Derechos Humanos

31 julio, 2014

Falleció Angélica Chimeo de Bauer, la “Abuela de Ayacucho”

Este miércoles se dio a conocer el fallecimiento de Angélica Chimeo de Bauer. En 1977 comenzó la búsqueda de su hijo y su nuera, desaparecidos durante la dictadura. Con el correr de los años se enteró que tenía una nieta apropiada que fue identificada en el año 2008.

Este miércoles se dio a conocer el fallecimiento de Angélica Chimeo de Bauer. En 1977 comenzó la búsqueda de su hijo y su nuera, desaparecidos durante la dictadura. Con el correr de los años se enteró que tenía una nieta apropiada que fue identificada en el año 2008.

Conocida como la “Abuela de Ayacucho”, Angélica se enteró de la desaparición de su hijo Rubén Santiago y su nuera Susana Pegoraro, en junio de 1977. Desde entonces comenzó la búsqueda que la llevó a formar parte de Madres de Plaza de Mayo, primero y de Abuelas, después, cuando supo de la existencia de su nieta apropiada.

“Nunca abandonó su ciudad, pero cuando desapareció su hijo Rubén y su nuera Susana, embarazada de cinco meses, recorrió el país buscándolos”, relataron desde Abuelas de Plaza de Mayo en el comunicado donde difundieron “con profundo dolor” el fallecimiento de Angélica.

Abuelas también subrayó que “a pesar de sus escasas salidas del pueblo, ni bien sospechó sobre la desaparición de los chicos no dudó en viajar a dedo, en plena noche, para buscarlos”. Angélica recordaba que «tenía que hacer esas cosas porque me perseguían y en ese momento se decía que ir a las terminales de ómnibus era lo peor».

A través de los testimonios de sobrevivientes de distintos campos de concentración pudo reconstruirse el recorrido de Susana. Permaneció detenida en la ESMA, luego en la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata, de ahí al CCD «La Cacha» y de vuelta en la ESMA donde dio a luz, a fines de noviembre de 1977.

La beba fue entregada a un matrimonio compuesto por el ex marino Luis Policarpo Vázquez y su esposa, Ana María Ferra, quienes la anotaron como hija propia. Sin embargo, en el año 1999 Vázquez reconoció que había adoptado a la niña mientras trabajaba en el Edificio Libertad de la Marina argentina.

A pesar de esto, la muchacha se negó a realizarse los análisis de sangre y la Justicia avaló su decisión por lo que no se pudo averiguar entonces quienes fueron sus padres. Esta situación se revirtió en febrero de 2008 cuando la Justicia ordenó recoger objetos personales de su domicilio a fin de extraer muestras de ADN. En abril de ese mismo año el Banco Nacional de Datos Genéticos informó que la joven era la hija de Rubén Bauer y Susana Pegoraro.

Angélica pudo de esta forma reencontrarse con su nieta y, en 2011, los apropiadores fueron juzgados y condenados. Vázquez recibió una pena de 14 años de prisión, mientras que Ferra fue condenada a 10 años. 7 años de cárcel recibió la partera Justina Cáceres, responsable de falsificar la partida de nacimiento.

Volviendo a la vida de Angélica, el comunicado de Abuelas recordó que “su tarea, solitaria al principio y con apoyo de la comunidad en los últimos años, la hicieron referente única de la filial Ayacucho de Abuelas de Plaza de Mayo”.

El texto sostiene que la “Abuela de Ayacucho” recibía los mensuarios de la institución para desarrollar sus tareas de difusión y muchas veces era acompañada “por otras Abuelas que visitaban la ciudad y, últimamente, también por jóvenes y docentes empeñados en no olvidar”.

 

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