Fútbol argentino

13 octubre, 2014

Solo River se hace cargo

Lanús, Independiente, incluso Atlético de Rafaela y el propio Newell’s. Todos perseguidores del equipo de Gallardo que no fueron capaces de reducir distancias.

Lanús, Independiente, incluso Atlético de Rafaela y el propio Newell’s. Todos perseguidores del equipo de Gallardo que no fueron capaces de reducir distancias.

Para Lanús el marco de la fecha 11 era perfecto para complicarle la vida a River. Era local del pobre Godoy Cruz, un equipo lleno de buenas intenciones que rara vez se traslucen en resultados. Era viernes a la noche, es decir que, de ganar, podía pasar 48 horas como puntero del campeonato, metiéndole presión al equipo de Núñez, que tenía un compromiso complicadísimo en el Coloso Marcelo Bielsa ante Newell’s. El equipo de Gustavo Raggio se podía prender en la pelea en caso de obtener los tres puntos, y además el Millonario no ganaba en el Parque de la Independencia desde 2007.

Pero al Granate se le escapó un partido ridículo. A los dos minutos del segundo tiempo ya ganaba 2-0 y el rival parecía no tener respuesta; se sentía en el ambiente la posibilidad de una goleada. Pero se dio una de esas situaciones que obligan a hablar de cómo la imprevisibilidad hace del fútbol el deporte más maravilloso del mundo. Una corrida por izquierda, un centro bajo, la distracción de la defensa local y el veterano -y bastante excedido de peso- Rubén Ramírez que define como cualquier buen goleador lo haría. Cinco minutos después y la misma historia: otro centro de la izquierda y el que aparece ahora es el ecuatoriano Jaime Ayoví, para meter su primer gol en el fútbol argentino.

¿Le faltaba algo a Lanús? Sí. Tres minutos después del empate una jugada confusa en el borde del área terminó con Diego Braghieri derribando a un rival, ganándose la segunda amarilla y dejando así a su equipo con uno menos. Lógicamente entonces -huelga aclarar que en este partido loco ya van 28 del segundo tiempo- después de varios rebotes, apareció Claudio Aquino desde el borde del área para dar vuelta la historia. Al equipo de Guillermo Barros Schelotto le quedaba algo en el tanque, como para paliar un poco el sabor amargo del partido que se escapa: Silvio Romero apareció para empujarla en el área chica y quedarse al menos con un punto. Pero el equipo del Sur del Gran Buenos Aires no estuvo a la altura de las circunstancias y no aprovechó una gran oportunidad.

Independiente, entonces, tenía la oportunidad. No podía superar a los de Gallardo pero al menos podían alcanzarlo. Enfrente, en el Libertadores de América, Defensa y Justicia. Una especie de hermano menor, por el estilo de juego y sobretodo por el nexo con el representante Cristian Grabarnik. El partido, entonces, fue a la medida de Jorge Almirón y Darío Franco. De ida y vuelta, con muchos espacios disponibles. Y fue el Halcón de Varela el que supo aprovecharlos, a través de un cabezazo de Mariano Barbieri. Pero sobre el final el Rojo, al igual que Lanús, logró salvar un poco el gusto amargo de la oportunidad perdida gracias a un remate de Sebastián Penco en el área chica, cuando ya se jugaba tiempo de descuento.

Y hasta Atlético de Rafaela, un equipo construido para otros objetivos, podía animarse a soñar si lograba ganar al irregular Banfield de Almeyda en la Perla del Oeste santafesino. Y, como el equipo de los Mellizos, arrancó resolviendo todo rápido, o eso parecía. Con goles de Rodríguez Rojas y Orsini, apenas pasado el primer cuarto de hora ya tenía dos goles de ventaja. Pero antes del final del primer tiempo Ricardo Noir descontó para el Taladro, y apenas iniciada la segunda etapa, Nicolás Tagliafico igualó de cabeza. Si bien la Crema no piensa en pelear el campeonato, la oportunidad estaba ahí, y también la dejó ir.

En cambio, River, que ya hace varias fechas no maravilla como en los primeros partidos del campeonato, sí aprovechó el quedo de todos sus perseguidores. Frente a un Newell’s que de a ratos da gusto ver jugar, y de a ratos parece una caricatura de aquel lujoso campeón dirigido por Gerardo Martino, el Millonario jugó poco y resolvió a través de la pelota parada. Ramiro Funes Mori volvió a ser el encargado de poner la cabeza para anotar un gol importante, tras un gran centro de Leandro Pisculichi. Con estos tres puntos, el equipo del Muñeco Gallardo pasó de la posibilidad de perder la punta, a sacar cuatro de diferencia sobre Lanús, que sigue siendo su más inmediato perseguidor.

Los que corren de atrás

El Racing de Cocca se mueve al ritmo de la historia reciente de la Academia: pasando en un instante de la crisis a la euforia. Fue claramente superior a Estudiantes en el Ciudad de La Plata, un equipo local que apareció perdido luego de ser eliminado por Huracán de la Copa Argentina. Una goleada inesperada, que, entre otras buenas noticias, dejó la vuelta a las redes de Diego Milito y la confirmación del sorprendente momento de Gustavo Bou, autor de un doblete. De esta manera, Racing quedó a 6 puntos del puntero.

Y si se habla de sorpresas, no se puede dejar de nombrar a Tigre. Desde la salida de Fabián Alegre y la llegada de Gustavo Alfaro, el Matador de Victoria cosecha cuatro triunfos al hilo. Esta vez superó sin merecerlo a Gimnasia, como local, con un gol de penal del Chino Luna. Si logra superar en Mendoza a Godoy Cruz, en el partido bizarramente postergado por el Día de la Primavera, igualará a la Academia y quedará a seis de distancia de River, que sigue siendo el líder y, al parecer, el único que se hace cargo de la pelea por el título.

Nicolás Zyssholtz – @likasisol

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