1 julio, 2014
Una, dos, miles de bahías de piratas
Este lunes se dio a conocer una orden de la Comisión Nacional de Comunicaciones para las empresas que brindan servicios de Internet para que bloqueen la página The Pirate Bay a partir de una orden de un juez en un caso creado por CAPIF (la asociación argentina de los sellos discográficos) contra dicho sitio.
Este lunes se dio a conocer una orden de la Comisión Nacional de Comunicaciones para las empresas que brindan servicios de Internet para que bloqueen la página The Pirate Bay a partir de una orden de un juez en un caso creado por CAPIF (la asociación argentina de los sellos discográficos) contra dicho sitio.
Las redes sociales explotaron con miles de tuits en contra de la medida retrógrada del juez y los dueños de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF). Y, como el ya famoso efecto Streisand, se comenzaron a compartir formas alternativas de llegar a los enlaces que brinda ese sitio Web.
Todo es copia
Desde el mismo instante en que escribís algo en la Web, está copiado. Todo en la Web es una copia. Escribís una letra de cómo te sentís en Facebook y ya está copiado en un servidor. Así la borres. Te guste o no, le haga bien a tu negocio o no, así es la Web. No podrás bloquear un contenido al bloquear un sitio. Ese mismo contenido se reproduce automáticamente en otros, se copia, se modifica, se le cambia el nombre.
Todo lo que intentes hacer, no hará más que darle fama. El ruido genera más ruido y copias. Y miles de Pirate Bays.
Y a todo esto, la ganancia crece
Desde la aparición de Napster, la industria discográfica odió a Internet. Como odió antes al VHS, como odió al casette, como odió cualquier cambio. El cambio implica repensar, algo para lo que parece que no están preparados. Y les llevó cierto tiempo adaptarse. Tiempo de caídas en ventas y, por lo tanto, de ganancias. Pero no dejaron de ganar dinero en ningún año. Nunca. Ganaron menos, pero ganaron.
Según la misma CAPIF, el año pasado la industria discográfica «legal» aumentó sus ganancias en un 194%. La industria sigue pensando que música descargada es igual a música no comprada. Pero está comprobado por varios estudios que no solo no es así, si no que las personas que más descargan también son las que más compran.
Los servicios de streaming (spotify, deezer, rdio) desembarcaron en el país y cada vez más personas los consumen, porque brindan mejor servicio que comprar discos, y son más fáciles que descargar un torrent. La facilidad gana. El mundo quiere hacer menos clics, quien me de la música con menos movimiento de mi índice tendrá mi dinero. Fácil. Pero para eso hay que pensar. Para los empresarios siempre es más fácil pagarle a un abogado.
Un contenido minoritario
En las últimas décadas se ha producido mucha cultura. Así y todo, lo que está en el dominio público es mucho mayor. En The Pirate Bay y otros sitios podrán encontrarse enlaces que nos permitan obtener algún contenido que todavía está bajo las leyes de derechos de autor, pero hay mucho más contenido compartido porque ya está en dominio público o por autores que prefieren que su contenido fluya en los bits a que quede impreso en un acetato.
CAPIF también quiere impedir nuestro acceso a ese contenido. No están pidiendo que solo se bloquee el acceso a las canciones que administran. Quieren prohibir todo. Quieren que el mundo continúe con las reglas de épocas anteriores.
¿Qué podemos hacer entonces? Si solo te interesa conseguir lo último que ha salido en la música del mundo, aunque sea de un artista islandés desconocido que los amigos de CAPIF no traen a la Argentina pero que igual lo defienden de crápulas como vos, andá buscando los proxies que están a mano y seguí como siempre.
También podés crear tu propio «espejo» de The Pirate Bay para ayudar a otros. O podés reírte de que la propia CAPIF tiene un espejo de The Pirate Bay en su sitio Web. Hagas lo que hagas, recordá que una vez que algo está en la Web, está copiado. Combatir eso es imposible. Los bits ganarán siempre.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.