21 octubre, 2014
Blatter aseguró que Qatar 2022 se jugará entre noviembre y diciembre
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aseguró que la Copa del Mundo 2022 se jugará en el país asiático durante los meses de noviembre y diciembre. La crítica de los clubes europeos y la propuesta alternativa de Harold Mayne-Nicholls.

El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, declaró el lunes que el Mundial de Fútbol 2022 a disputarse en Qatar, se realizará durante los meses de noviembre y diciembre. La decisión del máximo responsable del organismo se respalda en que debido a las altas temperaturas que asolan al país árabe, llevar adelante el mundial en los meses habituales de junio y julio sería extremadamente dificultoso. La última palabra se conocerá recién en marzo del año próximo.
“No se puede jugar en verano (por el mes de julio). Podemos bajar la temperatura en los estadios, pero no podemos poner todo el país bajo techo. Hay que buscar una solución”, sostuvo Blatter, y agregó: “La fecha que conviene es a fin de año”.
Meses atrás también circuló la posibilidad de realizar el mundial durante enero-febrero, buscando evitar las elevadas temperaturas en el país asiático, que alcanzan en verano los 40 grados.
La decisión de Blatter de cambiar la fecha del Mundial de Fútbol a realizarse luego de Rusia 2018 levantó fuertes críticas desde diferentes sectores. La Asociación de Clubes Europeos (ECA), apuntó contra el cambio de fecha debido a los problemas que podría ocasionar en las ligas de aquel continente y los perjuicios económicos derivados de este cambio.
“Votamos Qatar y el Mundial será allí, aunque si es necesario cambiar de fecha, que se haga perjudicando lo menos posible a los clubes europeos que son los que aportan las tres cuartas partes de los futbolistas que hacen posible la Copa del Mundo”, indicó el presidente de la UEFA, Michel Platini.
Las declaraciones surgidas desde ECA motivaron la respuesta del Emir de Qatar, Hamad bin Jalifa Al Thani, quien de forma determinante afirmó: “Nosotros no hemos pedido el cambio de fecha ni lo vamos a hacer. Cuando presentamos la candidatura en la FIFA sabían cuáles eran las condiciones climáticas en Qatar en los meses de junio-julio, y ganamos”, para luego agregar: “Sea en verano o en invierno, será el mejor de la historia”.
Quien también se refirió a esta situación fue Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la Asociación Nacional de Futbol Profesional (ANFP), de Chile, y candidato a la presidencia de la FIFA. Mayne-Nicholls coincidió con los clubes europeos en que sería problemático el cambio de fecha hacia los meses de noviembre y diciembre, e impulsa, en su lugar, un corrimiento en los horarios en que deben disputarse los partidos.
La propuesta radica en que el primer partido de cada jornada comience a las 19 horas, el segundo a las 22 horas y el último se realice a las 1 de la mañana. En defensa de este proyecto Mayne-Nicholls sostuvo que conoce de las dificultades sobre llevar adelante esta propuesta, que terminaría implicando un cambio en la rutina de trabajo, a realizarse durante la noche, mientras el día se utilizaría para dormir.
Por otra parte Mayne-Nicholls también propuso otra modificación de la fecha inicial, pero menos radical que la propuesta de Blatter. El ex presidente de la federación chilena indicó que se podrían disputar los partidos entre fines de mayo y junio.
El aspirante a suceder a Blatter al frente del máximo organismo del fútbol mundial estuvo meses atrás en el centro de la polémica, cuando alertó sobre los riesgos de organizar un Mundial en Qatar debido no sólo a las altas temperaturas sino también a problemas logísticos, aunque terminó sosteniendo: “Es muy difícil que le quiten el Mundial, porque estatutariamente no habría argumentos para ello”.
La celebración del Mundial en el país árabe ha generado desde su elección encontronazos y polémicas entre dirigentes, federaciones y organizadores. No únicamente por las altas temperaturas y la decisión por parte de Blatter de cambiar la fecha de realización, sino que también se ha cuestionado la capacidad de Qatar en términos administrativos y su propia elección como sede. Aquel episodio incluyó la denuncia desde la prensa británica de una supuesta campaña de lobby realizada por el ex directivo de la FIFA Mohamed ben Hammam, para comprar voluntades de miembros del comité organizador.
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