2 octubre, 2014
“Lo menos importante para Evo es la elección, lo importante es lo que viene después”
El analista político boliviano Hugo Moldiz analizó la situación del país de cara a las elecciones presidenciales del 12 de octubre. Con una victoria ya asegurada de Evo Morales, el planteo es como abordar los desafíos pendientes de la revolución boliviana.

El intelectual y analista político boliviano Hugo Moldiz analizó la situación de su país de cara a las próximas elecciones presidenciales del 12 de octubre. Con una victoria ya asegurada de Evo Morales, el planteo es como abordar los desafíos pendientes de la revolución boliviana.
Las elecciones presidenciales en Bolivia se realizarán el domingo 12 de octubre. A esta altura resulta prácticamente indiscutible la victoria del actual presidente Evo Morales quién en las encuestas lidera cómodamente por más de 45 puntos de diferencia sobre su inmediato competidor.
En ese sentido, el intelectual y analista político boliviano Hugo Moldiz repasó, en diálogo con el programa radial Llevalo Puesto, los desafíos por delante que tendrá el próximo gobierno de Evo.
– ¿Qué va a pasar el 12 de octubre en las elecciones presidenciales en Bolivia?
– El 12 de octubre lo que menos discutido está es la victoria de Evo Morales. La última encuesta electoral le da a Evo un 59% de intención de voto frente a su inmediato seguidor que tiene un 13% y el otro 8%. Estos dos, candidatos de la derecha.
Si a eso le sumamos el promedio de sectores rurales donde no han llegado las encuestas y donde los demás no crecen pero si Evo Morales que tiene prácticamente una hegemonía, debemos estar hablando de un 65%. Esto nos conduce a la conclusión de que lo menos importante para Evo Morales es el tema del 12 de octubre, lo más importante es lo que se viene después.
– Habiendo tanta certeza acerca del resultado de las elecciones, es cierto que eso le quita un poco de interés pero ¿Qué está pasando al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS) y las fuerzas políticas que apoyan a Evo Morales? ¿Cómo se dirimen las diversas posiciones que existen de cara a lo que viene después?
– No sólo esa certidumbre le quita algo de interés si no que puede inducir a algunos sectores a pensar que todo está resuelto y no ir a votar ese día. Lo cual disminuiría la contundencia de la victoria.
De hecho hay una coincidencia entre todos los analistas de que esta es la elección más aburrida que se ha realizado en Bolivia, precisamente por la gran diferencia. Lo dicen incluso analistas de derecha.
Esto es el resultado de esa victoria militar, política y luego electoral sobre la derecha. Estas tres victorias lograron construir las condiciones para al mismo tiempo edificar y ampliar una hegemonía que a esta altura es indiscutible.
– Frente a este panorama entonces ¿cuáles son los desafíos? ¿Qué va a pasar después de la elección?
– Bueno en este momento expansivo de la revolución boliviana hay varios desafíos. El primero y más importante que creo que lo va a tener que discutir el MAS al día siguiente de la victoria de Evo es si va o no por la reforma constitucional.
Evo y Álvaro García Linera han dicho que no van por la reforma lo cual implica empezar a lanzar una figura, un candidato, que empiece a ser conocido nacionalmente.
– Claro, Evo va por su tercer mandato de hecho, su segundo desde la reforma constitucional. Eso implica que no se puede presentar por un nuevo mandato.
– Si. O no se presenta o cambia la Constitución para una habilitación continua. Si no deberá empezar el MAS a promocionar otra figura. Es el que yo creo es el desafío más importante lo cual va a generar realineamientos internos al interior del MAS y las organizaciones sociales.
– ¿Álvaro García Linera no puede ser esa figura?
– Constitucionalmente no puede por eso deberán buscar una figura nueva.
Ahora, otro desafío es como se logra seguir manteniendo una buena gestión en condiciones de cierta desaceleración de la economía lationaméricana.
Este año va a ratificar su buena gestión lo cual implica un modelo altamente exitoso pero eso no necesariamente es revolución. Aunque toda revolución, hoy en el siglo XXI, necesita una buena gestión.
La tercera cuestión es cómo se rompe la camisa de fuerza de la democracia representativa sin negarla, sin destruirla. Es decir cómo la democracia comunitaria, participativa, la construcción de hegemonía desde abajo, que es desde donde se puede asegurar la continuidad del proceso, cómo se traduce a través de la democracia representativa.
Si hay algo que asecha a todos los gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina es que se van convirtiendo en máquinas electorales. Y esas máquinas electorales abren el riesgo de desestructurar al sujeto que ha hecho posible estos procesos. No hay revolución si no hay sujeto.
Y el último desafío importantísimo es cómo consolidar la industrialización de los recursos naturales a los que Bolivia ha ingresado después de más de 185 años de caricatura republicana dónde sólo vendíamos materia prima.
Hoy se ha dado un paso a la industrialización y esa industrialización está generando muchos excedentes que son distribuidos para el beneficio de la población.
– Muchos de los países de América Latina han basado su crecimiento económico a partir del incremento de los precios de las materias primas que se exportan. Se puede pensar en el Chile minero, Argentina con la producción de bienes agropecuarios y uno no puede pensar a Bolivia por fuera de la economía minera y el gas. ¿En cuánto ha avanzado este proceso en la industrialización que comentabas y cuanto tendría que profundizar, si es que hay condiciones?
– Obviamente la política es algo integral. Podríamos decir que la revolución boliviana ha tenido varios momentos. El período previo al triunfo electoral (2000 – 2005), resistiendo al neoliberalismo y derrotándolo, junto con 2006 – 2008 resistiendo la contrarrevolución y derrotándola.
Otro momento ha sido 2010 – 2014, donde se han ido sentando las condiciones materiales de la revolución boliviana. Es decir, nadie distribuye lo que no se tiene, ese ha sido uno de los déficits de otras revoluciones.
Y este cuarto momento, que es el momento expansivo de la revolución, se va a caracterizar por la aceleración en el proceso de industrialización que empezó ya en el período 2010 – 2014.
– Toda revolución que es exitosa tiene un carácter distributivo, de beneficio para el pueblo, que en general tienden a aplacarlo un poco. Después de años de resistencia al neoliberalismo uno no quiere estar todo el tiempo en la calle ¿Qué está pasando en términos de la gente en la calle a partir de este cambio?
– Hay un retorno, bastante riesgoso, del sujeto hacia sus intereses particulares. Es decir que deja de ser sujeto revolucionario, deja de ser sujeto histórico y le delega la mayor parte de las tareas al Estado del que también forma parte para dejar de ser un actor vivo de la revolución. Sucede en todas partes.
Quizás es otro desafío. Cómo en nuevas condiciones ese sujeto sigue movilizándose, aunque la movilización sea distinta a la del pasado. Movilizarse será para resistir agresiones del imperio, que no dejará de hacer su papel en América Latina más en este tiempo donde está arremetiendo. Ahí es importante el sujeto.
Ahora ese sujeto al mismo tiempo tiene que tener capacidad no sólo de resistencia si no de propuesta. Porque tiene que construir él mismo su Estado, su economía, su ambiente político, en definitiva tiene que seguir construyendo poder popular todos los días.
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