El Mundo

28 noviembre, 2014

La historia de la OPEP y el precio del petróleo

Este jueves se realizó una nueva cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que definió mantener sus niveles de producción pese a la caída del precio del barril. ¿Cuál es la historia de esta organización y su capacidad de incidir en la economía mundial?

Si en las últimas décadas hay una muestra de que la política y la economía no son variables independientes es el caso del precio del petróleo. Desde la crisis del petróleo en los años 70 que contraponía el conflicto en Medio Oriente con una «Gran Venezuela», o una Revolución Iraní con una «Venezuela saudita», hasta el cambio sustancial que se produciría desde septiembre del 2000 con la II Cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo promovida por Hugo Chávez, son muestra de ello.

La OPEP fue creada en 1960 con el objetivo de regular los precios internacionales. Se concibió como un instrumento de negociación conjunta frente a los principales países importadores de petróleo. Se trataba de evitar, por ejemplo, que las principales potencias económicas del mundo fuercen a devaluar los precios en América Latina porque bajaban los precios en Medio Oriente y viceversa. Semejante organismo fue estigmatizado, desde su creación se gastarían millones de dólares en campañas para desprestigiarlo. Esa lucha contra la regulación de los precios se haría escala internacional y se reforzaría de manera particular en los países productores.

Hay que reconocer que esas campañas tuvieron éxito en la mayoría de los casos. La necesidad de no «politizar» los precios del petróleo, que los países exportadores están plagados de tiranía, que son países que pretenden vivir a costa del desarrollo de los otros, fueron muletillas que se lograron instalar justificando el saqueo de hidrocarburos a los países productores.

A pesar de la creación de la OPEP, durante décadas los acuerdos allí establecidos sirvieron de muy poco. Los países priorizaban su negociación directa con los importadores, terminaban produciendo lo que con ellos pautaban y el precio devaluado favorecía a los principales consumidores. Estigmatizar y dividir, fue la estrategia imperial que triunfó durante la mayor parte del siglo XX.

Desde la década del 2000 el precio del petróleo volvió al centro de la política mundial. Los acuerdos de la II Cumbre de la OPEP en Caracas que fueron a contramano de las políticas económicas del neoliberalismo, el avance guerrerista norteamericano sobre Afganistán e Irak, el enorme crecimiento económico de China y el consecuente aumento de su demanda de hidrocarburos, fueron las principales variables que determinaron un precio del barril en torno a los 100 dólares.

Una economía mundial en crisis, la OTAN que continúa con sus intervenciones militares en Medio Oriente, así como el fortalecimiento de nuevos bloques económicos como el BRICS, son parte de un escenario geopolítico en transición. Esta reunión de los ministros de los países integrantes de la OPEP, donde se resolvió sostener la producción diaria de 30 millones de barriles diarios es sumamente relevante para el futuro lugar que dichos países pretenden ocupar en la economía mundial en los próximos años.

Al no llegar a acuerdos para bajar la producción, sumado a que en el 2015 Estados Unidos logre ser el primer país en producción logrando instalar la falsa idea de una supuesta «autosuficiencia energética» como vienen sosteniendo «expertos», o que se cumpla el pronóstico de Barclays Capital de que el próximo año el precio promedio del barril se devalúe 11 dólares, estaríamos presenciando cambios sustanciales en torno a uno de los principales motores de la economía mundial.

Mientras que regular la producción, fortaleciendo a la OPEP, hubiera permitido continuar el camino llevado adelante desde hace casi 15 años, que logró que un barril que se vendía entre 20 o 30 dólares llegara estabilizarse en 100 dólares durante los últimos años.

En casos como el de Venezuela o Ecuador, el fortalecimiento de la OPEP fue fundamental para que exista un mayor ingreso por la exportaciones petroleras. Durante estos años el crecimiento económico con una mayor distribución de la renta nacional tienen esa base en los procesos políticos que allí se desarrollan. Un debilitamiento de la OPEP conducirá a esos procesos replantearse nuevos y difíciles desafíos.

 

Lucas Villasenin – @villaseninl

 

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