Nacionales

5 diciembre, 2014

Condena ejemplar para los autores del Triple Crimen de Moreno

Los responsables del triple crimen de Moreno fueron condenados con penas que van desde los 24 hasta los 33 años de prisión. Familiares de Jeremías Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patom Rodríguez se mostraron conformes con el fallo, al que destacaron como “un punto de inflexión” en el combate a la narcocriminalidad.

Los responsables del triple crimen de Moreno fueron condenados con penas que van desde los 24 hasta los 33 años de prisión. Familiares de Jeremías Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patom Rodríguez se mostraron conformes con el fallo, al que destacaron como “un punto de inflexión” en el combate a la narcocriminalidad.

“En lo personal hay una suerte de satisfacción, porque superó lo que nosotros habíamos pedido”. Así lo aseguró el pastor Eduardo Trasante, padre de Jeremías, sobre la sentencia en la causa que destapó la cuestión del narcotráfico en Rosario.

El tribunal integrado por los jueces Gustavo Salvador, José Luis Mascali e Ismael Manfrín consideró a Sergio «El Quemado» Rodríguez como coautor intelectual y material de los asesinatos, a Brian «Pescadito» Sprío y a Daniel «Teletubi» Delgado como coautores materiales y a Mauricio «Chupín» Palavecino como partícipe penal responsable de los crímenes.

Las condenas del tribunal fueron duras. Incluso superaron las que habían solicitado la fiscalía y los abogados de las víctimas. Rodríguez recibió 32 años de prisión; Sprío, 33 (se le agregó una pena por tenencia de drogas para comercialización); Delgado, 30; y Palavecino, 24.

Por su lado, Brian «Damiancito» Romero ya había sido condenado en un juicio abreviado a ocho años de cárcel.

Antes y después

En la madrugada del 1 de enero de 2012, cuatro jóvenes festejaban el comienzo de año en la cancha de fútbol de la Agrupación Infantil Oroño, en barrio Moreno.

Allí fueron baleados por un grupo de hombres liderados por «El Quemado» Rodríguez, quien administraba al menos cinco bunkers de ventas de drogas en la zona sur de Rosario. A través de este ataque, Rodríguez creía vengar a su hijo Maximiliano, herido en un tiroteo dos horas antes. Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Patom Rodríguez murieron. Marcelo Moki Suárez, primo del Mono, logró escapar y fue uno de los principales testigos del juicio.

La policía aseguró que se trataba de “un ajuste de cuentas”. Distintos medios de la ciudad reforzaron esa idea, por pereza en el chequeo de fuentes u otros motivos aún más cuestionables.

Sin embargo, a diferencia de tantas otras historias casi anónimas, Jere, Mono y Patom no tenían nada que ver con ninguna banda narco. Eran militantes. Participaban del Movimiento 26 de Junio-Frente Popular Darío Santillán (M26-FPDS). Impulsaban talleres culturales para jóvenes y emprendimientos económicos autogestivos.triple crimen 02

Eduardo Trasante recuerda a su hijo Jeremías como “la chispa de la casa”: “Era el que nos hacía reír a todos. Le gustaba mucho la música. Había hecho muchos planes con Mono y con Patom, especialmente formar una banda que representara al Movimiento 26 de Junio. Él amaba su tarea militante. Tenía muchos sueños que quedaron truncados”.

Jeremías tenía 17 años. El Mono, 19. El Patom, 20.

Sus familiares, acompañados por el M26 y distintas organizaciones sociales y políticas, desmontaron la versión del ajuste de ctriple crimen 03uentas y encabezaron el reclamo por justicia.

Para Trasante ese apoyo fue fundamental. Un “pulmón y medio”, sostiene.

Después de numerosas movilizaciones en estos casi tres años se llegó al juicio oral, que comenzó el miércoles 12 de noviembre. Se realizaron diez jornadas de audiencias y dieron su testimonio unos 70 testigos. Durante estas tres semanas se realizó un acampe en la puerta de los tribunales provinciales, donde se desarrollaron distintas actividades artísticas y de debate sobre el triple crimen, juventud y narcotráfico.

 

Narcocriminalidad

A lo largo del juicio, el abogado defensor del «Quemado» Rodríguez, Carlos Varela, aseguraba que no existían pruebas contra los acusados y planteó la nulidad del juicio. Incluso definió el acampe de familiares y organizaciones como “un factor de presión” hacia los jueces.

Para Norberto Olivares, abogado de la familia del Patom Rodríguez, las palabras y acciones de Varela expresan “una estrategia” judicial para garantizar “la impunidad” de los narcos. En este esquema, aseguró, ciertos letrados no defienden a las personas acusadas de estos hechos “por el debido proceso, sino porque son parte estructural de la narcocriminalidad”.

Es por eso que según Olivares la sentencia del juicio del Triple Crimen representa “un punto de inflexión”. “Ojala sirva para otros casos en el país donde está presente este problema. Esto no es solo un fenómeno rosarino”, indicó.

En una causa vinculada al triple crimen de Moreno, el año que viene serán juzgados tres policías por encubrimiento agravado e incumplimiento de deberes de funcionario público. El agente Lisandro Martin actuaba en el destacamento del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA). Se lo acusa de no haber registrado en el libro de guardia el ingreso de Maxiliano Rodríguez al hospital, herido en el tiroteo que generaría después el triple crimen.

Por su lado, el comisario inspector Eduardo Carrillo y el suboficial Norberto Centurión están sospechados de hablar por teléfono luego del triple crimen con Sergio Rodríguez y encontrarse durante ese 1 de enero en una estación de servicio con Sofía L., la novia del “Quemadito”, para indicarle cómo debía declarar judicialmente por estos hechos.

Por Mariano D’Arrigo, desde Rosario – @mdarrigo

Fotos: Cooperativa de Comunicación La Brújula

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