Economía

15 julio, 2014

“Hay que dejar de correr detrás de la coyuntura y empezar a discutir lo estructural”

Notas entrevistó al sociólogo Martin Schorr, especialista en Desarrollo Industrial y autor de diversos libros y artículos, acerca de los principales problemas de la estructura económica argentina actual. Un dialogo sobre la restricción externa, los fondos buitre y el panorama económico de cara al 2015.

Notas entrevistó al sociólogo Martin Schorr, especialista en Desarrollo Industrial y autor de diversos libros y artículos, acerca de los principales problemas de la estructura económica argentina actual. Un dialogo sobre la restricción externa, los fondos buitre y el panorama económico de cara al 2015.

-¿Cuáles creés que pueden ser las consecuencias de cada uno de los escenarios planteados con respecto a la negociación con los fondos buitre?

– Lo primero que yo diría es que el tema con los fondos buitres es bien complicado desde el punto de vista de la resolución económica y política. Está clarísimo que tiene que ver con una avanzada de los sectores más concentrados de la economía y del sector financiero, que quieren vetar ciertos aspectos de la política económica del gobierno, pero yo creo que ahí no hay que poner el eje de la discusión. Me parece más acertado plantear por qué la Argentina, sobre todo en el último año, ha estado en una carrera medio desesperada por volver a colocar deuda en los mercados financieros internacionales. Y esto se vincula a una restricción externa cada vez mayor, que explota a partir de 2011, y tiene que ver con cuatro factores que son más que presiones del imperialismo internacional, son decisiones de política económica y acciones y omisiones estatales.

Esos cuatro factores son: la crisis energética y cómo el gobierno, hasta la estatización de YPF, sostuvo en sus pilares esenciales las mismas políticas del neoliberalismo. El segundo factor tiene que ver con un déficit de comercio industrial ligado con un gobierno que en los últimos años no hizo nada en políticas industriales activas, por lo que hubo un crecimiento económico muy importante pero con muy poca sustitución de importaciones. Entonces lo que termina sucediendo es que la industria crece y el mismo sector industrial genera una demanda de divisas muy fuerte y aparece un problema de restricción externa muy importante. El tercer factor tiene que ver con la fuga de capitales, con picos en 2008, 2009 y 2011, que está asociada, no como en los años 90 a la bicicleta financiera, sino con las empresas que tuvieron rentabilidades extraordinarias en este período y, en la medida que no invirtieron, buena parte de esos recursos engrosaron lo que se conoce como fuga de capitales. Por último, el cuarto factor es la extranjerización de la economía. En el año 2011, antes del «cepo», el sector empresario extranjero tuvo utilidades por 10 mil millones de dólares y remitió afuera el 65%. Esto tiene que ver con un nivel de extranjerización elevadísimo, heredado de los 90 por supuesto, pero que en esta década no sólo no fue corregido sino que fue fortalecido. Argentina sigue teniendo la misma ley de inversiones extranjeras de la última dictadura y en particular en los 90 se firmaron aproximadamente 60 tratados de inversión extranjera de los cuales hoy se encuentran vigentes 55, por lo que ahí se da una restricción a la hora de pensar políticas de tratamiento al capital extranjero.

Entonces me parece que es indudable que el escenario que se abre con los buitres es crítico y que es correcta la estrategia que lleva adelante el gobierno, en el sentido de que no puede decir tan fácilmente que va a honrar la deuda porque se le viene un problema grande con el resto de los bonistas, pero a mí me parece que, más allá de los buitres, hay una pregunta anterior que es por qué la Argentina tuvo que volver a sentarse a negociar con estos actores, con el Club de París, con el CIADI, indemnizar a Repsol por YPF, y me parece que todo conduce a la necesidad de complementar la política de ajuste que se viene aplicando en los últimos meses con un nuevo ciclo de endeudamiento.

– Mencionaste como uno de los factores de la restricción externa al sector energético. Hace unos días fue nombrada Mariana Matranga al frente de la secretaría de Energía y dijo que uno de los objetivos es bajar el nivel de importaciones ¿pensás que puede haber un cambio en la orientación de las políticas energéticas a partir de su nombramiento?

– Primero que nada, me parece una persona súper formada y eso es un elemento positivo desde ya, sumado a otro elemento positivo que es desplazar al que fue el responsable del desastre energético en la Argentina que fue Daniel Cameron, alineado con De Vido.

Dicho esto, me parece que hay que dejar que la cosa camine pero si uno va viendo lo que se ha hecho en YPF, que no tiene que ver con Mariana Matranga sino con la política energética del gobierno, que apuesta casi todo por Vaca Muerta, en un acuerdo con Chevron, que en la medida que son cláusulas secretas uno no tiene forma de saber bien cuáles son los derechos y obligaciones de cada una de las partes, pero evidentemente hay una apuesta estratégica del sector de Galuccio que piensa a YPF mas como una empresa estatal. El otro aspecto es la suba de precios que me parece que está siendo bastante fuerte y creo que hay un intento del gobierno por decirle al sector privado «acá hay un sendero de precios razonable, entonces esperemos que inviertan».

– Otra consecuencia de la restricción externa que se da en una economía tan concentrada como la argentina es la inflación ¿Creés que si se mejora eso puede bajar la inflación? ¿Qué pensás del programa «Precios Cuidados»?

– Para mi es medicina de corto plazo y con final incierto. No me parece que el programa «Precios Cuidados» sea hoy una variable o un elemento clave a la hora de controlar los precios. Lo que está ayudando a bajar la inflación un poco es la recesión, que es resultado de la política económica de ajuste del gobierno que vino a partir de enero de este año, con la devaluación y la suba de tasas de interés.

El programa «Precios Cuidados» habla un poco de lo que le pasó históricamente a este gobierno. El gobierno interviene cuando los problemas se desenlazan y esa intervención lo que hace es tratar de dar soluciones a corto plazo, que no siempre son exitosas, y posponer la discusión acerca de los factores estructurales que provocan la inflación. Es clarísimo que la cuestión inflacionaria tiene que ver con varios factores pero uno muy importante es la concentración y también es clarísimo que las políticas económicas del kirchnerismo potenciaron ese proceso de concentración. Por lo tanto, la solución a esos problemas no puede ser solamente el esquema de «Precios Cuidados». Hay que dejar de correr detrás de la coyuntura y empezar a discutir lo estructural.

– El 2014 está siendo uno de los años más difíciles desde 2003 en materia económica ¿Se puede volver a despegar en 2015 o habrá otras medidas de ajuste como hubo a principios de este año?

– Mi sensación es que el kirchnerismo hoy está en una encrucijada muy complicada y lo que viene haciendo desde que empezó el año es una política de ajuste que pivotea entre dos elementos: la devaluación, que es una transferencia de ingresos fenomenal desde el trabajo al capital, particularmente hacia los sectores exportadores que en Argentina son los ligados al agro; y una suba de la tasa de interés que apunta a que la gente apueste al plazo fijo con su excedente y no demande dólares. Ahí lo que se está tratando motorizar es una transferencia de ingresos al sector financiero, que tiene además consecuencias en la tasa de interés que tiene que pagar cualquier persona o empresa para hacer una inversión.

Si la política de ajuste le sale bien al gobierno y en unos meses, producto de la caída del salario y de la recesión, volvemos a crecer va a tener un problema político muy serio que es que esas medidas de ajuste castigan fundamentalmente a los trabajadores, o sea a una parte importante de su base social e implican una fuerte transferencia a los sectores financieros y agroexportadores, por lo cual se redefine el carácter sociológico del gobierno porque está atacando a su base social y enriqueciendo a sectores que siempre los planteó como enemigo políticos.

La pregunta importante acá es por qué se llegó a tener que implementar una política de ajuste y ahí volvemos a lo que hablamos al principio: la restricción externa que se vincula con acciones y omisiones desde el Estado que profundizaron mucha de las herencias del neoliberalismo. No es como en 2005 donde todo era culpa del menemismo. Ahora hay mucho para discutir en torno a la «calidad» de la intervención estatal durante el kirchnerismo.

 

Fernando Bercovich – @ferbercovich

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