22 julio, 2014
III Congreso del PSUV: dilemas y fortalezas del chavismo
Un nuevo Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) estará culminando el próximo 29 de julio cuando termine su instancia Plenaria Nacional. Su organización ha comenzado hace más de 3 meses y ha tenido el último domingo su instancia de participación más masiva con la elección de los delegados.

Un nuevo Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) estará culminando el próximo 29 de julio cuando termine su instancia Plenaria Nacional. Su organización ha comenzado hace más de 3 meses y ha tenido el último domingo su momento de participación más masiva con la elección de los delegados.
El desarrollo del “máximo órgano de dirección del partido” socialista más grande del mundo, que cuenta con más de 7,5 millones de afiliados, está marcado por la coyuntura nacional, las fortalezas y los debates al interior del proceso de la revolución bolivariana. El escenario de tensiones que envolvieron a Venezuela durante los primeros meses del año, en dónde la oposición al chavismo promovió su campaña de #LaSalida, se ha manifestado como un fracaso para la mayoría de los mismos opositores. El debilitamiento de los sectores desestabilizadores vino acompañado por divisiones al interior de la Mesa de la Unida Democrática (MUD) y es seguido por una tensa calma en dónde se buscan unificar propuestas (como la convocatoria a una posible Asamblea Constituyente).
La fortaleza del chavismo, ante las maniobras opositoras y los ataques sistemáticos de la burguesía local, se expresa en la relevancia misma que ha cobrado la convocatoria al III Congreso del PSUV durante los últimos meses. Un chavismo fortalecido, que ha logrado desmontar parcialmente la imagen de un país en caos que intentó construir la derecha, no implica de todas formas la inexistencia de un gran descontento en sus propias bases sociales por las consecuencias de la guerra económica.
Esta situación conduce también a acelerar los debates entre los que apoyan al proceso de la revolución bolivariana. La expulsión de Jorge Giordani, ex ministro de Planificación, del gabinete de gobierno y la suspensión de Héctor Navarro, ex ministro de Educación, del partido llevaron a tensiones muy fuertes entre referentes históricos del chavismo.
Se ha construido un escenario de fuertes diferencias entre los denominados integrantes de una “izquierda trasnochada” y los denominados “reformistas”. La burocracia y la corrupción en el Estado, las herramientas para combatir a la guerra económica en curso y los balances del resultado de los “Diálogos de paz” con la oposición fueron el centro de la discusión.
Estos puntos se conjugaron con el cuestionamiento de integrantes del PSUV a los métodos de elección de los delegados al Congreso. La existencia de un 40% de delegados “natos” por ser diputados, gobernadores o alcaldes (entre otros), entre los más de 900 que participaran en la Plenaria Nacional, es rechazada por muchos de sus miembros. Gónzalo Gómez Freire, co-fundador del portal Aporrea ha declarado que “no fue una metodología discutida democráticamente, tiene muchas restricciones y desigualdades para la participación».
Entre los sectores del chavismo más críticos del gobierno se llevaron adelante iniciativas como la Conferencia Nacional de Marea Socialista realizada el último sábado 19, de la cual participaron 250 voceros de todos los estados del país. Heiber Barreto Sánchez, integrante de esa organización, sostiene: “Es momento de reconocer que esas cúpulas gubernamentales en nombre del chavismo bolivariano, como todo poder constituido, han derivado en un régimen conservador y autoritario, desesperado por mantenerse en el poder como una casta corrupta que urgimos por sacudir desde las bases».
Por su lado, desde los principales dirigentes del PSUV y los referentes políticos del gobierno se ha convocado a participar masivamente de las elecciones. Como dato relevante se puede destacar que desde que comenzaron las instancias del Congreso se han incorporado al partido más de 90 mil integrantes (siendo 27 mil de ellos parte de la Juventud del PSUV).
Diosdado Cabello, actual presidente del partido y de la Asamblea Nacional, se defendió de las acusaciones de los sectores más críticos (cuestionamientos que en muchos casos han sido utilizados por la derecha) cuando el último viernes en conferencia de prensa declaró: “No le tenemos miedo al debate, ese es el mecanismo que hemos propuesto desde la dirigencia del partido y las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez”.
Por su parte, la Corriente Revolucionaria Bolivar y Zamora, organización histórica en la lucha del movimiento campesino venezolano, apoyó a Diosdado Cabello y manifestó que: “La participación activa en el Congreso tiene una enorme relevancia debido a que en este se discutirán temas tan importantes como el de la corrupción, el burocratismo y el papel y aporte de los movimientos sociales y del poder popular”.
Los resultados de la elección del último domingo 20 ya fueron publicados por el PSUV. Los 537 delegados elegidos para la instancia Plenaria que comienza el próximo sábado 26 fueron votados, según los datos conocidos, por menos del 10% de los afiliados al partido. La participación ha sido más baja de lo esperado y antes de que cierren las más de 8 mil mesas de todo el país el canciller Elías Jaua declaraba que: “Más que un proceso cuantitativo, hay que verlo como un proceso cualitativo”.
Maduro ha dicho en su último programa En contacto con Maduro que del Congreso “vamos a salir más claritos y más unidos que nunca en un plan para desarrollar el socialismo de aquí al 2020 y mucho más allá”. La decisión de impulsar el último vienes el Primer Consejo Presidencial Comunal en el Estado Lara y de frenar el proceso de re-estruturación del Estado para consultarlo con los integrantes del Gran Polo Patriótico demuestra que el PSUV no es lo único que está en su cabeza.
Posiblemente el descontento existente por la situación social creada por la guerra económica haya motivado esta baja participación. También es cierto que los debates muchas veces dados entre los sectores que se consideran más críticos de la gestión gubernamental y los principales referentes del chavismo no han sido expresados a fondo ante la mayoría del pueblo chavista.
Lo cierto es que no es la primera vez que hay fuertes discusiones y enfrentamientos entre aquéllos que apoyan a la revolución bolivariana. Situaciones similares se han dado en anteriores elecciones de candidatos a alcaldes y/o gobernadores. El desafío principal y más inmediato que afronta el oficialismo es dar respuestas a los problemas económicos generados por la escasez y la especulación generados por las clases dominante locales buscando minar la base social que sigue apoyando al gobierno.
Lucas Villasenin, desde Caracas – @villaseninl
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