16 julio, 2014
PreCOP Social en Isla Margarita: «Cambiemos el sistema, no el clima»
Entre el 15 y el 18 de julio se desarrollará en Venezuela la PreCOP Social. Allí, por primera vez en el marco de la ONU, los movimientos sociales y las ONGs tendrán un lugar en el debate sobre el cambio climático, de cara al acuerdo global que sustituirá al Protocolo de Kyoto en los próximos años.

Entre el 15 y el 18 de julio se desarrollará en Venezuela la PreCOP Social. Allí, por primera vez en el marco de la ONU, los movimientos sociales y las ONGs tendrán un lugar en el debate sobre el cambio climático, de cara al acuerdo global que sustituirá al Protocolo de Kyoto en los próximos años.
La Conferencia de las Partes (COP) es la reunión anual donde los Estados incluidos en la Organización de las Naciones Unidas discuten una nueva regulación para el ambiente. El objetivo declarado es poner freno al cambio climático, que ya muestra dramáticas consecuencias en todo el mundo, empujado por un modelo de desarrollo depredatorio de la Naturaleza.
La sede de la COP es rotativa. En 2014 le tocaba el turno a América Latina y había dos propuestas: Perú y Venezuela. Finalmente, durante el año pasado ambos países acordaron que Perú organizaría la COP en diciembre y algunas semanas antes -a principios de noviembre-, Venezuela organizaría la PreCOP. Ambas actividades se encuentran vinculadas orgánicamente, constituyéndose la PreCOP en un primer encuentro donde las representaciones diplomáticas acordarán un borrador de propuestas que será sometido al debate en la COP.
La importancia de estos foros, en este momento, es crucial. Se espera que durante 2015 se alcance un acuerdo general, jurídicamente vinculante, para reemplazar al golpeado protocolo de Kyoto. Este eventual acuerdo entrará en vigencia a partir de 2020.
Claudia Salerno es la encargada de organizar la PreCOP, en su calidad de viceministra de Relaciones Exteriores de Venezuela. Salerno explica que, al igual que en todos los demás temas, para el proyecto bolivariano es clave la participación de la sociedad civil en el debate sobre el cambio climático.
«Venezuela propuso, por primera vez en la historia de la ONU, incorporar las voces de los movimientos sociales y de las organizaciones no gubernamentales dentro del debate de manera activa”. Así, se convocó a la PreCOP en dos partes: un primer evento de organizaciones en julio y la reunión de ministros -donde también participarán delegaciones de movimientos- en noviembre.
“De manera que este evento se bautizó como PreCOP social. Los gobiernos solos no pueden cambiar el sistema si no cuentan realmente con el apoyo popular», señala la viceministra, quien desde hace largos años viene participando como técnica en este tipo de discusiones. “Yo no digo que tenemos que bajar al nivel del poder popular, sino elevarnos a ese nivel. Este ha sido un debate interesante en el marco de la ONU”.
Un arco heterogéneo de participantes
Además de movimientos, a la actividad asistirán como invitados especiales representantes de gobiernos locales y otros especialistas temáticos. Entre ellos, Michael Bloomberg, enviado especial de ONU para Ciudades y Cambio Climático; Gustavo Petro, alcalde de Bogotá (Colombia); Marie-Joseph René, alcaldesa de Puerto Príncipe (Haití); David T. Downey, del Foro Global de Alcaldes; Ronan Dantec, concejal de la ciudad de Nantes (Francia); Raquel Lejterger, viceministra de Medio Ambiente de Uruguay; y Mark Watts, director ejecutivo del C40.
Entre las representaciones sociales también habrá diferentes enfoques. Participarán grandes conglomerados de ONGs internacionales, junto a articulaciones de movimientos vinculados a luchas sociales, como es el caso de Vía Campesina Internacional, la Marcha Mundial de Mujeres o la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA.
Manuel Bertoldi, integrante de la secretaría operativa de ALBA Movimientos, destaca que para las organizaciones sociales la PreCOP es un espacio donde seguir planteando la importancia de construir otra forma de organización económica y social.
“Se trata de retomar los planteos presentes en las luchas de los pueblos de Nuestra América, contra el saqueo de nuestros territorios, contra el colonialismo que ejercen las trasnacionales y el imperialismo, que intentan apropiarse de la tierra, el agua y en general los bienes comunes”, expresa Bertoldi en diálogo con Notas. “En ese sentido, reivindicamos lo planteado por Hugo Chávez en Copenhague 2009 y también en el Plan de la Patria, además de lo que viene señalando desde hace bastante tiempo el Comandante Fidel Castro, en cuanto a la necesidad de superar el capitalismo para preservar la vida sobre el planeta”.
«Cambiemos el sistema, no el clima»
En la cumbre de Copenhague de 2009, el entonces presidente Hugo Chávez retomó la consigna coreada por los movimientos sociales fuera de los recintos, en una profunda y memorable intervención. Cinco años después, el debate continúa vigente y se vuelve cada vez más vital la participación de amplios sectores de la población.
Paul Ledesma es uno de los delegados de los movimientos sociales venezolanos. Integrante del Colectivo Autana Tepuy, en la Campaña «Venezuela Libre de Transgénicos», este joven militante sabe que no todas las organizaciones tienen las mismas características y que seguramente las voces del movimiento popular venezolano realizarán una crítica más profunda que la que habitualmente suscriben las grandes ONGs a nivel internacional, por lo general más preocupadas por los efectos que por las causas. La delegación venezolana se propone ofrecer una mirada integral sobre el problema, relacionándolo con el sistema económico dominante a escala mundial y también alentando a la participación social.
«Como movimiento social nuestra principal expectativa es que este espacio se amplíe y se reproduzca, para hacer lugar a al voz del pueblo organizado», expresa Ledesma. «El cambio climático es la consecuencia de un sistema económico devastador, que viene monopolizando y acabando con el agua, el aire y los alimentos. Esto afecta sobre todo al pueblo pobre».
Entre los principales elementos de contradicción entre el capitalismo y la Naturaleza, destaca el avance de los transgénicos. «Nuestra semilla pasa de ser libre, de propiedad del campesino, de los pueblos originarios, de nuestra cultura, a ser propiedad de una transacional que decide a quién se la vende o cómo se debe sembrar». También señala la importancia que tiene para Venezuela superar la matriz hegemónica: «El desafío que tenemos es cómo pasamos de ser un país de economía rentista petrolera a una economía productiva, más en consonancia con el proyecto revolucionario que se viene desarrollando», explica.
El documento acordado por la representación de las organizaciones venezolanas incluye un rechazo explícito a la llamada «economía verde» y la ratificación de las responsabilidades históricas de los países que la ONU considera desarrollados. En ese marco, reivindican parte de los acuerdos contenidos en el protocolo de Kyoto e incumplidos por las grandes potencias, en cuanto al compromiso de reducir la emisión de gases hacia la atmósfera y a la promoción e intercambio de tecnologías de conservación del ambiente.
Fernando Vicente Prieto, desde Caracas – @FVicentePrieto
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