9 enero, 2015
Córdoba, balance 2014: 18 femicidios y 34 huérfanos
Según el informe presentado el martes pasado por la Asociación “Convoz una vida sin violencias”, son 34 los niños que quedaron sin mamá tras el asesinato (por parejas o ex parejas) de 18 mujeres durante 2014 en la Provincia de Córdoba. Ahora los menores están a cargo de sus familiares o de instituciones del Estado.

Según el informe presentado el martes pasado por la Asociación “ConVoz una vida sin violencias”, son 34 los niños que quedaron sin mamá tras el asesinato (por parejas o ex parejas) de 18 mujeres durante 2014 en la Provincia de Córdoba. Ahora los menores están a cargo de sus familiares o de instituciones del Estado.
Si nos remitimos a las cifras, hubo siete femicidios menos con respecto al 2013, año en que Córdoba se posicionó a nivel nacional como la segunda provincia con más historias de violencia de género extrema, con 25 casos, atrás de la provincia de Buenos Aires en donde se registraron otros 89 más.
Desde “ConVoz” la campaña de sensibilización de éste año “pone el énfasis en contar qué pasó con esos niños y a dónde terminó el agresor”, comenta Ruth Ahrensburg, la presidenta y fundadora de la asociación, quien también hace hincapié en que “la mujer no es solamente un número” y admite que el caso de Paola Acosta se volvió mucho más público porque la presencia de la nena Martina “hacía tomar conciencia y sensibilizaba a mucha gente”, además del intenso trabajo de Maru, la hermana de Paola.
Las muertes de las 18 mujeres se dieron en el territorio de la provincia de Córdoba, que es sólo el 6% del país, y donde además desde marzo del 2013 se entregaron en la capital cordobesa más de 800 “botones anti-pánico” y otros 200 en el interior para que la mujer pueda ser socorrida rápidamente ante una situación de peligro.
El ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Daniel Passerini, expresó recientemente se ha «logrado bajar la tasa de femicidios”, haciendo referencia a los más de 220 detenidos que dejó como saldo el uso del botón anti-pánico. Aunque se puede pensar que de esos 200 casos algunos pudieron terminar en tragedias, muchas organizaciones sociales reclaman, en cada fecha alegórica a la violencia contra las mujeres, que no debe ser la única medida para erradicar esta problemática, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya es «un problema de salud global de proporciones epidémicas».
Según el informe que publicó en 2013, la OMS describe a la violencia de género como epidemia, ya que del relevamiento extrae que más de un tercio de las mujeres del mundo “fueron víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas distintas de su pareja”, además en el mismo informe se explica que el 38% de los homicidios de mujeres se debe a la violencia engendrada en el seno de la pareja.
Si bien hasta aquí se ha hablado de una gran cantidad de cifras, vale aclarar que en nuestro país no hay ningún organismo oficial encargado de las estadísticas de los femicidios, de hecho la Asociación Civil Casa del Encuentro elaboró un informe en donde se detallan los datos obtenidos durante cinco años de investigación y en el cuál se le exige al Estado varias cuestiones. En primer lugar la “existencia de cifras oficiales”, ya que la organización las construye a partir de los femicidios que se hacen públicos en los medios de comunicación, pero de los cuales quedan afuera muchas mujeres, porque sus familias no realizaron las denuncias, porque no tienen las herramientas para llegar a los medios u otros motivos.
En cinco años hubo 1236 femicidios y 95 femicidios vinculados de varones y niños a nivel nacional. La Casa del Encuentro designa con éste término a las acciones que lleva a cabo el femicida para consumar su fin dañando a personas que tengan vínculo con la mujer en cuestión, como puede ser asesinar a sus hijos, familiares o a personas con las que ella tenga un vínculo emocional. También se nombra de esta manera a quienes quedan atrapados en la denominada “línea de fuego” al intentar defender a la mujer de las agresiones del varón, la intención siempre es “castigar y destruir psíquicamente a la mujer a quien consideran de su propiedad”, reza el documento emitido por la asociación. Además, en el informe se plantea la necesidad de que “no se quite el agravante por violencia de género” en la reforma del Código Penal.
Desde 2011 la Casa del Encuentro comenzó a registrar hijas e hijos que quedaron sin madre, en dos años 703 hijos e hijas fueron víctimas colaterales, de los cuales 460 son menores de edad. Si tenemos en cuenta que en el año 2009 el Congreso sancionó la Ley Nacional N° 26.485 de “Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres en los ámbitos en los que desarrollan sus relaciones interpersonales”, en la que se señala que el Estado debe ser garante de una vida libre de violencia para con las mujeres de todo el territorio argentino, podemos deducir que el Estado debería hacerse cargo al menos de ayudar a los niños que han quedado huérfanos a lo largo de éstos años y que se multiplicarán en el futuro.

En un novedoso fallo de la Justicia de Córdoba, el Estado cordobés está obligado a pagar la indemnización por daño moral a la familia de María Belén Quiñones, que fue asesinada junto a su hijo en el 2000 por su ex pareja, Alejandro Chavez. En el fallo se tiene en cuenta la “responsabilidad del Estado para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres”, ya que “pese a los numerosos requerimientos de protección a la Policía, mediante reiteradas exposiciones y denuncias, la víctima ha sido desatendida en sus peticiones por los órganos administrativos y judiciales competentes y habilitados para ello, desembocando tal omisión en su muerte y la de su pequeño hijo”, se describe en el fallo.
En cuanto a éste punto, Ruth Ahrensburg agrega que “los agentes públicos no están formados adecuadamente” y ejemplifica señalando que la policía de Canals tardó cuatro días en tomar la denuncia a los familiares de María Eugenia Villafañe, una de las desaparecidas que dejó el 2014, junto con la de Mariela Bortot, quien se encuentra en condición de desaparecida desde hace casi un año.
De los 18 femicidios contabilizados por “ConVoz” se desprende que las mujeres abarcaban la franja etaria que va de los 28 a los 56 años y que la gran mayoría de los homicidios se produjeron en el interior, en donde la violencia parece agudizarse, ya que 14 de los casos se dieron allí y sólo cuatro en la capital.
Con respecto a los varones homicidas, cinco se suicidaron inmediatamente después del hecho y otros once están detenidos, mientras que aún hay dos casos, el de Arnulfa Ríos y el de Zulma Analía Brochero, que siguen investigándose ya que no se sabe quiénes fueron los asesinos de las mujeres.
A pesar de que se trata de un balance que siempre da negativo, resulta esclarecedor si los datos aportados por las fundaciones llegan a la sociedad y a la clase dirigente que, a pesar de los esfuerzos, debe continuar buscando soluciones para garantizar “una vida libre de violencias” para las mujeres.
Lucia Weller, desde Córdoba – @Luciaweller
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