Deportes

1 septiembre, 2014

Resultados para ordenar la transición

Sin Emanuel Ginóbili, la Selección Argentina de básquet llegó al Mundial de España 2014 con un equipo a mitad de camino entre la Generación Dorada y el recambio que se viene. Los dos primeros partidos dejaron señales auspiciosas.

Sin Emanuel Ginóbili, la Selección Argentina de básquet llegó al Mundial de España 2014 con un equipo a mitad de camino entre la Generación Dorada y el recambio que se viene. Los dos primeros partidos dejaron señales auspiciosas.

Una vez confirmada la negativa de los San Antonio Spurs a que Emanuel Ginóbili juegue la Copa del Mundo para el seleccionado argentino, el presente del equipo se llenó de interrogantes. Al margen de sus 37 años, la presencia del mejor basquetbolista argentino de la historia, flamante campeón de la NBA por cuarta vez, podía hacer la diferencia en varios aspectos: primero y principal, le permitiría a Manu despedirse en cancha del equipo albiceleste, como símbolo también del comienzo del fin esta etapa gloriosa iniciada en el Mundial de Indianápolis 2002 y conocida como “Generación Dorada”; segundo, le daría a los jóvenes que se suman ahora al seleccionado la posibilidad de disputar un torneo de primer nivel al lado del máximo referente del deporte en el país.

Sin todo esto, las dudas sobre la proyección del básquet argentino aumentaron. Se sumaba, mientras tanto, la escandalosa situación institucional en la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), que afectó directamente la preparación del plantel mundialista al retrasarse el pago de los seguros a los equipos, así como la compra de los pasajes para el viaje a Venezuela del equipo alternativo que disputó el Sudamericano en Isla Margarita. La situación se saldó finalmente con la intervención gubernamental, que puso al frente al ex jugador y funcionario de PAMI, Federico Susbielles.

Con toda esta carga comenzó la preparación un plantel que contaba entre sus filas con históricos como el capitán Luis Scola, Andrés Nocioni, Pablo Prigioni y Leonardo Gutiérrez, además del reaparecido tras una gran temporada con Atenas de Córdoba, Walter Herrmann; y con varios jóvenes que están despuntando, con Facundo Campazzo -nuevo jugador del Real Madrid- a la cabeza, junto con los internos Marcos Delía y Matías Bortolín, Nicolás Laprovittola, Selem Safar y la sorpresa de la convocatoria, el joven de Quilmes de Mar del Plata, Tayavek Gallizzi.

La preparación del equipo alternó buenas y malas, con buenas victorias en el país frente a Brasil y México, pero duras derrotas frente a Puerto Rico y España, entre otros encuentros. Pero a Argentina nunca hay que darla por muerta. Este seleccionado tiene eso especial que suele denominarse “fuego sagrado”. Decía el famoso relator puertorriqueño de la cadena ESPN, Álvaro Martín, que el seleccionado boricua tenía que estar preocupado de cara al debut después de la dura caída albiceleste frente al equipo español. No hay nada peor que tocarle el orgullo a este grupo.

Y así fue. Argentina hizo un verdadero partidazo frente a Puerto Rico en su debut, en Sevilla. Estuvo muy fino ofensivamente, pudo controlar a los caribeños en defensa -ayudados, claro, por la falta de elaboración de juego y el individualismo, tradicionales características del básquetbol boricua-, y dominar incluso en los rebotes, un rubro en el que la albiceleste lleva las de perder frente a la mayoría de los rivales. Fue triunfo 95-78, sin dejar lugar para la discusión, con destacadas actuaciones de Andrés Nocioni (18 puntos, 11 rebotes) y Luis Scola (20 y 9).

Pero la forma de disputa del torneo no deja espacio para celebrar las victorias y apenas 17 horas después había que salir de nuevo al parquet, para enfrentar ni más ni menos que a Croacia, el equipo más poderoso del grupo, favorito a quedarse con el primer puesto, que sin embargo venía de un trabajadísimo triunfo ante Filipinas (81-78). Un pésimo comienzo, con muchas pérdidas y una baja efectividad de cancha obligó al equipo de Julio Lamas a correr desde atrás a los balcánicos, que además se mostraron intratables desde la línea de tres puntos. A pesar de ello, Argentina, de la mano de un brillante Scola (30 puntos y 9 rebotes), que como siempre crece en las grandes citas, se mantuvo en partido y a punto estuvo de llevarse en el juego en el último cuarto. Fue finalmente derrota, esperable en la previa, por 90-85.

Quedan tres partidos más en la primera fase: Filipinas, Senegal y Grecia. Un triunfo más dejará a Argentina prácticamente en la segunda ronda –clasifican los cuatro primeros-, sin embargo será importante lograr la mejor ubicación posible de cara a los cruces, que de cualquier manera serán complejos: el Grupo A, del que saldrá el rival, tiene al local España, Francia, Brasil y Serbia.

Es posible que a este seleccionado no le alcance para pelear al mismo nivel que hace dos años. Sin embargo, hay un estilo, una forma de entrar a disputar los partidos que ya se ha traspasado de la Generación Dorada, a esta que se viene, que por ahora no tiene nombre. El buen comienzo en el Mundial da esperanzas, pensando que cualquier transición, con buenos resultados, se hace mucho más sencilla.

 

Nicolás Zyssholtz – @likasisol

 

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas