Géneros

10 octubre, 2014

Janice Raymond y sus diez razones para no legalizar la prostitución

En un marco de debates nacionales acerca de la legalización de la prostitución, Notas conversó con la feminista estadounidense Janice Raymond acerca de las corrientes que proponen su regulación y las que buscan abolirla. “Sin demanda no hay oferta”, sintetizó.

Crédito: Almendra Portilla

En un marco de debates nacionales acerca de la legalización de la prostitución, Notas conversó con la feminista estadounidense Janice Raymond acerca de las corrientes que proponen su regulación y las que buscan abolirla. “Sin demanda no hay oferta”, sintetizó.

En las últimas semanas la discusión sobre legalizar o no la prostitución/trabajo sexual volvió a emerger. Uno de los motivos fue la presentación de un proyecto de ley para la regulación de los establecimientos donde se la ejerce, impulsado por la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR CTA) y la legisladora porteña María Rachid.

En la iniciativa se propone la organización en células autónomas o cooperativas y la realización de cursos de formación en derechos humanos, derecho constitucional y penal, entre otras cosas. La polémica no se hizo esperar y las corrientes que van por la abolición del sistema prostituyente salieron a la carga. En ese contexto Notas conversó con la feminista, teórica y activista Janice Raymond, quien visitó nuestro país para participar del Foro Internacional por los Derechos de las Mujeres, realizado en Mar del Plata.

Raymond es miembro del Consejo Directivo Internacional contra el Tráfico de Mujeres (Catw) y profesora emérita de la Universidad estadounidense de Massachusetts. Además es autora del decálogo Diez razones para no legalizar la prostitución, un manifiesto escrito en 2003 que polemiza con las medidas tomadas por países regulacionistas como Holanda y Alemania.

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– ¿Por qué no debe legalizarse la prostitución?

– Porque legalizar la prostitución es un regalo para los proxenetas, ya que promueve el tráfico sexual, expande la industria y propicia la explotación de niños y niñas, aumentando la demanda de los hombres, que siguen siendo incentivados a comprar sexo en un entorno favorable.

– ¿Qué pasó en los países en los que, con el argumento de combatir la trata y el tráfico de personas, se legalizó?

– En países como Holanda o Alemania los proxenetas cuentan con total impunidad, porque saben que no van a ser penalizados. En Holanda se establecieron zonas de tolerancia para la prostitución y se crearon burdeles. Un tercio de la zona rosa, donde están las famosas vitrinas, tuvo que cerrar porque el crimen organizado se infiltró. Si tienen los papeles adecuados de residencia, pueden abrir burdeles. Después de eso tienen el camino liberado.

El Ministerio de Justicia holandés hizo una encuesta preguntándole a las mujeres si estaban mejor que antes de la legalización y la respuesta fue que no. Ahora tienen dos proxenetas: uno legal y otro -un agente- que las lleva hasta los burdeles. Éste, en algunos casos, es la pareja de la chica: empiezan una relación, se hacen pasar por sus novios y después las venden a sus amigos. En resumen, la gente que estaba ilegal antes de la legalización sigue ahí. La estructura existente se legalizó.

– ¿Hubo algún cambio en números respecto del ejercicio de la prostitución?

El negocio se expandió absolutamente. En Alemania había 200 mil mujeres en la prostitución en 2012. Dos años después de la ley se duplicó y ahora tienen 400 mil.

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Otra de las problemáticas sobre las que enfatiza Raymond es la de algunos países que están siendo incitados a incluir a la prostitución e incluso el tráfico de personas dentro de su PBI, como el caso de la Unión Europea (con excepción de Francia, que todavía se niega). “Es un desastre”, dice. Y explica: “No es más que una forma de inflar la salud económica del país, mientras ayuda a la legitimación de la prostitución como trabajo y al espejismo de una situación laboral que mejora”.

La mujer, de 71 años, agregó que si se tiene en cuenta que la ganancia promedio hecha por redes de trata para la explotación sexual está apenas por debajo de los 2 millones de dólares por víctima, y que se estima que aproximadamente 4,5 millones de personas sufren explotación sexual en el mundo, el peso económico es, evidentemente, enorme.

Además, se refirió al modelo nórdico. Así como en Francia y Holanda la prostitución es legal, en países como Noruega y Suecia se estableció la criminalización de la compra de servicios sexuales, y no la prostitución en sí.

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– En Argentina hay actualmente dos proyectos de ley para penalizar al cliente, uno en casos de trata y otro sin distinción. Suecia fue el primer país en adoptar un régimen similar: ¿Qué evaluación hace?

– Creo que está bien penalizar al cliente, indistintamente de si es trata o no. En Suecia los clientes tienen miedo a ser detenidos. Es simple: sin demanda no hay oferta. Allí la prostitución en las calles decreció un 50%. La policía cierra los prostíbulos. El tráfico no bajó, pero se mantuvo, mientras en otras regiones del mundo sigue aumentando.

– Según un estudio, en Argentina el 40% de las procesadas son las mujeres. ¿Cómo se hace para dar con las cabecillas de las redes?

– Para muchas mujeres la única forma de salir de la industria es convertirse en madamas. Los varones que manejan la industria y los burdeles están detrás de escena, son invisbles. Es necesario contar con programas de educación para prevenir, pero eso no es suficiente. Ni la educación ni la legislación son suficientes por sí solas. Se necesitan ambas.

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Desde la sanción de la ley de trata y hasta julio de 2014, el Estado rescató a 7153 víctimas de ese delito: 52% por explotación laboral y 48% por explotación sexual. En el 40% de los casos con fines de explotación sexual hubo complicidad policial, ya sea por consumo o por vínculos con el propietario del burdel. Además, el 70% de los casos están directamente vinculados al narcotráfico.

El decálogo de Janice Raymond: “10 razones para no legalizar la prostitución”

1. La legalización / despenalización de la prostitución es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.

2. La legalización / despenalización de la prostitución y de la industria del sexo promueve el tráfico sexual.

3. La legalización / despenalización de la prostitución no supone un control de la industria del sexo. La expande.

4. La legalización / despenalización de la prostitución aumenta la prostitución clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.

5. La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo promueve la prostitución infantil.

6. La legalización / despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que están en la prostitución.

7. La legalización / despenalización de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

8. La legalización / despenalización de la prostitución no promueve una mejora de la salud de las mujeres.

9. La legalización / despenalización de la prostitución no aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.

10. Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.

 

Carolina Rosales Zeiger – @caroerrezeta

 

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