América del Norte

25 noviembre, 2014

Ferguson en llamas: Absolvieron al asesino de Michael Brown

El gran jurado que tenía a su cargo la decisión de imputar o no al oficial de policía Darren Wilson, resolvió este lunes no hacerlo. Ante la decisión, miles de personas salieron a protestar a las calles donde se produjeron disturbios y enfrentamientos con la policía con un saldo de varios detenidos.

El gran jurado que tenía a su cargo la decisión de imputar o no al oficial de policía Darren Wilson, resolvió este lunes no hacerlo. Ante la decisión, miles de personas salieron a protestar a las calles donde se produjeron disturbios y enfrentamientos con la policía con un saldo de varios detenidos.

La semana pasada la tensión había aumentado cuando el gobernador de Missouri, Jay Nixon, declaró el estado de emergencia y activó la Guardia Nacional. Según el mandatario la decisión era preventiva ante los posibles disturbios que se llevarían a cabo una vez que se supiera la decisión judicial.

Quizás Nixon ya sabía que el jurado iba a absolver a Darren Wilson, oficial blanco que asesino en plena calle, el pasado 9 de agosto, al joven afroamericano Michael Brown. O quizás, simplemente tuvo en cuenta los antecedentes de la Justicia estadounidense que rara vez imputa a los acusados blancos por dispararle a la población negra de ese país.

Finalmente la decisión judicial fue dejar en libertad a Wilson porque «no se encontraron motivos» para imputarlo más allá del testimonio de decenas de testigos que dieron cuenta de los hechos. Al conocerse la decisión, las protestas se desataron en Ferguson. Disturbios, saqueos, incendios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad fue el saldo de una noche de indignación popular.

«No hay justicia, no hay paz», gritaban los manifestantes que portaban pancartas con la leyenda «Terror policial». Varios locales comerciales fueron saqueados e incendiados, al igual que decenas de autos entre ellos, al menos, un patrullero.

Las fuerzas de seguridad dispersaron a las personas que protestaban con bombas de humo y gas pimienta. Al menos 30 personas fueron detenidas.

Ferguson 3Inmediatamente la protesta se extendió por varias ciudades importantes de Estados Unidos aunque en la mayoría de los casos no hubo incidentes como en Ferguson. Nueva York, Washington, Seattle, Los Angeles, Oakland, Filadelfia y Chicago, fueron algunos de los puntos donde se expresó la solidaridad con la familia de Michael Brown.

A su vez se anunciaron marchas en Nueva Orleans, Nashville, Richmond, Virginia; Allentown, Pennsylvania; Knoxville, Tennesse, y Tampa, Florida.

«Estamos profundamente desilusionados por el hecho de que el asesino de nuestro hijo no tendrá que responder por sus acciones», afirmó el vocero de la familia. Pero, al igual que Michael Brown Senior la semana pasada llamó a la calma: «Responder a la violencia con violencia no es la respuesta».

La conmoción social fue tan grande que el propio presidente, Barack Obama, dio una inesperada conferencia de prensa desde la Casa Blanca. «En demasiados lugares de este país existe una profunda desconfianza entre las fuerzas de seguridad y las comunidades de color, parte de esto es el resultado de una historia de discriminación racial en este país», expresó el mandatario y agregó: «Es trágico porque nadie necesita más la protección policial que las comunidades pobres con altos índices de criminalidad».

Dejando para otra ocasión el debate sobre la asociación directa entre negros, pobreza y criminalidad que el presidente «negro» de Estados Unidos da por supuesta, Obama prosiguió su discurso subrayando que «en los próximos días -los agentes- tendrán que trabajar con la comunidad, no contra la comunidad, y distinguir al reducido núcleo de personas que quizás usen la decisión del gran jurado como una excusa para la violencia».

También destacó que se han hecho «grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida», pero reconoció que «sigue habiendo problemas. La situación en Ferguson evidencia desafíos que seguimos teniendo como nación».

Finalmente sostuvo que «tenemos que aceptar esta decisión del gran jurado. Hay estadounidenses que están de acuerdo con ella y otros que están profundamente decepcionados, incluso enfadados. Es una reacción comprensible».

 

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