21 noviembre, 2014
Venezuela: Nuevas elecciones en el PSUV
El próximo domingo los militantes chavistas podrán elegir a los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El proceso de organización y construcción democrática del partido es una de las tareas a las que se abocó el oficialismo durante un año plagado de ataques desestabilizadores.

El próximo domingo los militantes chavistas podrán elegir a los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El proceso de organización y construcción democrática del partido es una de las tareas a las que se abocó el oficialismo durante un año plagado de ataques desestabilizadores.
En medio de la agudización de lucha contra la guerra económica y la baja del precio internacional del petróleo el partido político más influyente de la realidad política venezolana hace una nueva apuesta por profundizar su construcción desde las bases.
La elección de las instancias dirigentes del PSUV son parte del proceso de debate político y organizativo que se dio el chavismo durante el 2014. Recordemos que el 29 de julio culminó el III Congreso cuyas instancias duraron aproximadamente tres meses. Como también que, en los primeros días del mes de septiembre, cerró el II Congreso de la Juventud del PSUV.
El 23N los militantes del partido elegirán con su voto a 3.988 jefes de Círculos de Lucha Popular (CLP). Los CLP están integrados por cuatro Unidades de Batallas Bolívar-Chávez (UBCH) y sus tareas son, según lo indican los documentos partidarios, «la construcción del Socialismo Bolivariano en lo cotidiano y en torno a la solución de los problemas específicos que afectan al colectivo» en una área geográfica determinada.
Una vez electos los jefes de los CLP, el 29 y 30 de noviembre y el 6 y 7 de diciembre se llevarán adelante las asambleas que designaran a los jefes de UBCH y a diez jefes de patrullas sectoriales (que serán los responsables de movilización, propaganda, formación, logística, etc.) por cada una de las UBCH. Esta elección de base se llevará a cabo preferentemente por consenso o, en su defecto, por votación directa. Serán elegidos, de esta manera, 13.682 jefes de UBCH y 136.820 Jefes de patrulla.
Según la planificación partidaria se espera que cada patrulla esté integrada en promedio por diez militantes. Los «4 anillos de vanguardia», como se denomina a las instancias de los jefes de los CLP, de las UBCH, de las Patrullas y de los integrantes de las mismas, conformaran un partido de 155.465 militantes registrados a fin de año. Un quinto anillo, con el cual se llegaría a integrar a más de un un millón 300 mil personas, se espera que esté preparado para febrero del 2015.
Los objetivos del PSUV
Entre los objetivos más inmediatos de la reestructuración del PSUV está garantizar el triunfo en la próxima elección para diputados de la Asamblea Nacional a realizarse el próximo año. La oposición nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), a pesar de sus fuertes tensiones internas, ha comenzado a reagruparse. Sus propuestas de la convocatoria a una Asamblea Constituyente o un referéndum revocatorio tienen pocas chances de prosperar en el corto plazo. Por esa razón, las próximas elecciones legislativas serán el momento de medirse electoralmente luego haber impulsado la campaña de #LaSalida en Febrero de este año.
Teniendo en cuenta esta tarea Ernesto Villegas, vicepresidente de Agitación, Propaganda y Comunicación del partido chavista, declaró: «Es de resaltar que este es un proceso democrático extraordinario que realiza el PSUV. Es muy importante la constitución de estos círculos de lucha de cara a los desafíos del año 2015. Serán estos círculos de lucha los protagonistas de las nuevas victorias que el año 2015 le tiene preparado al pueblo bolivariano».
Otro de los objetivos está ligado a la construcción de un instrumento político que exceda la estricta intervención electoral y apueste a la organización popular de cara a la construcción del socialismo del siglo XXI. En los documentos, quedan bien especificados cuáles son las tareas que deben cumplir cada una de las instancias partidarias y particularmente las patrullas. Según el diputado Eduardo Piñate: «Hoy estamos desarrollando un proceso de reordenamiento del Partido que nos conducirá a pasar del Partido maquinaria electoral, al Partido movimiento para dirigir la Revolución Bolivariana, Socialista y Chavista. »
Esta reorganización que apuesta a reactivar la herramienta partidaria tiene como desafío fortalecer las cinco revoluciones (revoluciones económica y productiva, del conocimiento, de las Misiones Sociales, de Política del Estado y del Socialismo Territorial) propuestas desde septiembre por el presidente Nicolás Maduro.
Deseos incumplidos de la derecha
Durante el 2013 la oposición derechista apostó claramente a la división al interior de las filas chavistas. Como resultado del descontento en las bases chavistas por las consecuencias de la guerra económica (desabastecimiento, inflación, contrabando, etc.) y de los intentos del gobierno por evitar la radicalización fascista impulsando las mesas de diálogo esperaban que las tensiones generen rupturas. La retirada del gobierno de un referente histórico como Jorge Giordani y la suspensión en el partido de Héctor Navarro, así como el surgimiento de corrientes que se comenzaban a posicionar como chavistas de «izquierda» y eran atacadas al interior del PSUV, parecían encaminar los deseos opositores.
Durante los últimos meses los medios de derecha han fogoneado estas críticas dándoles gran visibilidad. Un caso de estos es el de Héctor Navarro, ex integrante de la dirección del partido, que en una reciente entrevista en el diario El Nacional señaló: «En este momento se transita por el camino de la pérdida de la democracia en el PSUV. Los cuestionamientos a Jorge Giordani y la sanción contra mí, sin que medie un juicio y el derecho a la defensa, son indicadores del problema».
Por cierto que el deseo de la oposición estuvo lejos de hacerse realidad en los últimos meses, en parte, por la habilidad y madurez de la dirigencia chavista. Los problemas internos y las dificultades que atraviesa la revolución bolivariana no son cuestiones para dejar de lado, de ellos se nutre la estrategia opositora que necesita de divisiones entre chavistas que aún no existen -en las dimensiones que harían efectiva esa estrategia-. A contramano de los deseos opositores, esta instancia democrática del PSUV es una herramienta para construir la unidad de las bases del chavismo para un 2015 que estará cruzado por una dura batalla electoral y el desafío, que planteó Maduro, de que sea el año de la derrota de la guerra económica.
Lucas Villasenin – @villaseninl
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