Derechos Humanos

23 octubre, 2014

«A más de 20 años de tercerización, en Argentina las cosas siguen igual»

Segunda parte de la entrevista a Pablo Ferreyra, ante un nuevo aniversario del asesinato de su hermano Mariano. En esta entrega el análisis de la lucha contra la tercerización laboral y la violencia institucional.

Segunda parte de la entrevista a Pablo Ferreyra, ante un nuevo aniversario del asesinato de su hermano Mariano. En esta entrega el análisis de la lucha contra la tercerización laboral y la violencia institucional.

– Desde el principio vos sostenes que la lucha por erradicar el trabajo tercerizado es una forma de rendirle homenaje a Mariano ¿Cuáles son las deudas que tiene Argentina respecto a esta cuestión?

– Muchísimas, la verdad que son más las deudas que las cosas saldadas. Lo que el asesinato de Mariano logro fue que el fenómeno de la tercerización se haga visible. Muchos jóvenes empiezan a notar, a partir de la discusión que abrió el asesinato de Mariano, que son tercerizados, que tienen trabajos precarios. Esto desde ya que no es suficiente, porque no tienen posibilidad de mejorar su posición, ya que al estar tercerizados sufren la presión de la patronal, son fragmentados como colectivo laboral. Es político el fin de la fragmentación.

Entonces lo que uno ve es que se avanzó muy poco. Hay debates, hay sectores del Ministerio de Trabajo que están trabajando en diferentes herramientas que permitan medir la tercerización, pero por el momento no es más que un rumor. Lo ideal sería tener un diagnóstico, para lo cual es necesario tener un mapeo general de lo que se terceriza, sobre los modos de la tercerización, la franja etaria que se terceriza. Que calidad de la tercerización, si es precarizante como la del ferrocarril, o si es especializante como puede ser ingeniero técnico en computación. Lo que nos falta es una herramienta que diagnostique cuantitava y cualitativamente el fenómeno de la tercerización en Argentina.

El libro que presentamos con FLACSO y el CELS tiene la virtud de estar marcado por el asesinato de Mariano, se inscribe en ese debate. Es un libro que surge como respuesta a este fenómeno, del cual había muy pocos materiales sobre la tercerización.

Todavía es necesario también estudiar las leyes que en Venezuela se propusieron, con éxito diverso, eliminar la tercerización. Porque tampoco existe la forma de terminar con la tercerización de un día para el otro. Hay proyectos acá en el Congreso. Hubo una reacción inicial de querer regular la tercerización, algunas más tímidas, otros más serias. Pero al día de hoy el ministerio de trabajo tiene que dar respuesta a esto y no la está dando. Más allá del ámbito académico, del CELS que tiene que un área en torno a esto, o gente como Paula Abal Medina o Victoria Basualdo, que han trabajado profundamente este problema. A más de 20 años de tercerización en Argentina las cosas siguen igual, no hay demasiado avances.

– Y en esta situación ¿Qué rol cumple el sindicalismo empresario?

– El sindicalismo empresario es fundamental, junto con el Estado neoliberal de los 90, en este proceso de tercerización y precarización laboral. Es un combo. Un Estado de esas características, más un aparato legislativo que flexibilice las leyes laborales y un sindicalismo cooptado que de algún modo permita las formas de precarización del trabajo.

En los ferrocarriles trabajan en los años 70 unas 90 mil personas, hoy día solo nueve mil personas trabajan allí, el resto es casi todo tercerizado. Y esta reducción va de la mano con el desguace del servicio de los ferrocarriles en los 90. Cuando un sindicalista como Pedraza obtiene la licitación de esas vías es porque evidentemente está alejándose de su objetivo histórico que es la defensa de los trabajadores y se coloca del otro lado del escritorio, de la defensa de los patrones.

Es fundamental el rol del sindicalismo en este combo. Sin embargo, esto no significa que todo el sindicalismo sea igual. Por eso el sindicalismo tiene que dar una respuesta a esto. Construir una subjetividad de los laburantes, en el marco de una defensa de los trabajadores que permita que los trabajadores puedan comprender la tercerización para poder combatirla. No obstante, el sindicalismo empresario ha permitido la tercerización, no solo en el área ferroviaria, sino en casi todas las áreas de servicios, donde la tercerización hace estragos. Que fue posible por la claudicación de los sindicatos frente a las patronales.

– En cuanto al caso de Mariano y también el de Luciano Arruga, el trasfondo es la violencia institucional ¿Cómo recibiste le noticia de la aparición del cuerpo de Luciano?

– La verdad que me quede pasmado. Fui a ver a Vanesa ese día al CELS. Cuando me entero que había conferencia de prensa la llame y no me pudo atender porque ellos tuvieron los teléfonos intervenidos durante mucho tiempo. Se transformó en victimario a la familia. Después la fui a ver al CELS y la vi mal. Fue un desenlace inesperado.

Habla del poder judicial de la provincia como un poder judicial que garantiza la impunidad de los policías, ya hay denuncias previas de abusos en las comisarías que escucho la propia Vanesa. Un poder judicial que los trato a ellos como victimarios. Que más de una vez la policía secuestro en La Matanza a compañeros y amigos de Luciano. Una verdadera vergüenza. Pero también una verdadera desidia del Estado Nacional. Vanesa se juntó varias veces con funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos. Funcionarios del Poder Ejecutivo de la provincia. Ninguno supo dar una respuesta certera. No se la acompaño. Y es una causa que creció en influencia tanto en los medios y los funcionarios a partir de la lucha constante de Vanesa y Mónica. Una causa durante muchos años invisibilizada, a tal punto que muy pocas revistas se hacían eco de esta lucha.

Siempre hablamos con Vanesa del contrapunto con el caso de Mariano. Las diferencias de clase, la estigmatización social. Como representa la sociedad a Mariano y a Luciano. Las diferencias notables. La justicia que durante seis años ninguneo a la familia. Los diferentes poderes que están comprometidos. Acá estamos hablando de un hospital, la Policía Federal. El silencio de muchos funcionarios del gobierno nacional que generaron la bronca, esta lucha de Vanesa contra la sociedad política.

Las diferencias son atroces. El caso de Mariano enseguida golpeó en el corazón de un sector del proyecto nacional, que reivindica la juventud, la militancia. En ese sector el caso de Mariano generó una convulsión política enorme. Afuera también. Se conmovió la estructura política. En el caso de Arruga todo lo contrario. Hay muy poco interés de los sectores políticos de avanzar en el caso.

Ahí uno entiende que el poder político y el poder judicial se estremecen al unísono. Cuando el poder político toma la decisión de hacer avanzar una investigación. Creo que la militancia tiene que sostener las denuncias previas que siempre sostuvieron Vanesa y Mónica, el modus operandi de la Bonaerense de reclutar jóvenes para asaltos.

Uno ve el caso de Ezequiel Demonty que la policía lo obligó a saltar al Riachuelo y después murió ahogado. Uno entiende que es un modo de operar de la policía. Que perfectamente podría haber pasado a que lo obliguen a Luciano a cruzar la Panamericana. Forzar un accidente. Ahora hay que empezar con un rompecabezas hacia atrás. Ver los médicos que lo operaron. Los efectivos policiales que lo trajeron. Hay que reconstruir la carpeta de ese NN que ahora tiene un nombre y es Luciano Arruga.

– La policía también afecto al caso de Mariano Ferreyra como al de Luciano Arruga, y estos paralelismos que haces son interesantes porque reflejan la violencia institucional en ambos casos.

– La policía en el caso de mariano liberó la zona. Todavía estamos pendientes de que el Ministerio de Seguridad exonere a los policías que han sido condenados. Aunque no esté la etapa de casación, todavía falta ese paso determinante. Queremos que los exoneren, porque algunos han tenido una participación en el caso de Mariano y en el Indoamericano. Eso revela un entramado muy complejo. Uno escucha las modulaciones del día 20 de octubre y entiende que la cantidad de omisiones dan a entender que se generó un acuerdo entre la policía y la patota ferroviaria. Son conversaciones que no están registradas. La policía claramente en el caso de Mariano podría haber evitado el enfrentamiento.

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