27 octubre, 2014
La edad de la madurez
Lucas Pratto, Federico Mancuello y Ezequiel Videla encontraron su plenitud futbolística a los 25 años. Pero la encontraron en el fútbol argentino, donde los jugadores de su edad y jerarquía suelen estar en el Viejo Continente.

Lucas Pratto, Federico Mancuello y Ezequiel Videla encontraron su plenitud futbolística a los 25 años. Pero la encontraron en el fútbol argentino, donde los jugadores de su edad y jerarquía suelen estar en el Viejo Continente.
El fútbol argentino, exportador por necesidad, mira por televisión a sus mejores jugadores, los de la edad plena que va de los 23 años a los 30. Se nutre con chicos que no dejan de surgir e hijos pródigos que vuelven al país luego de malas experiencias en el exterior o directamente regresan a terminar su carrera en Argentina.
Si un jugador de 25 o 26 años está jugando todavía en el fútbol argentino se lo menosprecia en comparación con los de afuera y sólo se lo tiene en cuenta para una hipotética selección local.
Pero habría que dividir en tres grupos a los jugadores de esa edad que aún se encuentran en el país. Están los que eran grandes promesas y con indicios de lo que podrían ser ya fueron vendidos. Muchos de esos jugadores vuelven a Argentina, luego de malas experiencias en el exterior, a completar su formación trunca. Están los que no tienen jerarquía para jugar en Europa pero que son complementarios y de gran utilidad para los equipos argentinos. Por último están los que en sus comienzos no mostraron grandes atributos pero que cuentan con una virtud que no abunda en el fútbol actual, que es la inteligencia. Estos maduran con pasos lentos pero firmes y un consejo del entrenador indicado les puede hacer cambiar su forma de jugar ya de grandes, porque nunca es tarde para adquirir conocimientos. Estos jugadores alcanzan la madurez a los 25 años.
El no haber sido apuntados como grandes promesas los alejó de la lupa inquisidora de los que exigen a los jóvenes que jueguen con la sapiencia de un experimentado. Estos jugadores torcieron su propio destino a base de saber leer el juego y mejorarse cada día un poquito más. El fútbol argentino hoy tiene tres grandes exponentes de este último grupo de jugadores: Lucas Pratto, Federico Mancuello y Ezequiel Videla.
El delantero de Vélez tiene 26 años, aunque su extensa trayectoria lo haga parecer de más. En 2006 llegó a las inferiores de Boca, recomendado por Martín Palermo, proveniente de Cambaceres. Su debut en Primera se dio en el Tigre de Diego Cagna, al que había llegado a préstamo de Boca. El Lyn de Noruega y Unión de Santa Fe fueron los otros dos equipos a donde Boca lo cedió. En el medio volvió a Boca pero jugó poco y nada. Pero Pratto destaca de esa vuelta al club de la Ribera una charla con Alfio Basile, que le aconsejó que se anime a gambetear y asociarse más al juego.
Su explosión futbolística fue en Universidad Católica de Chile, donde salió campeón del torneo trasandino y fue goleador de la Copa Libertadores. De allí pasó al Genoa de Italia, donde no pudo demostrar demasiado. Vélez Sarsfield no olvidaba al delantero encorvado que le había metido dos goles en Liniers en la derrota 4-3 contra el equipo chileno por la Copa. Por eso el manager del club, Christian Bassedas, lo llamó a Italia para convencerlo de venir a Vélez.
Lo que viene es más conocido, Pratto fue campeón con Vélez en el Torneo Inicial 2012 y sus asistencias sacaron goleadores a Facundo Ferreyra en ese torneo y a Mauro Zárate en el Torneo Final 2014.
El caso de Federico Mancuello (25 años) es distinto por los kilómetros recorridos fuera de la cancha. El volante de Independiente, excepto un préstamo a Belgrano de Córdoba en 2011, siempre jugó en el conjunto de Avellaneda. Debutó en 2008, con Miguel Ángel Santoro como técnico.
Cuando tenía 17 años, el volante santafesino Mancuello le contaba al sitio Infierno Rojo que podía “cumplir distintas funciones en la cancha, como volante izquierdo, enganche, doble cinco y lateral izquierdo”. Además ya avisaba que tenía “facilidades en la pegada”.
Esta polifuncionalidad y ductilidad para el remate recién las pudo demostrar con creces con el descenso de Independiente a la B Nacional. En ese torneo fue de menos a más y terminó siendo, junto a Diego Rodríguez, uno de los bastiones del equipo que consiguió el ascenso a Primera. Dicho ascenso y el cambio de técnico (Almirón por De Felippe) sacaron lo mejor de Mancuello, que dejó la banda para jugar como doble cinco o interior izquierdo. A su sacrificio le agregó gol, panorama y buena lectura de las jugadas. El amplio repertorio de los nueve goles que lleva en el torneo lo demuestra: remate de afuera del área, pique al vacío, aparición como falso 9, de cabeza y hasta le metió un gol olímpico a Tigre.
Así como Basile a Pratto, el que le abrió los ojos a Mancuello para que utilice otros recursos que nutran su juego fue César Luis Menotti. “Deje un poco la banda, tire una pared, haga una diagonal, gambetee a un tipo. Anímese, viejo”, fueron los consejos del por entonces manager de Independiente.
Por último está el caso de Ezequiel Videla, de 26 años, que a diferencia de Mancuello y Pratto se hizo un nombre jugando en la B Nacional. El volante de Racing hizo gran parte de las inferiores en Rosario Central y en Reserva fue dejado libre. Para debutar en el fútbol profesional tuvo que irse a Uruguay a jugar en Montevideo Wanderers, de allí pasó al San Martín de San Juan de Darío Franco, que ya con Daniel Garnero como técnico llegaría a ascender a Primera División luego de ganarle la promoción a Gimnasia.
Pero Videla tendría que esperar para jugar en Primera, a la temporada siguiente el mismo Franco lo pide para el Instituto que quedaría en la memoria del mundo del fútbol por darle batalla palmo a palmo al River de Matías Almeyda en la B Nacional. El cordobés era el termómetro de aquel equipo donde destacaba Paulo Dybala.
Después de sufrir una grave lesión en la Universidad de Chile, volvió a Argentina para ser el único refuerzo de Colón de Santa Fe, que buscaba evitar el descenso. Era su oportunidad de demostrar su jerarquía en Primera División y vaya si lo hizo. Se adueñó del mediocampo junto a César Meli y la salvación estuvo cerca. Colón, que parecía sentenciado antes del torneo, llegó a un desempate que perdió con Atlético Rafaela y así descendió de categoría.
Pero Videla daría el salto más importante de su carrera al pasar a Racing. Cuando el equipo de Diego Cocca pasó un torbellino durante el torneo actual, con derrota en el clásico incluida, la imagen que salió ilesa fue la de Videla. Su entrega, la cantidad de pelotas que recupera por partido y su buena distribución enamoraron al hincha de Racing, que ya lo adoptó como un potencial ídolo.
Pratto, Mancuello y Videla alcanzaron la madurez futbolística a los 25 años y hoy se encuentran en su mejor momento. Al sacrificio le sumaron inteligencia para completar un combo que hoy disfrutan los hinchas de Vélez, Independiente y Racing.
El tiempo puso las cosas en su lugar para ellos, que parecen jugadores con códigos y sapiencia de otros tiempos. Mancuello renovó con Independiente hasta 2017 y declaró que “esperar para ser jugador libre hubiera sido traicionar a su familia”. El santafesino cambió silbidos por aplausos y hoy es capitán del club de sus amores.
Pratto no volvió a Boca para mostrar lo que no le dejaron en su momento pero en el último mercado de pases estuvo cerca de pasar a River; hoy es el mejor delantero argentino del fútbol doméstico. No tiene físico de futbolista pero cada intervención que tiene en cancha es con un por qué, como el control orientado con el pecho para su gol a Olimpo.
A Videla en el último receso lo fueron a buscar de Central, club donde hizo las inferiores y no llegó a debutar. El pase no se hizo pero a su representante, Gustavo Manenti, le preguntaron si Videla tenía rencor con Central por haberlo dejado libre. A lo que respondió, “de parte de Ezequiel no hay ningún rencor. Son decisiones que en su momento hubo que tomarlas».
Lucas Jiménez – @lucasjimenez88
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.