.

Millones de páginas -en papel y digitales- han sido escritas los últimos días respecto a la masacre ocurrida en la redacción del periódico francés Charlie Hebdo y los hechos relacionados que se sucedieron por varios puntos de París. La cobertura mediática ha sido reflejo de las intencionalidades políticas respecto de cómo se debería “leer” lo ocurrido. Los medios hegemónicos del mundo han sintonizado la línea discursiva de los gobiernos europeos y, en este camino, han afirmado cuestiones ridículas, inverosímiles y fuera de toda credibilidad.

El primer llamado de atención al sentido común fue la afirmación de que la identificación de los atacantes de Charlie Hebdo se produjo porque uno de ellos se “olvidó” un documento de identidad en el auto Citroen C3 en el que huyeron del ataque. Así, los hermanos Kouachi se convirtieron rápidamente en los autores del ataque y los hombres más buscados del planeta por esas horas.

En nuestro país, el diario Clarín fue quien más fielmente reprodujo la línea de las cadenas mediáticas internacionales. En la nota “Quiénes son los autores del atentado” del jueves 8 de enero, Clarín afirma que un “carnet olvidado en el coche en el que se dieron a la fuga y que luego abandonaron en París permitió identificarlos. Los dos hombres más buscados de Francia son viejos conocidos de las fuerzas antiterroristas”. Es decir, según Clarín y las cadenas internacionales, los dos hombres más buscados son capaces de dejarse un carnet que acredita su identidad en un auto usado para atacar.

La siguiente inverosimilitud es que los hermanos en su huida asaltaron un mercado de una estación de servicio. ¿No es medio raro que los hombres más buscados de Europa, minutos después de atacar Charlie Hebdo, paren y asalten un mercado para llevarse comida y bebida? ¿No sería más creíble que intentaran pasar desapercibidos? Para las usinas de información de la inteligencia francesa que luego reprodujeron sin chistar todos los medios masivos del mundo, no hay nada de que extrañarse.

Un dato más que llamativo por su ausencia es la falta de imágenes, videos, fotos, etc. que hayan registrado los ataques. En la era de las tecnologías de captura de imagen y video al alcance de todo el mundo, no ha habido una “avalancha” de testimonios que hayan registrado aunque sea algún aspecto de los hechos ocurridos.

No es difícil estimar que París está atestada de cámaras de seguridad siendo una de las capitales más importantes del mundo. Sin embargo, nada. No ha habido por ejemplo -hasta ahora- filtraciones de videos de tomas de las calles cercanas al ataque. Esto habla del control que las fuerzas de seguridad están teniendo para que lo que se muestre al mundo sea debidamente analizado y, solo después, difundido.

Otro de los absurdos que reprodujeron los medios tiene que ver con las supuestas comunicaciones telefónicas de los hermanos Kouachi a la cadena televisiva francesa BFMTV. Además de ser poco creíble que los supuestos atacantes de Charlie Hebdo decidan llamar pos su cuenta a un canal de televisión cuando estaban atrincherados en la imprenta de la zona de Dammartin-en-Goële, es prácticamente ridículo que lo hagan ¡dos veces!

Otra vez, Clarín cuenta que Chérfi Kouachi llamó a la cadena televisiva y que, cuando los periodistas le pidieron si podía “volver a llamar en dos minutos” para que sea grabado, accedió y volvió a llamar. Un terrorista más que amable, parece. En estas conversaciones, los atacantes habría afirmado su pertenencia a Al Qaeda Yemen. Todo muy poco creíble.

La saga de los llamados telefónicos no termina ahí. El otro hombre buscado por los ataques terroristas, quien habría asesinado a una policía el mismo día del ataque y al otro día, según trascendió en los medios de comunicación, se habría atrincherado en un supermercado judío de París, Amedy Coulibaly, también se dispuso a llamar a la misma televisora BFMTV. En esta conversación, Coulibaly dijo pertenecer a Estado Islámico.

El dato de color es que el supuesto terrorista habría dejado descolgado “sin querer” el teléfono de la tienda desde donde llamaba, por lo que la Policía pudo escuchar los sonidos del lugar y, luego, atacar, dando muerte al secuestrador.

El lunes 12, Clarín se hizo eco de una nota en la que se alude a que el supuesto terrorista Coulibaly habría disparado contra un hombre un día antes del ataque a Charlie Hebdo. La nota es levantada del diario La Vanguardia, quien se pregunta si “¿practicaba el terrorista el tiro con pistola contra un blanco en movimiento?”, cuestión poco creíble tratándose de un “terrorista de ISIS” altamente preparado, tal como todos los medios hicieron aparecer al atacante.

Un último dato mediático señala que “se suicidó” un policía francés a cargo de la investigación sobre lo sucedido el 7 de enero. Llamativo que sigan muriendo los involucrados tanto en el ataque como en la investigación y no haya posibilidad de tomarles declaración y conseguir información.

Tal como señala el prestigioso analista internacional Atilio Alberto Borón, todo lo ocurrido en Francia los últimos días huele a podrido y hay demasiadas incógnitas.