1 diciembre, 2014
Almorzando con Lilita Carrió
Lilita Carrió acaparó este domingo la tradicional mesa de almuerzos de Mirtha Legrand. Allí la diputada ratificó sus críticas contra sus ex compañeros de UNEN, Jésica Cirio y la presidenta de la Nación. Luego de postularse como «puente» entre UNEN y el PRO, sostuvo que «para callar a Carrió hay que eliminarla del sistema político».
Este domingo al mediodía la mesa de Mirtha Legrand convocó a la diputada Elisa Carrió, al conductor Julián Weich, al periodista Nicolás Wiñaski, a la actriz Eleonora Wexler y al escritor Gerardo «Tato» Young. Por supuesto, la fundadora de la Coalición Cívica acaparó desde el inicio las conversaciones del almuerzo y entregó una serie de definiciones políticas respecto de las posibilidades de que el peronismo gane en primera vuelta en 2015, el alejamiento de UNEN, las perspectivas de unidad con el PRO y su autopostulación como “puente” de unidad entre el macrismo y UNEN. Además, ratificó sus denuncias acerca de Jésica Cirio y volvió a cargar contra Cobos y contra todo dirigente político que se cruzara en su camino.
Desde el comienzo Julián Weich intentó a apelar a su dudoso sentido del humor para relajar una mesa que se veía venir complicada. En su primer bocadillo le dio el pie a Carrió para que explique su alejamiento de UNEN, anunciado recientemente: “Lilita, contá por qué te pasaste así podemos comer nosotros, que no vamos a poder meter bocado hasta el postre”.
La diputada de la Coalición Cívica no dudó entre tomar la palabra o hacerle los honores al primer plato y arrancó: “En primer lugar, lo que dejé es de ser candidata presidencial por el UNEN. La Coalición Cívica, que es el partido que yo fundé pero que ya no conduzco, está en UNEN”. Y agregó, metafísica: “Yo no estoy en ningún lugar. Ni soy candidata a presidente, ni estoy en el PRO. Ambas cosas son mentiras”. Luego, en el sentido de la curiosa infografía que compartió hace algunos días por las redes sociales, explicó: “Estoy tratando de tener un puente indispensable, porque creo que la oposición de este país tiene un deber cívico inexcusable”.
Como explicación para su alejamiento de UNEN, indicó que muchos de sus dirigentes plantean que “No hay que ganar” y agregó: “Yo no quiero formar parte de una oposición que no quiere ganar la Nación. No quiero más la hipocresía. Hoy la única opción para ganarle al PJ es que el PRO y Unen se junten y que decida el pueblo en las PASO qué candidato quieren como presidente de ese grupo”. Luego concluyó, lapidaria: “De lo que no voy a formar parte es de un engaño colectivo en el sentido de que uno puede ganar sólo sin el otro”.
Acerca de las perspectivas del oficialismo en 2015, Carrió sostuvo: “Hoy el PJ tiene por lo menos el 40% de los votos, está a 5 puntos de tener la mayoría en primera vuelta. Todo poder tiene el 30% de los votos. Están a 15 puntos, pero esos 15 puntos son muy fáciles”. Basándose en este diagnóstico insistió con que “o se junta toda la oposición o le están entregando la victoria al PJ en este momento”.
Acerca de una posible incorporación al macrismo, Lilita afirmó: “Yo no voy a ir al PRO. No voy a ir con Macri”. Y preguntó, apuntando a clarificar su estrategia política: “¿Para qué me quedé sola? Para que UNEN se dé cuenta de que va a perder”. Además aclaró que en los contactos telefónicos que tuvo con Mauricio Macri, que dieron pie a especulaciones acerca de un pase directo, no habló “de política” sino que se limitó a pedirle al Jefe de Gobierno de la ciudad más presupuesto para el hospital de pediatría Garrahan. Rápida para distribuir responsabilidades, interrogó a una mesa más bien atónita: “¿Saben quiénes hablan todos los días con Macri y con Massa? Los integrantes de UNEN”.
Cuando la conductora de los almuerzos le recordó que en su momento también había hablado mal de Macri, Carrió evadió rápidamente la zona conflictiva volviendo a centrar sus andanadas en sus blancos más recientes, sus ex compañeros de UNEN: “Porque he visto y conozco la historia argentina de los últimos 20 años y a mí nadie me puede engañar. Yo he visto cómo votaron, cómo se quebraron, cómo traicionaron y cómo volvieron. Sé de sus negocios, sé de sus no negocios, sé de los buenos que son hipócritas y tienen negocios”. “Yo conozco absolutamente todo”, concluyó, con su modestia habitual.
También hubo un segmento dedicado al ex vicepresidente Julio Cobos, luego de que Mirtha sostuviera que le daba “pena” que lo hubiera vinculado con el tráfico de efedrina. Un tanto parabólica, la diputada ratificó la responsabilidad del dirigente radical: “A ver, si usted tiene un perro y su perro mata a una persona ¿usted es culpable? No. ¿Usted es responsable? Sí”. Y agregó: “Detesto los hombres que invocan a su familia, ¿no se acordó de su familia cuando traicionó a toda la UCR y se fue con Cristina? ¿No tuvo problemas ahí con su honor?”.
En el mismo sentido, apenas unos minutos después del almuerzo, desde su cuenta de Twitter, la diputada insistió: “Jamás invoco a la familia, ni me hago la víctima. @juliocobos no se acordó de su familia cuando se fue como Vice de @CFKArgentina?”.
Casi sin probar bocado, Carrió ratificó sus acusaciones de “gato” contra Jésica Cirio, la flamante esposa del aún dirigente kirchnerista Martín Insaurralde, aunque aclarando que sus dichos iniciales no habían sido “en público”. Sin embargo, lejos de retractarse, redobló la apuesta: “Lo importante no es si las cosas son fuertes, si no si son verdad”. Luego cuestionó la imagen que puede representar Cirio para la juventud: “El problema del modelo social de la Argentina, cuando se naturalizan determinadas formas de ascenso social y político, es que las adolescentes copian”.
Luego de cuestionar hasta a sus mismos compañeros de mesa (“¡Qué pesado que sos Weich, eh!”), la diputada sostuvo que sus andanadas críticas de hace algunos días fueron apenas una muestra: “Qué susto se pegaron los hipócritas. Porque yo dije el 0,5% de lo que sé”. En la misma veta místico-denunciativa que suele caracterizarla ya había planteado minutos antes: “Es todo lo que puedo decir. Y no me digan más porque es terrible lo que sé”.
En un remanso reflexivo en medio de la batalla, Carrió sostuvo que “el mal se construye con el silencio de los buenos”. Y afirmó que “el mal y los que tienen intereses espúreos” no van a poder destruirla: “No me destruyen, yo ya soy. Y yo creo en Dios. Y creo en la paideia griega. Y creo en la educación. Conmigo no pueden. No puede el chisme, no puede el periodismo… Saben que no pueden. No me pueden domesticar. Ya soy”. Carrió es la que es.
Aparentemente, quienes quieren callarla provendrían de “la clase política, empresarial y sindical” y de “los miembros de las agencias de seguridad” que “tienen miedo”. Pero, sostuvo la diputada, “para callar a Carrió hay que eliminarla del sistema político”. Preocupada, Mirtha le preguntó si no temía “que le pase algo”. “No -respondió Lilita, firme-, yo tengo temor de Dios”. Luego afirmó que la han amenazado “muchas veces” pero que “no van a poder” quebrarla ni domesticarla.
Entre plato y plato, Carrió aún tuvo tiempo para disparar contra su ex compañero de la Coalición Cívica Adrián Pérez, Graciela Ocaña y contra la presidenta Cristina Kirchner por el caso Hotesur (“Eso ya está, esto lo denunciamos en el 2004, 2005, 2008”).
Mirtha no parecía estar muy cómoda con la verborragia crítica de la diputada y la cuestionó por estar “acaparando” la mesa. En un momento la conductora incluso llegó a sostener “A mí me daría miedo usted presidenta, es muy autoritaria. Usted se ha peleado con casi todos con los que estuvo”.
Una Carrió dolida confesó que esa interpretación de la histórica anfitriona de los almuerzos la había puesto triste. Tal vez por eso Mirtha sobre el final del programa decidió sobreponerse a su miedo y reveer sus posiciones políticas, haciendo “una moción para que voten a Carrió” y hasta comprometiendo el propio voto a favor de la polémica dirigenta.
Pedro Perucca – @PedroP71
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