Mundo Gremial

30 julio, 2014

Procesan a una pareja por el delito de trata laboral

Tres chicas de origen ecuatoriano fueron rescatadas de una pareja, también ecuatoriana, que las obligaba a trabajar los siete días de la semana durante 13 horas diarias en la venta ambulante. Una de las jóvenes logró escaparse y realizar la denuncia.

Tres chicas de origen ecuatoriano fueron rescatadas de una pareja, también ecuatoriana, que las obligaba a trabajar los siete días de la semana durante 13 horas diarias en la venta ambulante. Una de las jóvenes logró escaparse y realizar la denuncia.

Las muchachas (dos de ellas menores de edad) arribaron al país en distintos momentos del año 2013 con la promesa de un buen trabajo que le permitiera juntar dinero para ayudar a su familia en Ecuador. Aquí fueron recibidas por una pareja, también ecuatoriana, que las alojó en su casa e inmediatamente les sustrajo los documentos.

Allí se las obligaba a trabajar durante la mañana haciendo pulseras y gorros tejidos para luego vender en la calle, puntualmente en Avenida de Mayo y Perú, en pleno centro porteño. Dormían sobre cartones, tenían prohibido salir de la casa sin autorización y tampoco les permitían tener teléfonos o hablar con otras personas.

En mayo de este año la mayor, de 19 años, se escapó e hizo una denuncia anónima al 144 -línea nacional que brinda contención y asesoramiento para la prevención de la violencia de género- y a la Policía Metropolitana.

En base a esta denuncia comenzó a actuar el personal del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las personas damnificadas por el delito de Trata, la Dirección Nacional de Migraciones y las fuerzas de seguridad allanaron la casa, en el barrio de La Boca, donde estaban las otras dos víctimas.

Inmediatamente el juez Sebastián Casanello, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 7, procesó por a la pareja ecuatoriana integrada por Rosa Elena Salazar Oyagata y José Rafael Oyagata Gualsaqui, y además los embargó por 100.000 pesos. Ahora deberán enfrentar un juicio que estipula una pena que va de los cuatro a los ocho años de cárcel.

Tras ser rescatadas las muchachas dieron detalles de cómo era el trato recibido. Estaban obligadas a trabajar los siete días de la semana, teniendo libres solo las mañanas del domingo para pasear y por la tarde debían regresar al trabajo. Según denunciaron trabajaban 13 horas diarias confeccionando los productos que luego vendían de manera ambulante en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.

El escrito del juez sostiene que “si bien las víctimas han manifestado haber aceptado el empleo, ya sea porque sus padres se lo encomendaron o con la esperanza de mejorar su calidad de vida, lo cierto es que esos dichos deben ser analizados dentro del contexto que se viene explicando, ya que ese ‘consentimiento’ prestado no implica la ausencia de los indicadores del delito de explotación laboral”. Además, el magistrado agregó que esto significa específicamente “la situación de vulnerabilidad de las damnificadas y a la posible creencia de que esta forma de vida es la que se merecen”.

 

De esta forma se desbarata un tipo de explotación y trata laboral diferente a la que se ha hecho pública en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires, ligada a talleres clandestinos principalmente textiles.

Para realizar denuncias relacionadas con la trata de personas se puede llamar de forma gratuita y anónima al 144.

 

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