26 septiembre, 2014
A tu memoria, Ravi
Por Florencia Cytisus. Esta semana falleció Alejandro Haddad. Fue docente, periodista, documentalista y poeta. Participó en varios oganismos sociales, entre ellos la Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh, encargándose del boletín de Medio Oriente.

Por Florencia Cytisus. Esta semana falleció Alejandro Haddad. Fue docente, periodista, documentalista y poeta. Participó en varios oganismos sociales, entre ellos la Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh, encargándose del boletín de Medio Oriente.
Colaboró en revista Crisis. En 2008 grabó el cortometraje “La queja de los cadáveres”, y en 2009 “Av! Su! Mai!” en territorio kurdo de Turquía. “Pañuelos para la historia” es su primer largometraje documental.
Entre sus libros figuran “Ellas surcando los tiempos”, “Gûle Gulîstan” y “Kurdistan: Crónicas Insurgentes” junto a Leandro Albani.
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Simplemente digo lo último. Espero que las poesías gusten. Espero que les llegue a Ellas y Ellas lo lean y lo lean ellos también.
Me voy yendo. Que anden bien. Nos vemos más rato. A ustedes encargo este libro, estos versos, estas palabras.
Alejandro Haddad (del libro Ellas surcando los tiempos)
Llueve en Buenos Aires y el tiempo no transcurre normal. Hay una inquieta sensación que quema fuerte, profundo, duele. Un punto inefable que nos lleva al pasado. Sale directo del vientre de varios de nosotros. Duele. Buscamos contacto desesperadamente con otros Otros que te conocieron. Un instante de conexión de voces que recuerden que no fuiste un sueño cálido.
Hablamos con los Otros con urgencia, obligamos encuentros con espasmos en el anónimato, te recordamos, brota como lava la creatividad para hacerte presente. Es que te estamos extrañando, te estamos buscando. Y seguis ahí. En cada inspiracion y exhalación; en las cosas pequeñas que forjan presentes llenos de esperanza y futuros libres, ahí estás.
Has hecho carne la coherencia entre el soñar y el hacer, el pensar y el sentir. Eso que es tan complejo, tan femenino y libertario. Tan vital como tus pasos de escucha y paciencia que destrozan cercos. “Los pueblos tienen su tiempo, y la paciencia es su herramienta de liberación”, decías.
Has sido el inventor de nuevos conceptos, has sido el libertador de los postergados. La esperanza de los desclasados. La voz de los sin voz. El gesto vindicativo de la cotidianeidad que lleva como estandarte la Autonomía de los pueblos.
Has roto fronteras, inaugurado nuevos horizontes. Has sido el guía de Paz.
Y si hoy los corazones revolucionarios se humedecen de llanto amoroso es porque están despidiendo tu cuerpo. Más no tus Ideales porque se han incrustado en la piel de cada compañero y compañera que ha tenido el placer profundo de conocerte…
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Despedida en un saludo de hasta luego
La pisada/ la huella que deja la pisada/ la pisada abierta
que deja la huella que deja la pisada/
El hecho que un hombre escriba sobre la feminidad no
asegura un cambio en la sociedad machista y patriarcal.
Apenas asegura un hombre escribiendo sobre la feminidad.
Las entrañas/ las agallas/ las deidades/ las pasiones/
las sensaciones/ la cólera/ la revolución/ la exasperación/ la piedad/
Es que a veces es más femenina el compañero que la
discriminación, el respeto que la guerra.
La maldad/ la cópula/ la bondad/ la caricia y la trompada y la ternura/ porque a veces es más
femenina el piropo que la puñalada.
La palabra dice y condiciona y la costumbretermina
por legitimar. Así es que si la palabra dice maldades, el
pueblo se llora su vida. Pero existe el gesto autónomo
que imprime su valor reivindicativo en los cambios de
paradigmas. Entonces, si la palabra dice el pensamiento que es justo,
el pueblo se humedece de bondad
y de alegría y ríe su muerte bailando su vida. Así es
que la palabra es recuperada con toda su entereza femenina y libertaria.
Las mansiones/ las estancias/las ambiciones aplastantes/
las millonadas acumuladas/ porque a veces es más
femenina el pueblo que la oligarquía.
Porque decir sobre la feminidad no es una mera cues-
tión de género. Es una mera cuestión y es una mera
necesidad de la que hay que hablar. Así es: la soberanía de los cuerpos es la soberanía de los pueblos.
Y la infancia no es el futuro sino el presente. Así sea.
La injusticia/ la falta/ la carencia/ la hambruna/ la indigencia/
la tristeza/ porque a veces es más femenina el
combate que la resignación.
Porque no es solo una cuestión de palabras femeninas,
sino de conceptos que expresen ideas que expresen
sensaciones que expresen necesidades que expresen
que no hay silencio en vano, sino reflexión de cómo se
saldrá del sometimiento que siempre es menos feme-
nina que la libertad.
Así, es que me quería despedir de todas
y todos ustedes, no muy formal,
sino muy otra cosa, con algo más
de poesía.
Gracias por prestar escucha a estas pa-
labras.
Alejandro Haddad
febrero de 2008
¡A tu memoria, compañero! ¡Hasta la victoria siempre!
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