Cultura

24 junio, 2014

Spam y lo no deseado

Spam, obra escrita, dirigida y actuada por Rafael Spregelburd nos muestra a un lingüista que perdió la memoria y sólo cuenta con la carpeta de spam de su correo electrónica para intentar develar su identidad perdida. La búsqueda de la identidad en medio de lo insólito y un apocalipsis personal en el que todo puede suceder.

Spam, obra escrita, dirigida y actuada por Rafael Spregelburd nos muestra a un lingüista que perdió la memoria y sólo cuenta con la carpeta de spam de su correo electrónico para intentar develar su identidad perdida. La búsqueda de la identidad en medio de lo insólito y un apocalipsis personal en el que todo puede suceder.

La palabra Spam tiene historia y su origen está ligado a hábitos de consumo. Originalmente era la marca de una carne enlatada (que viene de»Spiced Ham», algo así como «cerdo especiado»), de moda en los años 30-40, cuyo furor se dio con Segunda Guerra Mundial, cuando familiares de los soldados en guerra les enviaban estas latas. No sólo por su degradada calidad, sino también por su producción masiva y su carácter de excedente, se transformó en la comida no deseada por excelencia. Pese a que todavía Spam circula en los supermercados en EE.UU. fue ícono del boom de la comida chatarra, que coincidió con el surgimiento del drive-in -la modalidad de compra de fast-food desde el auto-. Con el tiempo y el avance de la comunicación electrónica, el spam pasó a referirse al correo que contiene información publicitaria y que se envía también masivamente.

La obra Spam, que se puede ver en el Teatro El Extranjero, miércoles, jueves y viernes a las 21 profundiza en una estética berreta: estafas por computadora, plagio, correo spam, juguetes chinos, productos crackeados, karaokes y China y Malasia para la exportación. El barullo domina algunas escenas y es objeto de producción de Zypce junto al Centro Experimental del Teatro Colón (CETC) con el apoyo del Instituto Nacional de Teatro. Con peceras con agua, copas, un arco de violín, instrumentos inventados (como un bajo de tres cuerdas hecho con un caño de aluminio) musicalizan una puesta en escena fragmentaria. Una cama de metal con muñecas en cajas, una garita con una cámara y una mesa de sonido. La idea original, el texto y la dirección general son de Rafael Spregelburd, protagonista de la obra. Un texto largo -la obra dura dos horas-, pero ameno para el espectador, genera admiración por quien se ha aprendido tan extenso libreto.

Spam recrea la historia de un lingüista que perdió la memoria. Se encuentra extraviado en un hotel en una isla, con las pocas pertenencias que tiene: un smoking, una tarjeta dentro del bolsillo y una laptop. Intenta reconstruir su identidad, pero el problema es que este fugitivo en el anonimato borró casi toda la información de su computadora: correos, historial y archivos y tiene sólo el spam.
Además de que el protagonista es lingüista y realiza un documental sobre cosmovisiones de otras culturas, como la de los esquimales y de la Mesopotamia, el lenguaje tematiza la obra. La presencia de lenguas francas, turistas multilingües y traductores online de baja calidad y accesibles para cualquiera, dan que pensar que las infinitas posibilidades de contacto y lenguajes disponibles no son sinónimo de comunicación.

Agrande su pene, le dice el spam continuamente. Aparece problematizada la convivencia con discursos sociales que se internalizan en soledad. ¿Por qué no se puede hablar del tamaño del pene en lugares públicos, si todos reciben este tipo de correo en la bandeja de no deseados?

“Hasta que lo inconsciente se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y a eso llamarás destino…» dijo el psicólogo Carl Jung, que nada supo de la subjetividad mediática actual pero que sí se preocupaba por la psique y el inconsciente colectivo. La búsqueda de la identidad en medio de lo insólito, un apocalipsis-personal en el que todo podría suceder, el paralelismo entre el funcionamiento del spam y el inconsciente, acentúan la dimensión de lo involuntario en esta obra. Cuando el IP de la computadora define la identidad de los consumidores, ¿qué hay de lo deseable?

Ficha técnico artística
Autoría: Rafael Spregelburd
Actúan: Rafael Spregelburd, Federico Zypce
Actuación en video: Laura Amalfi, Elisa Carricajo, Patricia Frencio, Pino Frencio, Manolo Muoio
Video: Elisa Marras, Alejo Moguillansky, Alessandro Olla, Valentina Olla, Alejo Varisto
Música: Federico Zypce
Fotografía: Nicolás Levín
Asistencia general: Manuela Cherubini, Gabriel Guz
Dirección musical: Federico Zypce
Dirección: Rafael Spregelburd

Teatro El Extranjero
Valentín Gómez 3378, Capital Federal
Teléfonos: 4862-7400
Web: http://www.elextranjeroteatro.com
Entrada: $ 120,00 – Jueves y Viernes – 21:00 hs
Entrada: $ 120,00 / $ 70,00 – Miércoles – 21:00 hs

 

Libertad Fructuoso

 

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