25 agosto, 2014
‘Missouri en llamas’: una mirada sobre Estados Unidos y los asesinatos racistas
El asesinato de Michael Brown en Missouri, Estados Unidos, puso en la agenda un tema muchas veces silenciado u olvidado: en el país del norte subsisten el racismo y la violencia policial, producto de una sociedad sumamente desigual. El análisis de Fabio Nigra, profesor de la cátedra de Historia de Estados Unidos de la UBA y director de la revista Huellas de Estados Unidos.

El asesinato de Michael Brown en Missouri, Estados Unidos, puso en la agenda un tema muchas veces silenciado u olvidado: en el país del norte subsisten el racismo y la violencia policial, producto de una sociedad sumamente desigual. El análisis de Fabio Nigra, profesor de la cátedra de Historia de Estados Unidos de la UBA y director de la revista Huellas de Estados Unidos.
Como si fueran las escenas de ‘Mississipi en llamas’ o extraídas de un documental sobre la década de 1960, las imágenes de lo acontecido en la localidad de Ferguson, Missouri dieron vuelta el planeta en las últimas semanas. El estado del medio oeste estadounidense fue el escenario del asesinato de joven de origen afroamericano en manos de la policía que volvió a poner sobre el tapete un tema que ha marcado la historia de los Estados Unidos de Norteamérica: el racismo y la violencia policial como expresión de una sociedad desigual y excluyente.
Todo comenzó con el asesinato de Michael Brown, de 18 años, el pasado 9 de agosto. El joven de origen afroamericano fue baleado por el agente policial Darren Wilson, mientras tenía las manos arriba. La comunidad de Ferguson, de unos 21 mil habitantes, explotó en disturbios exigiendo justicia por el homicidio. Quince días después, y luego de manifestaciones masivas y una fuerte y radicalizada indignación social por los hechos, la familia de Brown pidió un día de calma para este lunes, para sepultarlo en paz. Mientras, a 7 kilómetros de Ferguson, otro joven negro fue matado por balas policiales y el Ku Klux Klan –tristemente célebre organización violenta y racista estadounidense- comenzó una colecta para defender a Wilson, que ya recaudó más de 200 mil dólares.
Fabio Nigra conversó con Llevalo Puesto de FM La Tribu 88.3 sobre los sucesos recientes y complejizó la mirada al respecto. “El problema son las relaciones de opresión”, dijo. “Esto de pensar que son solamente cuestiones de raza me parece que es caer en un error, estamos hablando de cuestiones de clase”, opinó. Realizando una analogía, describió la problemática: “Es tal como sucede en la Argentina, si sos negro es más factible que seas sospechado de ser delincuente por más que vayas con un traje Armani y una valija de cinco mil dolares».
Resulta interesante repasar algunos datos sobre la sociedad estadounidense. Según el censo de 2010, un 72,4% de las personas son blancas de origen europeo, en su mayoría británico, alemán, irlandés e italiano sin contar a los hispanos blancos. La población afroamericana representa el 12.6% de la población. La mayoría provienen de antiguos esclavos africanos traídos en la época de la colonia. Además hay minorías étnicas que en términos numéricos son muy numerosas en comparación con las de sus países de origen. Por ejemplo, que 30 millones de personas de origen mexicano se encuentran viviendo en los Estados Unidos, lo que equivale a más del 25% de la población de todo México.
“El tema racial trasciende a Estados Unidos. Eso donde los blancos ponemos a los negros en inferioridad es una cuestión que viene desde hace siglos», remarcó Nigra. También recordó un libro, llamado ‘De cadenas y de hombres’ sobre una fábrica de Citroen en Francia. “Una de las cosas que más me impactó es el momento en que un trabajador negro va al vestuario para salir, se baña y se pone saco y corbata”, comentó. “Entonces el compañero le pregunta por qué lo hace y por qué se viste así. Y le responde que en el subte lo miraban distinto”. La imagen es fuerte. “Es una cuestión de percepción cultural pero a su vez de relaciones asimétricas donde los blancos se posicionan en un lugar de superioridad», analizó el historiador.
Según analizó Nigra, la situación de los afroamericanos en Estados Unidos en la actualidad es un producto de la conformación de la clase trabajadora en aquel país. “En el siglo XIX si eras irlandés en el norte estabas casi en el mismo lugar que el negro en el sur. Si eras italiano en 1880, estabas en el mismo lugar».
«A lo largo del siglo XX ha habido grandes momentos y grandes movimientos para ir tratando de equilibrar las relaciones entre blancos y negros”, recordó el historiador, “desde las batallas presentadas por los negros en la Segunda Guerra Mundial para poder ser soldados de primera línea y no pelapapas”. Nigra mencionó a los dirigentes Malcom X y Martin Luther King, cuando decían que “nos mandan a Vietnam porque somos negros pero estamos peleando por un país que a nosotros nos trata como a los enemigos”.
Para graficar como es la relación de opresión sobre los afroamericanos en Estados Unidos, Nigra también citó el documental ‘Cómo se robaron Ohio’ (‘Bleeding Ohio’), sobre las elecciones en ese Estado en el año 2000. “En los barrios de blancos, de gente de clase media, media alta (donde sabían que había voto republicano) ponían una máquina cada 50 personas. En cambio, en los barrios negros, donde había voto predominantemente democrata, había una máquina cada 300, 500 o 600 negros”, contó.
Sobre la manipulación del sistema político electoral, también destacó que los padrones los hace una empresa privada “donde cuando alguien quiere eliminar mucho voto demócrata, la compañía pone un algoritmo y la inmensa mayoría de los negros aparecen como delincuentes y por lo tanto no pueden votar (por más que sea un error)”.
Para reforzar la idea de que el racismo en el país del norte está atravesado por una cuestión de clase, remarcó que los blancos pobres (“White trash”) viven una situación equiparable: “Son considerados igual que los negros, es la ‘basura blanca’, gente pobre que no ha tenido el éxito económico que se espera en el sueño americano».
Por último, destacó el rol de los medios en la construcción de una mirada sobre la policía estadounidense: “Nos quieren vender que son buena gente, son educados, son casi suecos. Yo diría que son más parecidos al jefe Gorgory, que es más parecido a la Bonaerense. Esto es algo que hay que desnudar».
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