16 julio, 2014
Edén urbano
La implementación de la ley de techos verdes en la Ciudad de Buenos Aires y la moda de los edificios eco amigables.

La implementación de la ley de techos verdes en la Ciudad de Buenos Aires y la moda de los edificios eco amigables.
Los “techos verdes” consisten en una cubierta de altura total o parcialmente ajardinada en suelo común o apto para cultivo. Es decir: techos con pasto. No se refiere a macetas, canteros o huertas ya que su colocación implica el uso de tecnologías que cumplen una función ecológica. El término también se aplica a otras herramientas sustentables como los paneles solares y sistemas de riego. Surgieron en Alemania alrededor de 1960 y rápidamente se propagaron por el resto de Europa, principalmente en Austria, Suiza, Holanda, Gran Bretaña, Hungría y Suecia.
El arquitecto Diego Rybka se define como un “desarrollador” que se involucra en sus proyectos desde el diseño hasta la edificación. Si bien empezó hace cinco años a proponer la idea de los techos verdes recién ahora puede empezar a implementarlos. Aprobada la ley municipal Nº 4428 en 2012, que incorpora y reglamenta la figura de techos verdes al código de planeamiento urbano, el gobierno porteño decretó también una baja de precios en el permiso de construcción y en el ABL a todos los edificios que optaran por esta modalidad. “Con Macri estos impuestos aumentaron casi un 300% así que los techos verdes se convirtieron en un argumento de venta”, explica Rybka. Aunque destaca que si bien “todo el mundo” quiere un espacio verde, el dinero siempre es un problema, sobre todo en la gente mayor que no recibió la educación ecológica que sí tuvieron los más jóvenes. Sin embargo, Rybka cree que no es que haya mayor conciencia ecológica sino que el Estado se ve obligado a aplicar normas: “Reciclar es una necesidad porque no sabemos qué hacer con la basura, esto es lo mismo”.
Mariana Kameniecki es técnica en floricultura (UBA) y técnica en producción vegetal orgánica (UBA), junto con Ana de Mendonça, viverista y diseñadora de paisajes, dictan el curso “Techos Verdes, un enfoque sustentable”. Ambas coinciden en las múltiples ventajas de su colocación: proveen un espacio ajardinado de esparcimiento y contemplación, generan aislación térmica y acústica, lo que conlleva ahorro energético (en refrigeración y calefacción). Además, debido al proceso de evapotranspiración de las plantas que se desarrollan, hay una disminución del efecto «isla de calor» que ocurre en las ciudades cuando todas las superficies de concreto absorben y emiten temperaturas altas. Los vegetales retienen contaminantes del aire y fijan carbono en sus estructuras, que de otra manera estarían formando parte gases del efecto invernadero. Mientras tanto, Rybka remarca el aporte de esta técnica en la recuperación de oxígeno y su función de filtrado durante las tormentas. Sobre este punto detalla otro aspecto de la ley: la colocación de tanques para la ralentización del agua de lluvia. Si bien no es obligatorio, en sus construcciones el arquitecto reutiliza el líquido contenido para riego.
Kameniecki hace hincapié en otros beneficios importantes que no siempre se cumplen con un techo verde y están relacionados con la conservación de la biodiversidad: si se incluyen plantas nativas, se brinda refugio para fauna silvestre y se contribuye a la conservación de especies de flora y fauna locales. Además, el espacio puede estar manejado con bajo mantenimiento (no requerir cortes periódicos ni fertilización química), disminuyendo la dependencia de insumos externos.
Con respecto a las limitaciones y condiciones de colocación de un techo verde, de Mendonça aclara que se debe considerar la estructura de la construcción -paredes, columnas, vigas- y el techo en sí para saber si soporta el peso que se le va a cargar, que las pendientes del techo sean apropiadas y que el desagüe funcione correctamente para que no haya filtraciones de humedad. Kameniecki agrega que recién después de esta evaluación se puede pensar en la construcción, que implica la colocación de materiales de aislamiento, drenaje y sustratos, para aguantar el crecimiento de diferentes tipos de plantas. “La elección de especies y el diseño dependerá de muchas variables: cantidad de sobrepeso que puede sostener la estructura existente, exposición al sol/sombra, uso del espacio”, aclara la especialista.
Para Rybka la ley de techos verdes es un avance, pero aún hay un atraso en comparación a Europa y Estados Unidos con respecto a la onda verde y recién en diez años se podría ver el verdadero cambio. “Se puede hacer mucho más, como otorgar premios ecológicos, incentivar la separación de basura y reutilización de materiales en las obras, campañas constantes y no de vez en cuando. Además creo que la normativa debería estar en todo el país porque si bien no es un tema de agenda está tomando notoriedad, por ejemplo en provincia evalúan la densidad urbana para ver cómo impacta a nivel ambiental”, opina el arquitecto. Mientras que Kameniecki y de Mendonça coinciden en que falta camino por recorrer piensan que se observa una contradicción en políticas del gobierno de la ciudad, que impulsa la construcción de cubiertas verdes pero disminuye la cantidad de espacios verdes en la ciudad, cubriendo numerosas superficies con cemento que anteriormente presentaban vegetación.
Martina Bondone – @marbondo
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