4 septiembre, 2014
Todo lo que hay que saber sobre el impuesto a Netflix, Spotify y los juegos de Facebook
La agencia impositiva porteña resolvió comenzar a cobrar una alícuota a todas las empresas que comercialicen servicios online digitales como series, películas, música o juegos. ¿Un impuesto que se trasladará al precio para los usuarios?

La agencia impositiva porteña resolvió comenzar a cobrar una alícuota a todas las empresas que comercialicen servicios online digitales como series, películas, música o juegos. ¿Un impuesto que se trasladará al precio para los usuarios?
Según publicó el pasado martes 2 el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a partir de noviembre el Administrador Gubernamental De Ingresos Públicos de la Ciudad (AGIP) empezará a cobrar un 3% de impuesto por Ingresos Brutos que alcanzará a todas las suscripciones “para comprar y/o alquilar contenidos digitales relacionados con música, juegos, videos o similares».
Una enorme cantidad de servicios online se verán afectados por esta medida, contenida en la Resolución 593 de la AGIP. El que generó más repercusiones fue Netflix, el servicio de películas y series online. Pero también incluye a los juegos de Facebook, la aplicación de música Spotify, juegos como Minecraft o cualquier herramienta de entretenimiento que incluya pago a través de Internet con tarjeta de crédito o PayPal, como las tiendas online de Playstation y Xbox o Amazon Instant Video.
El gobierno porteño tuvo que salir a aclarar, entrada la tarde del miércoles, cuando las redes sociales ardían en rechazo al aumento de tarifa, que la carga impositiva sería a las empresas y no a los usuarios. La justificación del gobierno de Mauricio Macri es que existen empresas de TV por cable o satélite que abonan actualmente Ingresos Brutos mientras que los servicios por Internet no pagan ningún tipo de impuestos en la Ciudad. «Si la empresa traslada o no esa carga impositiva al abonado, dependerá de ellos», dijeron en la AGIP.
El impuesto del 3% se aplicará sobre «el precio neto de la operación y se practicará en el momento de la rendición de los fondos para su transferencia al exterior», establece la resolución.
Si bien hubo debate sobre el alcance geográfico de la medida y su ejecución concreta, el miércoles 3, desde el área de rentas del gobierno de la Ciudad, señalaron que la alícuota se aplicará a los proveedores que obtienen ingresos en Buenos Aires y que hasta el momento no tributan ningún tipo de impuesto. Pero no queda del todo claro en la legislación y algunos estimaban que Buenos Aires pretendía cobrar la alícuota a todos los ingresos del territorio nacional.
«Resulta un tanto confuso cómo se hará la operatoria con las facturas. Si en Buenos Aires, por ejemplo, sólo pagarán las tarjetas radicadas acá. Sería lo más lógico, porque si no sería Capital cobrando por todo el servicio que Netflix da en el país. Y, por supuesto, esto provocaría un conflicto de jurisdicciones», reflexionó Enrique Carrier, titular de una consultora sobre temas digitales que lleva su nombre.
La dinámica por la cual se colectará el nuevo impuesto será “al momento en que la tarjeta de crédito con la cual se paga el abono le hace la liquidación”, explicaron también desde el gobierno porteño.
Al respecto cabe aclarar que los productos de software no están incluidos. Esto lleva a un meollo que aún no está aclarado: ¿cómo diferenciarán en la liquidación de las tarjetas una compra de una aplicación o un juego, por ejemplo, en Google Play Store o en Apple Store que venden ambas cosas? O más aún, teniendo en cuenta el desarrollo reciente de nuevas modalidades de pago, ¿el impuesto alcanzará abonos en Bitcoin, por ejemplo?
El rechazo al nuevo impuesto, llegó también a la Casa Rosada: la presidenta Cristina Fernández pidió al gobierno porteño que revise la medida, luego de declararse usuaria “a full” de Netflix.
Sobre la controversia acerca de si afectará a los usuarios o no, el legislador del Pro Helio Rebot aclaró para oscurecer: «La empresa fija la tarifa y la puede abaratar, pero no va a suceder». Es altamente probable, entonces, que las compañías trasladen el 3% de aumento al precio que les cobra a sus clientes.
En twitter, bajo el hashtag #NoAlImpuestoANetflix se expresaron miles de usuarios. Allí, el investigador y especialista en comunicación Martín Becerra y la cuenta Derecho en Zapatillas (@dzapatillas) coincidieron en que es dudosa la constitucionalidad de la medida y el crear un tributo sin intervención de la legislatura. Además, Becerra agregó que le parece “más importante incluso la cuestión de fondo: la tasa establece una frontera entre bienes culturales analógicos y digitales” y que esa distinción “Internet es demasiado relevante como para que se resuelva vía agencia de recaudación”.
Por último, vale decir también que servicios como Netflix han revolucionado la forma de acceder de forma legal a contenidos audiovisuales. Uno de los puntos fuertes que lo han caracterizado es su costo accesible. Si bien el impuesto, aún si se trasladara el 100 por ciento al precio, sería de dos pesos cada nueve dólares que cuesta el abono de Netflix por ejemplo, y no sería demasiado significativo, sí abre la puerta –sobre todo por la modalidad de decisión sobre la creación de la carga impositiva, sin discusión legislativa- a modificaciones arbitrarias, diferenciales e inconsultas al uso de estos servicios.
Al fin y al cabo, los usuarios ya abonan la conexión a Internet con IVA incluido y las empresas abonan derechos de autor. ¿Es legítimo y constitucional este nuevo impuesto? Seguramente en los próximos días continúe el debate sobre el tema.
Julia de Titto – @julitadt
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