Educación y Ciencia

21 agosto, 2014

Surfeando en el Riachuelo

Las autoridades de la cuenca Matanza-Riachuelo buscan resolver el problema de contaminación mas importante del país. Para esto cuentan con la activa participación y control de ONGs desde 2008 para el acceso público de la obra de saneamiento más anhelada en Argentina.

Las autoridades de la cuenca Matanza-Riachuelo buscan resolver el problema de contaminación mas importante del país. Para esto cuentan con la activa participación y control de ONGs desde 2008 para el acceso público de la obra de saneamiento más anhelada en Argentina.

La cuenca Matanza-Riachuelo (CMR) nació en el siglo XIX ideada por Luis Augusto Huergo. En la actualidad, Blacksmith Institute la ubica en su top ten de las mayores amenazas mundiales por contaminación. Dejando de lado indicadores y estudios internacionales, la CMR es sin dudas el riesgo ambiental más relevante de nuestro país.

En lo que concierne a su recuperación actual, en junio de 2008 a través de la Causa Mendoza, la Corte Suprema de la Nación ordenó al Estado Nacional, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a la Provincia de Buenos Aires sanear la cuenca y controlar la contaminación. También se designó un Cuerpo Colegiado formado por cinco ONGs: Asociación de Vecinos La Boca (ALB), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Greenpeace Argentina y la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH).

Esto activó un acercamiento al análisis de la problemática junto con la Defensoría del Pueblo de la Nación (DPN) para estudiar la evolución del saneamiento, promoviendo la participación de la sociedad. FARN es una de estas ONG que trabaja para la recomposición de la cuenca; este organismo desarrolló el programa “Monitoreo social del saneamiento de la CMR: Fortaleciendo la voz y la acción local”.

Dolores Duverges, directora de Política Ambiental de FARN, explica que a través del monitoreo pudieron focalizarse aspectos fundamentales. En primer lugar, la limpieza de los residuos del espejo de agua, que dio como resultado la liberación del camino de sirga -concepto que remite a los 35 metros que existen desde el talud del río-, y la relocalización de la población en situación de emergencia,además de  la implementación de sistemas cloacales.

Otro punto, quizás el más complejo, es regular y controlar que se ejecuten las reglamentaciones y normativas para las industrias que ejercen actividad en la cuenca. Se les exige aumentar el cumplimiento de los controles establecidos en sus actividades a lo largo del curso del río, para evitar también el daño del suelo y del aire. Además se supervisan los efluentes cloacales y los residuos domiciliarios.

Respecto a los factores sociales, se realizan controles de salud y riesgos ambientales a través de unidades móviles para analizar la población y tener una base de información del grado de exposición. Como resultado de este trabajo y el del ordenamiento territorial, se plantean  relocalizaciones de la población con mayores riesgos de salud como medidas preventivas y de diagnóstico pautadas por la autoridad de la cuenca (ACUMAR) por medio de mesas de diálogo para lograr un consenso en la reubicación.

El panorama actual presenta un organismo oficial de la CMR respaldado por el Banco Mundial, trece municipios bonaerenses, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y AySA. Las ONGs como FARN están comprometidas en llevar a cabo un control del programa de saneamiento y hacerlo visible públicamente.

A través de «Qué pasa Riachuelo», plataforma online de monitoreo de las actividades en la CMR, FARN permite al público informarse y participar activamente en su sitio.

Por Fernando Ghersini

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